Recuerdo cuando Miguel Sanz fue elegido presidente de la Comunidad Foral de Navarra. Pocos días después, me topé en Madrid con un conocido periodista que acababa de compartir mesa y mantel con él. Le pregunté: «¿Qué tal el Sanz éste?». Y el periodista -persona muy relacionada con el PP, por cierto- me respondió con una rotundidad que no dejaba mucho lugar a la duda: «Uno de los tíos más tontos que he conocido en mi vida».
Ayer Sanz reclamó al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que se aproveche la reforma de la Constitución para suprimir de ella la Disposición Transitoria Cuarta, que establece la posibilidad de que el pueblo de Navarra decida mediante referéndum si desea unirse a los otros tres territorios vascos para formar una sola Comunidad Autónoma. Argumentó Sanz que no es lógico que una Constitución que tiene ya más de 25 años siga incorporando disposiciones transitorias. E insistió mucho en la contradicción que hay, en su criterio, entre el largo mantenimiento del texto constitucional y la permanencia de disposiciones transitorias. «Lo transitorio es contradictorio con lo definitorio», dijo ayer.
Sanz no ha entendido que, si se confirió carácter transitorio a esa disposición, no fue porque se pensara que iba a durar tantos o cuantos años, pocos o muchos, sino porque, en el caso de que se realizara lo dispuesto en ella y el referéndum arrojara un resultado positivo, su mantenimiento dejaría de tener sentido. Es un derecho que se reservó para el pueblo de Navarra y cuyo reconocimiento sólo sobrará cuando se ejerza. Por eso es transitoria la disposición: porque puede llegar el momento en que sobre.
Lo que le ocurre a Sanz es que le toca las narices que haya una disposición constitucional que reconoce los lazos especiales que unen a Navarra con los tres territorios que forman la Comunidad Autónoma Vasca actual. Pero, si quiere acabar con ese género de disposicioones legales, no le bastará con cambiar la Constitución. Deberá «limpiar» la propia legislación foral, que reconoce también esos vínculos. De hecho, el único modo de acabar con esos reconocimientos es que no exista la realidad que reconocen: acabar con la huella de lo vasco en Navarra.
Está en ello.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (26 de mayo de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de mayo de 2017.
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