Ninguno de los prodigios que anunciaron los taumaturgos insignes se ha cumplido *. (Y perdón por servirme de un verso de Miquel Martí i Pol para tan poco nobles menesteres.)
Dijeron que iban a liberar al pueblo iraquí de la tiranía. ¿Y?
Lo primero que contribuyeron a evidenciar es que el llamado «pueblo iraquí» no existe. Que las muy variadas divisiones internas de la población de Irak impiden catalogarla como un solo pueblo.
Lo segundo que quedó demostrado es que una parte considerable de esa población no aceptaba la dictadura de Sadam Husein porque careciera de espíritu de resistencia.
Lo tercero que se vio palpable, meridianamente claro es que mintieron con total desparpajo en cuanto al peligro que representaba el régimen baazista iraquí para la paz mundial.
Lo cuarto, que no les animaba de ninguna manera el deseo de dar paso a un régimen político libre y democrático como el que le exigían a Husein.
Lo quinto, que ni siquiera sus intenciones ocultas estaban bien calculadas: no han conseguido hacerse con la producción de petróleo y ponerla al servicio de sus propios fines.
Es decir, que además de mentirosos e imperialistas, nos han hecho ver que son torpes y necios.
¿Qué más necesita nadie para desolidarizarse de los patrocinadores de esa guerra y mandarlos al mismísimo guano? ¿Cómo puede haber todavía gente que respalde esa intervención?
Cuando leo que por aquí el 80% la rechaza, me pregunto: ¿y ese otro 20%? ¿Cómo la aprueba? ¿Cómo que «no sabe/no contesta»?
Creo que fue Lenin el que escribió que si las leyes de la Física contrariaran los intereses de alguna gente, esa gente las negaría. Me vale la boutade al menos en un sentido: muchos no moldean sus ideas contrastándolas con la realidad, siguiendo la técnica prueba-error, sino que primero miran en qué medida los hechos confirman sus propias querencias y simpatías y, caso de que las contraríen, se niegan a tenerlos en cuenta.
Siempre se me ha hecho extraño, quizá porque siempre he valorado en mucho el aprendizaje de la realidad. Cuanto más incómoda y desazonante me resulta una realidad, más me interesa y más me provoca.
Pero eso tal vez sea así porque no vivo de acomodarme a estas o las otras ideas prêt-à-porter.
¿O sí? Ojo con afirmarlo demasiado rápido.
He de que pensar más a fondo en ello.
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(*) Me pregunta una lectora a qué poema de Miquel Martí i Pol me refiero. Creo que ya lo he citado en alguna otra ocasión, porque es uno de mis favoritos. Se titula Ara Mateix, y dice, en la parte a la que me refiero: «Cap dels prodigis / que anunciaven taumaturgs insignes / no s'ha complert i els anys passen de pressa. / De res a poc, i sempre amb vent de cara, / quin llarg camí d'angoixa i de silencis.»
Javier Ortiz. Apuntes del natural (12 de agosto de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de junio de 2017.
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