Excelente la columna de Eduardo Mendicutti, hoy en El Mundo. No os la perdáis.
Umbral es muy buen columnista -el mejor, técnicamente hablando-, pero no me suelen interesar un pijo sus historias. Me interesan las de Vázquez Montalbán, pero no me gusta cómo escribe. Detrás de las columnas de estos dos grandes dioses, a los que la mayoría sitúa en el centro de la Acrópolis del periodismo español actual, cuidamos las columnas de nuestros pequeños templos los mil y un diosecitos menores del género.
¿Umbral, Vázquez Montalbán? En el ranking de mis gustos, Mendicutti ocupa la primera fila.
Casi siempre me gusta lo que dice. Y cómo lo dice.
No es espectacular. No se mete en arriesgados ejercicios de estilo. No se adorna. No pretende anonadar. Escribe con sencillez (muy pocos saben cuánto cuesta hacerlo y qué mérito tiene conseguirlo). Elige un asunto -a veces menor, como el de hoy- y lo afronta sin alharacas, con distante ironía, sin arremeter, sin echar los pies por delante. No busca la adhesión: se conforma con ganarse la sonrisa de quien le lee y, en el mejor de los casos, incitarle a reflexionar.
Mendicutti habita en las antípodas del celtiberismo. Quizá por eso Celtiberia no lo reconoce como se merece.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (9 de diciembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 13 de junio de 2017.
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