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2002/03/12 06:00:00 GMT+1

Preocupante Rato

El vicepresidente Rato confiesa que está «muy preocupado» porque ha escuchado al lehendakari Ibarretxe decir que las ideologías no se pueden prohibir. Objeta don Rodrigo, entre sarcástico y escandalizado: «Estamos continuamente prohibiendo ideologías. Si no, ¿qué hacemos con el señor Milosevic en La Haya?».

Admito que, tras oírle, yo también me he quedado preocupado.

Me preocupa, para empezar, que el vicepresidente segundo del Gobierno español se sorprenda ante la afirmación de Ibarretxe. Porque es cualquier cosa menos novedosa. Mucho, muchísimo antes de que Ibarretxe llegara a lehendakari, muchísimo antes incluso de que viniera al mundo no él, sino el abuelo de su abuelo, ese criterio figuraba ya en el ideario esencial de todos los defensores de los Derechos Humanos. Formulado en 1789 por la Asamblea Nacional francesa, puede encontrarse su versión contemporánea en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por las Naciones Unidas en diciembre de 1948: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».

Busque Rato en la propia Constitución Española la más mínima referencia a la posibilidad de prohibir ideologías. No la encontrará. No la hay.

Me temo que el número 3 del Gobierno confunde las ideas y los actos, y que es eso lo que le lleva a dar por hecho que la persecución de los delitos cometidos en nombre de una ideología debe aparejar la prohibición de la ideología misma. Es un disparate. Piénsese qué efectos habría tenido la aplicación de tan singular lógica a la hora de castigar, por ejemplo, los crímenes de los GAL. ¿Recuerda el vicepresidente en qué ideología se amparaban quienes fueron condenados por aquellos hechos?

«Estamos continuamente prohibiendo ideologías», dice. ¿Sí? ¿Quiénes? ¿Y cómo se las arreglan para que los demás no nos enteremos?

«Si no, ¿qué es lo que hacemos con el señor Milosevic en La Haya?», se pregunta. Le recomiendo que, si alberga dudas al respecto, repase las actas del procedimiento en curso. Comprobará que, según el Tribunal, es sólo Milosevic el que está siendo juzgado, no sus ideas. Y verá que está siendo juzgado no por sus ideas, sino por sus actos.

Agradezca Rato que la legislación penal española no castigue los desvaríos ideológicos. Eso que sale ganando.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (12 de marzo de 2002) y El Mundo (13 de marzo de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de marzo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/03/12 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: milosevic pp preantología balcanes el_mundo diario pnv 2002 aznarismo gal euskal_herria rato yugoslavia ibarretxe euskadi | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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