Luis Rojas Marcos, psiquiatra sevillano que hasta hace poco ejercía de responsable de los hospitales públicos de la ciudad de Nueva York -seis, por lo que cuentan, para una de las ciudades más populosas del mundo-, también ha escrito un libro sobre el 11 de Septiembre. Bueno, no sé si llamarlo libro o dejarlo en folleto, porque dicen que consta de unas 150 páginas de letra de cuerpo muy grande. En todo caso, escuché ayer en la radio que uno de los asuntos que trata en su opúsculo es la perplejidad que produjeron los atentados de las Torres Gemelas en una parte considerable de la población norteamericana. De golpe y porrazo -si se me permite la expresión-, muchos norteamericanos se apercibieron de que su país no acaba de despertar enormes simpatías all over the world. Rojas Marcos sintetiza ese sentimiento de desazonada sorpresa en una pregunta: «¿Por qué nos odian?».
Qué ignorancia más patética.
Entendería que se rieran del resto del mundo, que entonaran a coro el «Ande yo caliente / y ríase la gente», que consideraran que la población del conjunto de Asia, África y América Latina está compuesta de tontos e ingratos, a partes iguales... Comprendería cualquier cosa, menos que se sientan sorprendidos. ¿En qué mundo viven? ¿De dónde extraen su percepción de la realidad internacional: de Rambo IV y de Independence Day? ¿Nadie les ha dicho que su prepotencia, su ombliguismo, su consideración del mundo exterior como un cortijo particular y el comportamiento decididamente patán de sus máximos dirigentes les ha granjeado unas simpatías tirando a escasas?
Pues se ve que no.
Personalmente no aliento la más mínima hostilidad hacia el pueblo norteamericano. Ni simpatía. Los pueblos, considerados en bloque, no me producen sentimientos unívocos. Simpatizo mucho con bastantes norteamericanos. Otros me producen arcadas. Admito que los que -y las que- me producen arcadas, me las producen a base de bien, hasta el punto de estimular a tope mis instintos asesinos.
Que es, a fin de cuentas, de lo que estábamos hablando.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (7 de septiembre de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 15 de enero de 2018.
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