En el mar no, pero en la tierra de los tiburones a veces el pez chico se come al grande.
Argentaria se zampó al BBV. Ahora, Canal Satélite ha engullido a Vía Digital.
Frente al gigante financiero con sede en Bilbao, el banco residual del Estado era casi una broma. Frente a Telefónica, el tinglado de Polanco era un chiringo de cuatro perras, y tres ajenas.
En el primer caso fue una operación del Gobierno de Aznar. ¿Y en el segundo? ¿De alguno de los aspirantes a sucesor, tal vez?
Digital Plus no ha podido ponerse en marcha con más arrogancia. Se ha pasado por el arco del triunfo diez de las condiciones que dictó la autoridad administrativa para aceptar la fusión.
No hablo hoy de alta política, sino de mis intereses personales más arrastrados: han aprovechado la fusión para subir la tarifa de conexión y se las han arreglado para poner en fuga a algunas de las productoras independientes de mayor interés cultural, alojadas hasta ahora en Vía Digital. Por su maldita culpa, me he quedado, por ejemplo, sin mi Canal Historia, infatigable compañero de mis gripes.
«En este país no hay cojones para impedirme a mí tener un canal de televisión», afirmó en histórica ocasión Jesús Polanco. Lo dijo cuando mandaba Felipe González. Ahora ha tirado con la misma desenvoltura por la calle de en medio, sin temer que la gentecilla de Aznar pueda cerrarle el paso por incumplir la ley.
Imaginemos la que se armaría si el Gobierno ordenara suspender cautelarmente las emisiones de Digital Plus hasta que asegurara el cumplimiento de las condiciones estipuladas, y si, ya metido en gastos, le forzara a consultar con los ex abonados de Vía Digital y Canal Satélite para saber si quieren o no ser clientes de Digital Plus, que es una empresa nueva con la ni los unos ni los otros adquirieron ningún compromiso contractual. He ojeado mis contratos de abono a Vía Digital y Canal Satélite -estaba suscrito a ambos- y no veo que digan nada sobre mi integración automática y forzada en la nómina de abonados de terceras empresas.
A decir verdad, no creo que éste sea para nada un asunto de huevos. Ni creo que lo haya sido nunca. Es un asunto de relación de fuerzas. Y de carteras también. Ministeriales y de dinero.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de julio de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 13 de enero de 2018.
Comentar