Politología clínica: Denomínase proceso pactológico a la febril actividad que despliegan los partidos políticos después de las elecciones, con vistas a pactar mayorías que les permitan llegar al Poder. Es típico de esta singular pactología el síntoma llamado «de donde dije digo digo Diego». Según él, los partidos son perfectamente capaces de aliarse sin rubor alguno con quienes apenas diez días antes calificaban de corruptos, sinvergüenzas e incompetentes deleznables.
¿Es algo nuevo? No. Procede del dicho de Horacio: Parturient montes, nascetur ridiculus mus («Parieron los montes y nació un insignificante ratón»). Es lo que siempre se ha llamado el pacto de los montes.
¿Hay algún modo de librarse de ese ridículo? Varios. El primero es lograr la mayoría absoluta. Es lo que se conoce en La Coruña como Pacto Vázquez. El segundo es mantenerse fiel a lo prometido durante la campaña electoral. Claro que, en ese caso, no hay más remedio que resignarse a pagar el pacto y quedarse fuera.
¿Hay algún pacto de éstos que sea digerible? Los que se hacen en Valencia. Pertenecen a la modalidad denominada pacto a la naranja. Permiten obtener beneficios muy suculentos.
¿Es cierto que el PSOE va a poner a Corcuera como asesor de sus alianzas? Sólo cuando haya que forzar las cosas porque IU se cierre en banda. Él hará alianzas pactadas en la puerta.
Reflexión político-matrimonial: ¿No es significativo que, tanto en el matrimonio como en la política, alianza y anular vayan de la mano?
Javier Ortiz. Zooilógico, El Mundo (7 de junio de 1995). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de agosto de 2013.
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