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2000/11/29 07:00:00 GMT+1

Las cuentas de Aznar

El PSOE está hecho unos zorros. De acuerdo.

No se sabe qué política tiene -si es que tiene alguna- de cara a muchos asuntos clave. Es verdad.

En todo lo relativo a Euskadi, parece más una jaula de grillos que un partido. Sin duda.

Pero -mire usted por dónde, qué cosa- ese desastre, ese caos, esa incoherencia disfrazada de partido... ha reducido a la mitad la diferencia que le sacaba el sólido, firme, recio y ultrasolvente PP en lo tocante a expectativa de voto, según los datos proporcionados ayer por el oficialísimo Centro de Investigaciones Sociológicas.

Y no se queda ahí la cosa, ni mucho menos. Porque hete aquí que, de creer los resultados del barómetro de otoño del tal CIS, el pusilánime, asediado e irresoluto jefe de ese partido-mindundi, por nombre Rodríguez Zapatero... ¡es el dirigente político más valorado por la opinión pública española, que lo sitúa por encima incluso de nuestro presidente!

Bien. Valoremos la situación.

Ironías aparte, que el PSOE está muy mal es la puñetera verdad. Y que el valor del tal Rodríguez Zapatero es como el de los viejos reclutas -o sea, un suponer-, lo mismo.

De lo cual se deduce que la cosa no puede ser tanto que el PSOE esté cobrando mucho auge como que el PP está perdiendo fuelle.

¿Y por qué lo está perdiendo? Bueno; eso, como diría un jesuita, es opinable.

En mi criterio, un factor que está deteriorando más y más la imagen del Gobierno de José María Aznar es su infinita prepotencia.

Viendo cómo reacciona ante las adversidades, recuerdo algo que se contaba de G. W. H. Hegel. Se decía que, en cierta ocasión en que un colega le señaló que estaba defendiendo una tesis refutada por los últimos descubrimientos de la Ciencia, él replicó: «Pues, si los hechos me contradicen, peor para los hechos».

Aznar hace tal cual. Cuando lo que ocurre no coincide con sus previsiones -no digamos ya si las contraría-, reacciona culpando a los hechos. A veces incluso de por vida: ni se sabe cuántas estaciones lleva el Gobierno culpando de la inflación a «factores estacionales». Debe de ser una estación perpetua.

Idéntica rigidez ha demostrado ante el problema vasco. Dijo que lo iba a resolver rápidamente. Todo ha ido a peor y él todavía le espeta a la oposición con gesto ceñudo que el tiempo se le acaba.

¡Que se le acaba a la oposición, no a él!

Va repartiendo anatemas por doquier: cuantos no le decimos amén somos unos ilusos, si es que no unos cómplices más o menos inconscientes de los terroristas.

Pero su cuenta de resultados está a la vista de todos. Y todos sabemos hacer cuentas.

Javier Ortiz. El Mundo (29 de noviembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de diciembre de 2010.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/11/29 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: pp el_mundo zapatero aznarismo 2000 psoe aznar españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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