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2001/06/11 06:00:00 GMT+2

La Real

Admito los límites de mis conocimientos en materia futbolística. Para mí, es un insondable misterio por qué la Real Sociedad de San Sebastián, equipo que se pasó las tres primeras cuartas partes de la Liga haciendo el más espantoso de los ridículos por el fondo de la clasificación, se transformó de golpe y porrazo en el Ave Fénix, renació de sus cenizas y remontó el vuelo hasta situarse en el centro de la tabla.

No desdeño la importancia que pudo tener en su momento la labor destructiva de Javier Clemente como entrenador. Clemente es un perfecto botarate, capaz de desorganizar al más pintado. Resultó premonitoria su decisión de contratar a un portero nórdico. Llevar porteros foráneos a Guipúzcoa es como tratar de asentar en Jabugo una empresa importadora de jamones. De jamones malos, además.

También se lució recolectando por esos mundos de Dios jugadores de ignotas virtudes. Hubo de llegar el galés Toshack para descubrir que la propia Real tenía cedidos a equipos inferiores futbolistas mucho más valiosos, que han realizado un espléndido final de Liga.

Pero me cuesta creer que un entrenador, por pésimo que sea -Clemente lo es-, se muestre capaz de conseguir que un equipo de jugadores relativamente buenos se desenvuelvan tan erráticamente por los campos como lo hicieron los de la Real durante el otoño y el invierno, encajando goleadas de insuperable bochorno. El Rekarte que ayer se cabalgó todo el campo de San Mamés, desde la defensa hasta el área contraria, obteniendo un penalti como recompensa, ¿es el mismo que a comienzos de Liga no acertaba a hacer ni un puñetero despeje en condiciones? El De Pedro que hace sólo seis meses evidenciaba estar para el arrastre, ¿era el mismo De Pedro que ayer se fajó como un fiera y coló un balón por la escuadra al Athlétic? ¿Tiene algo que ver la Real que ayer ganó 1-3 en San Mamés con la que perdió 0-2 en Anoeta ante el mismo rival? Los jugadores parecían los mismos; el equipo, otro totalmente diferente.

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Ignoro por qué motivo los futbolistas del Athletic de Bilbao, que no se jugaban nada de nada en el encuentro de ayer -nada de nada conocido, quiero decir-, lucharon contra la Real como si les fuera la vida en ello. Confío en que lo hicieran por razones diferentes a las primeras que se me ocurren. El hecho, en todo caso, es que, de haber logrado su empeño, habrían comprometido no sólo la posición de la Real, sino también, y aún más gravemente, la de Osasuna. Lo cual no deja de tener su aquél en un club que lleva el nombre de Bilbao, pero que está compuesto en lo fundamental por guipuzcoanos y por navarros.

El próximo domingo, la Real, que ya no se juega nada, se enfrenta a Osasuna, que si vence en Anoeta todavía puede salvarse y permanecer en Primera División.

Espero que la Real se porte.

No pido que los jugadores realistas se dejen ganar. Basta, sencillamente, que se tomen el partido de manera relajada.

Y que nadie me venga con la tontería de que eso sería adulterar la competición. La competición está ya adulterada a más no poder por la compra-venta de partidos, si es que no de árbitros. Frente a la realidad de tanto maletín circulante, un poco de solidaridad territorial no sólo no afearía, sino que incluso ennoblecería la competición.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (11 de junio de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 7 de mayo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2001/06/11 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: real_sociedad diario 2001 fútbol | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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