Oí anoche a Jiménez de Parga durante unos minutos en un canal de televisión de esos raros que hay ahora. Digo «durante sólo unos minutos» no porque la entrevista fuera breve, sino porque no conseguí durar más ante la pantalla. El tipo así, como lo había calificado en el Apunte de la mañana, estaba explicando que no fue su intención ofender a nadie cuando señaló que hace diez siglos, «allá por el año 1000», en Andalucía ya había «fuentes de colores y de olores», cuando «otros» aún no habían aprendido «ni a lavarse». Nuestro culto presidente del Tribunal Constitucional aclaró que, cuando dijo eso, no estaba pensando en Cataluña, en particular, sino «en el resto de España, en general».
¿En el resto de qué? ¿En el año 1000? En el año 1000 no existía España. «España» no es un concepto geográfico, sino histórico. Hablar de España con referencia a aquellos tiempos es un perfecto anacronismo.
No constituyendo Andalucía parte de «España», ¿cómo saber en qué podía consistir «el resto de España»?
Por lo demás, está documentado que los pobladores de la península ibérica conocían desde tiempo inmemorial algunas técnicas de aseo personal, técnicas que alcanzaron un desarrollo relativamente satisfactorio con la colonización romana. A lo que parece, de todos modos, allá por el año 1000, había en la península ibérica, incluida su parte meridional, gente algo más limpia y gente algo más guarrindonga (sin que quepa considerar tal cosa como un precedente del carácter nacional español, porque lo mismo pasaba allende el Pirineo).
Me preguntaron ayer por Jiménez de Parga en la tertulia de Pásalo (un programa vespertino de la televisión vasca en el que vengo colaborando). Recordé los tiempos en que todo el mundo se horrorizó mucho al enterarse de que Idi Amin Dada, el sanguinario dictador ugandés, se zampaba con gran delectación a los hijos de sus oponentes. El personal se preguntaba cómo podía haber en este mundo una persona tan terrible. Y conté que, cuando se hablaba de aquello, yo solía responder que el problema fundamental no es saber cómo puede haber alguien así o asao, porque somos tantos sobre la tierra que haber, hay de todo, sino cómo pudo ser, por qué razones, respondiendo a qué tendencias y a qué intereses sociales, que un tipo tan cruel como Idi Amin Dada -ex coronel de las tropas coloniales británicas, por cierto- pudiera encaramarse a la jefatura de un Estado. Del mismo modo -«salvando las distancias», precisé-, lo esencial no es saber cómo puede haber alguien que diga las impertinencias que dice Jiménez de Parga, porque personajes así los hay a patadas a lo largo y ancho de la piel de toro, sino establecer por qué alguien tan decididamente burreras fue seleccionado por los gobernantes de Madrid para ejercer de presidente del Tribunal Constitucional español. Y la respuesta cae por su propio peso: querían un tipo como él, alguien que actuara sin remilgos ni consideraciones, alguien capaz de asumir con total desenvoltura los disparates que hiciera falta, siempre que ello conviniera a la sacrosanta causa de «la unidad de España».
Lo cual quiere decir que la explicación del fenómeno aberrante que representa Jiménez de Parga no hay que buscarla en Jiménez de Parga, sino en Aznar.
¿En Aznar solo? Bueno, tampoco exactamente. Porque a Jiménez de Parga deberían haberlo relevado del cargo hace ya algunas semanas, y lo han mantenido lo necesario como para que se hiciera cargo también de la papeleta de Herritarren Zerrenda. Y esa fea maniobra no cabe achacarla a Aznar, sino a su sucesor. ZP, que le llaman.
Nota de régimen interno.- Recibo algunos mensajes electrónicos felicitándome por el constante aumento del número de visitas diarias que recibe esta web. Alguno se asombra de que la media haya pasado de 1.866 visitas diarias el mes pasado a 2.111 en estos tres primeros días de junio. Es cierto que el incremento está siendo constante, pero la cifra del mes de mayo es engañosa, porque hubo un día que el contador estuvo prácticamente bloqueado, lo cual influyó, como es lógico, en el cómputo mensual. En cuanto al incremento de las visitas -que es de todos modos real, e importante- tengo que decir que sólo en parte es mérito mío. Hay que agradecérselo en muy buena medida a los amigos de otras webs y de algunas listas de correo que, cuando «rebotan» algunos de estos Apuntes, citan la procedencia, lo que representa una publicidad impagable (e impagada, claro). En este sentido, debo una gratitud muy especial a los amigos de Rebelión ( http://www.rebelion.org ) y a los de Nodo50 ( http://www.nodo50.org ), cuya desinteresada ayuda me está siendo decisiva.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (3 de junio de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de mayo de 2017.
Comentar