Aznar dice: «El PNV es parte del problema».
Respuesta: según de qué problema esté hablando y qué entienda por ser «parte». Si «el problema» es ETA, entonces el PNV es parte, sí, pero accesoria. El problema de ETA -es una perogrullada, pero se ve que no sobra- se resuelve con la disolución de ETA.
Aznar precisa: «El PNV seguirá siendo parte del problema aunque ETA desaparezca».
Comentario: puesto que ETA es accesoria en «el problema», hay que deducir que, para José María Aznar, «el problema» -el mayor problema- no es el terrorismo, sino el separatismo.
Constatemos entonces que la doctrina gubernamental sobre «la cuestión vasca» ha experimentado un cambio profundo. Todavía hace un año, esa doctrina sostenía que, en la España de hoy, toda meta política es defendible y respetable, siempre que se persiga mediante métodos pacíficos.
Ahora, en cambio, defiende que lo inaceptable, en realidad, es el objetivo.
Curioso cambio.
Aznar sigue: «Es indignante que haya quien defienda negociar con los que matan o con aquellos que justifican a los que matan».
Comentario: si mi memoria no me traiciona, un político que defendió negociar con los que matan fue... él.
No sólo defendió que cabía hacerlo, sino que además lo hizo.
Tal vez objete que él ordenó negociar con los que matan porque trataba de lograr que dejaran de matar de una vez por todas.
No tenga la más mínima duda de que ése es también el propósito que anima a los que acusa ahora de hacer lo mismo que él hizo.
A no ser que argumente que él actuó así en otras circunstancias. En cuyo caso habría que ver cómo se las arregla para explicar que las víctimas que ETA causa ahora reclaman una intransigencia mayor que las de hace un año.
Él negoció con ETA. Y no pese a que mataba, sino precisamente porque mataba.
Ahora lanza severos anatemas y descalifica a cuantos no le jalean.
Pero no propone nada.
Ni él ni sus corifeos.
Que digan si creen que van a acabar con el terrorismo sin más recurso que la actuación policial. O, si no, cómo piensan lograrlo. O si les da lo mismo no lograrlo. O si prefieren no lograrlo, que todo puede ser.
Que digan qué les importa más: si acabar con ETA o poner coto al separatismo vasco despedazando al PNV. O hacerse con unos cuantos escaños más en el Parlamento de Vitoria para que Mayor Oreja se vea por fin investido lehendakari, que es el sueño de su vida.
O su pesadilla.
Javier Ortiz. El Mundo (14 de junio de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de septiembre de 2012.
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