El cabeza de lista del PP para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, acusó ayer al PSOE de pretender una Unión Europea «socialdemócrata, laica y enfrentada a los EEUU».
Qué disparate.
Es un disparate, en primer y principal lugar, porque, a nada que Mayor consulte los muchos y solventes trabajos realizados al respecto, se enterará de que la mayoría sociológica de este país responde punto por punto a ese preciso patrón: simpatiza con la política social que suele identificarse con el llamado «Estado de Bienestar» y con la socialdemocracia, es partidaria de la plena separación de la Iglesia (de las Iglesias) y el Estado y, después de lo sucedido en los últimos meses, ha renovado y puesto al día su tradicional animadversión hacia el imperio de Washington. Tratar de asustar al electorado diciéndole que como vote al PSOE va a contribuir a una Europa social, laica y con una fuerte personalidad propia en el escenario internacional supone, lisa y llanamente, hacer campaña a favor de la lista que encabeza Josep Borrell.
Qué más quisiéramos muchos que Mayor tuviera razón y fueran ésas las metas europeas que se propusiera el PSOE. Por desgracia -y ahí se muestra otro aspecto disparatado de su afirmación- el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero no es socialdemócrata (se identifica con lo esencial de las políticas económicas neoliberales imperantes en el mundo occidental), flaquea en su laicismo (incluso tiene un ministro de Defensa que no para de hacer exhibición de sus particulares creencias religiosas) y es fiel continuador de los gobiernos de González, que actuaron como aliados de Washington en muchas y muy importantes ocasiones, incluida la primera Guerra del Golfo.
Lo que viene a decir Mayor -y no sabe el daño que hace con ello a las aspiraciones electorales de su partido- es que su programa incluye tres puntos esenciales: que la UE desmonte con más rapidez el Estado de Bienestar, que se haga más vaticanista y que se rinda con aún más entusiasmo al diktat de Bush.
Es, si bien se mira, un programa que apunta contra las principales señas de identidad de la construcción europea. Revela hasta qué punto el PP desconfía de la Unión Europea y trata de frenar su progresión.
En realidad, lo que mejor retrata el escaso interés que tiene el PP en la construcción europea es el hecho mismo de que haya puesto al frente de su lista electoral a Jaime Mayor Oreja, que goza de una merecida fama como perdedor en todas las votaciones a las que se ha enfrentado. Aunque haya que reconocer que el hombre no desentona nada como jefe de una candidatura que es una auténtica fila de elefantes camino de su cementerio.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de mayo de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de mayo de 2017.
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