Seattle, Praga... Se asustan con poco. Se ve que se sienten frágiles. Tal vez es que lo son.
Hablo con un directivo de la banca española:
-Gracias al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional -me dice-, llevamos décadas de crecimiento continuado y de expansión de la riqueza. Pero, si se quiebra la confianza, las cosas pueden torcerse. Primero fue lo de Seattle. Aquello resultó muy negativo: fue imposible tomar acuerdos que hacían mucha falta. Ahora esto de Praga...
Y pone gesto de desaliento.
-¿Llevamos décadas de expansión de la riqueza? ¿Quiénes llevamos? -le pregunto, irónico.
Discutimos sobre los datos del último informe de población del Banco Mundial. Cada vez hay más pobres en el mundo.
-De acuerdo -reconoce-: la riqueza está mal distribuida. Ése es el siguiente paso. Hemos conseguido que haya más riqueza. Ahora hay que esforzarse por distribuirla mejor.
No soy nada amigo de las teorías conspirativas, pero hay veces que me pregunto cómo se las arregla esta gente para dar las mismas respuestas a las mismas críticas en cualquier rincón del planeta. Es como si les pasaran un guión diario y se lo aprendieran.
Aunque, bien pensado, ya sé: el guión diario lo encuentran en The Wall Street Journal y The Financial Times.
-No son dos cosas separadas -le argumento-: los ricos de una parte del mundo son cada vez más ricos porque los pobres del resto son cada vez más pobres. Es la lógica de la globalización.
-Se han multiplicado las ayudas al Tercer Mundo -objeta.
-Buena parte de esas ayudas se las han embolsado los dirigentes corruptos de esos países. Pero la deuda no la pagan ellos... -le replico.
-¡Eso es demagogia! -se me enfada.
-Sí: la demagogia de los hechos, que decía Fernández de Castro -le contesto.
Mi interlocutor dulcifica el gesto.
-Mira, Javier: si yo entiendo tus argumentos... Y además los comparto. Los críticos de la globalización hacéis un papel muy positivo, ayudando a corregir los excesos del sistema, mostrando el lado oculto de la realidad y...
Hasta ahí había discutido tranquilamente pero, llegados a este punto, me cabreo de verdad.
-¡Oye, corta el rollo paternalista, que nosotros no tenemos ninguna vocación de bufones del rey! ¡No queremos ayudaros a mejorar! Lo que queremos es, pura y simplemente, aguaros la fiesta. ¿Dices que Seattle os trajo problemas y que lo de Praga ha sido todavía peor? ¡Pues la siguiente cita es en Barcelona!
Por la cara que me pone el hombre, para mí que la próxima reunión del FMI se la montan en la clandestinidad.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (29 de septiembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 3 de abril de 2017.
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