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2001/11/25 06:00:00 GMT+1

La seguridad imposible

Tras el doble asesinato de Beasain, ErNE, el sindicato que tiene más afiliados en la Ertzaintza, ha declarado que o la Consejería vasca de Interior dota a los agentes de tráfico de muchos más medios de protección o se negarán a regular la circulación rodada.

Obsérvese que ya estamos ante la situación un tanto surrealista que sugerí aquí mismo hace un par de semanas: también los protectores han acabado por reclamar protección. He aquí un giro inesperado de la vieja pregunta retórica: «¿Y quién custodia a los custodios?».

Que los ertzainas reclamen más medios es lógico. Pero la amenaza de ErNE es insostenible. Porque, si bien nadie puede obligar a nadie a hacerse policía, la Policía no puede negarse a hacer de Policía. Con los recursos de los que disponga en cada momento. Supongo que los dirigentes de ErNE (*) no se creerán que sus antecesores en la red vial de la Comunidad Autónoma Vasca estaban mejor protegidos, o que lo están sus congéneres de la vecina Navarra.

Vale la pena detenerse a examinar el ultimátum de los responsables de ErNE, no obstante, no por lo que tiene de disparatado, sino precisamente por lo contrario: por lo que tiene de comprensible. Porque, en efecto, nadie les ha contestado -al menos públicamente- que no digan tonterías.

Todo el mundo tiende a entender su miedo. Por una razón elemental: todos lo tenemos.

Pero ¿nos damos cuenta del modelo de seguridad colectiva que se está prefigurando con todo esto? Si es cierto que son cientos de miles, millones de personas las amenazadas explícita o implícitamente por ETA, en Euskadi y fuera de Euskadi, y si aceptamos que todas ellas tienen derecho a ser eficazmente protegidas, incluidas las que se dedican a proteger a las demás, el PIB entero se nos va a ir en gastos de personal y en medios de seguridad.

Siempre cabrá hacer más, tomar más medidas, asignar más gente. Es un pozo sin fondo.

Eso, vistas las cosas del lado de la economía. Pero tampoco hay que desdeñar el ángulo de la política. Porque esa sociedad de infinitos blindajes podrá ser cualquier cosa... menos libre. Para entrar a una oficina municipal será necesario pasar cuatro controles y desnudarse otras tantas veces. En las conferencias, los oradores nos hablarán desde una urna blindada. Se acercará uno a preguntar a un ertzaina dónde está una calle y se encontrará rápidamente encañonado por cuatro agentes más.

Va siendo hora de que la sociedad se plantee si es eso lo que quiere.

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(*) Tras el atentado semifallido contra dos ertzainas que retiraban en Bilbao una pancarta, ErNE emitió un comunicado en el que responsabilizó del hecho «a la izquierda radical en su conjunto». En la noche del viernes, tras los sucesos de Beasain, en un programa especial de Radio Euskadi en el que participé y en el que también estaba presente un representante de ErNE, dejé constancia de mi profundo disgusto. Dije: «Yo soy de izquierdas, me considero radical y no tengo nada que ver con ningún atentado». Hubo un momento de silencio. El representante de ErNE no respondió nada.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (25 de noviembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/11/25 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: diario 2001 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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