Toda la campaña electoral de Jaime Mayor Oreja reposa en el mismo argumento, que él repite de manera sistemática y con escasas variaciones formales: si en la Comunidad Autónoma Vasca llega a formarse un gobierno no nacionalista, la ciudadanía podrá vivir por fin sin temor. Y ello por algo que a él le parece evidente, o que por lo menos presenta como tal: con un gobierno no nacionalista y realmente beligerante, por fin la gente de bien contará con una autoridad decidida a hacerse valer y a tratar como se merece a los que se dedican a sembrar el terror.
Cuando en anteriores ocasiones he manifestado mi escepticismo con respecto a ese futuro beatífico que promete el ex ministro del Interior, algunos se han apresurado a responderme: «Bueno, el PNV ya se sabe lo que da de sí; lo que propone Mayor Oreja, en cambio, está por ver. ¡Espera a comprobar de qué es capaz un Gobierno con buena coordinación policial, que esté dipuesto a poner orden en la calle y que no coquetee con los radicales por la maldita lacra del común nacionalismo!».
Creo que no tienen en cuenta la experiencia de Navarra. Yo sí.
En Navarra hace años que está en el poder un Gobierno que no es que sea «no nacionalista», sino que es expresa y radicalmente anti-nacionalista. Anti-nacionalista vasco, quiero decir.
El Ejecutivo de Navarra no propicia ningún sistema educativo sospechoso de animar a los chavales a convertirse en cachorros de nada, como no sea en cachorros de las Nuevas Generaciones.
En Navarra incluso se reprime el bilingüismo. Saltándose la ley, si se tercia.
En Navarra la coordinación policial es excelente, básicamente porque las Fuerzas de Seguridad del Estado no tienen que repartir sus funciones con nadie. Excuso decir que no hay ninguna autoridad política que ponga cortapisas a la acción antiterrorista ni que se muestre tibia en la represión de los fenómenos de violencia callejera.
¿Y bien?
En Navarra también hay montones de concejales que están obligados a llevar protección policial.
En Navarra también hay kale borroka.
En Navarra también hay mucha gente que vive atemorizada, que tiene que mirar debajo de su coche antes de ponerlo en marcha y que se ve forzada a cambiar de recorrido todos los días.
En Navarra aparecen también cada dos por tres pintadas y pasquines amenazantes, incluso contra los disidentes de HB.
ETA tampoco ha desaparecido de Navarra.
Navarra es muy suya, ya lo sé. Pero no creo que ninguna de sus peculiaridades favorezca al MLNV.
Si Mayor explica cómo piensa lograr él en la Comunidad Autónoma Vasca lo que sus colegas de Navarra no ha conseguido, pese a trabajar sobre una realidad social mucho más propicia, tomaré sus promesas en consideración.
Si no, pues no.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (25 de marzo de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de mayo de 2017.
Comentar