Admiro a Javier Pradera. Me parece admirable la capacidad de este caballero para revestir con argumentos campanudos las posiciones políticas más estrafalarias, cuando no más bobas.
He leído hoy su columna de El País, en la que sale en defensa del intento de Garzón de considerar Ekin como parte del «entramado» de ETA, lo que le permitiría acusar de pertenencia a banda armada a sus miembros. En su entusiasmo garzonita, Pradera pretende que la utilización de las posibilidades legales por parte del MLNV produce una «indefensión del Estado de Derecho». Eso sí que es visión penetrante: yo, por más que miro al Estado, lo veo cualquier cosa menos indefenso.
El argumento según el cual no puede decirse que ETA sea sólo la organización armada propiamente dicha, sino que hay que considerar también parte de ella el «entramado legal» en que se apoya, porque sin ese entramado no podría subsistir, conduce necesariamente a considerar que HB y EH son parte de ETA. De ahí las presiones que se están produciendo para que también HB y EH sean ilegalizadas.
Pero, si ese argumento fuera válido, no podría detenerse ahí. Por pura coherencia, habría que seguir desarrollándolo.
HB y EH, obviamente, no son sólo sus dirigentes. Esas organizaciones no podrían exisitir sin el apoyo que le proporcionan sus militantes y sus votantes. De modo que no bastaría con ilegalizarlas. Sería necesario detener también a sus militantes y acusarlos de pertenencia a banda armada.
Si están dispuestos a aplicar de manera rigurosa la doctrina Garzón, sería conveniente que empezaran a construir ya los campos de concentración en los que deberán internar a los 200.000 votantes de EH.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (11 de abril de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 6 de mayo de 2017.
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