Leo que el líder del Bloque Nacionalista Galego, Xosé Manuel Beiras, dijo en un mitin electoral que el PP de Galicia es «el partido de la puta y el viejo». Lo del viejo se ve que iba por Manuel Fraga. Lo de la puta, por Karina Fálagan, ardiente fraguista que acaba de dejar el PP, harta de que su partido no la defienda cuando la llaman «puta».
Y es que Karina Fálagan ha sido calificada de «puta» por individuos de casi todos los partidos asentados en la tierra de Enríquez y Castelao. Se ve que hay una gran unanimidad al respecto. Ella les contesta una y otra vez reclamando que declaren cuándo tuvieron relaciones sexuales con ella y cuánto pagaron por la cosa. Ninguno responde. Lo que no les impide seguir llamándola «puta» un día sí y otro también.
¿Por qué consideran todos esos personajes que la señora Fálagan es puta? Algunos afirman que es porque hay quien dice que parece que puede ser que es posible que regente un negocio de prostitución en Vigo. Pero ese argumento no es razonable. A las mujeres que se dedican a esos menesteres laborales la lengua castellana les aplica otros sustantivos: alcahueta, celestina... Porque, como los gallegos saben bien, no es lo mismo trabajar de marinero que ganarse el sustento como armador de buques.
No; la verdad hay que buscarla en otras zonas. Mucho me temo que, si a doña Karina la llaman «puta», es por la total soltura con que reivindica la «autonomía del conejo», es decir, el libérrimo uso y disfrute de la sexualidad, cuyo órgano básico es -y ahí sí que hombres y mujeres somos iguales- el cerebro, o sea, esa parte del cuerpo que quienes la califican de «puta» demuestran tener lastimosamente atrofiada. Lo cual, que le ocurra a don Victorino Núñez, presidente pepeísta de la Cámara gallega, o a doña Rosa Minguélez, militante del PSOE, me parece que está en el orden mismo de las cosas. Pero que le suceda también a Xosé Manuel Beiras, prohombre del BNG y aspirante a alternativa real, me decepciona y me da lástima.
Beiras no se limitó a calificar de «puta» a doña Karina. También se mofó de Fraga llamándolo «viejo». Con lo que mi cabreo alcanza ya cotas de difícil acceso. ¡Como si Fraga tuviera pocos flancos débiles y fuera necesario apelar a una de las pocas cosas de las que no es culpable: su fecha de nacimiento!
A veces, una sola frase encierra más ideología que mil discursos. Referirse en tono despectivo a la ancianidad de un hombre, por lo demás criticabilísimo, o vejar a una mujer llamándola «puta» porque es de costumbres libres, ofrece un retrato a la vez amplio y penoso de lo que Beiras oculta bajo su frondosa pelambrera a la Moustaki.
Ya empecé a sospechar que había algo raro bajo ella cuando se declaró dispuesto a formar gobierno con el PSG-PSOE. Alguien que cree que el PSOE es de izquierdas está ya en condiciones de reírse de los viejos y las putas.
Javier Ortiz. El Mundo (30 de octubre de 1993). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de noviembre de 2010.
Comentarios
Sencillamente GENIAL, Don Javier.
Envejecer es el precio que hay que pagar por vivir. Ser viejo es un privilegio que no todos alcanzan.
En cuanto a lo de "puta", la inmensa mayoría de las mujeres son hijas, hermanas y esposas de "honorables puteros" pero, como ninguna puta es honorable lo de "hijo de puta" es un insulto.
Recuerdo que, de muy niña, oí a unos niños mayores que yo insultar a una conocidad prostituta de mi ciudad: -" Rosa, puta, puta, puta..."
Ella les contestó: -"Dad recuerdos de mi parte a vuestros padres "
Se me quedó en la memoria y sólo cuando crecí lo entendó. Nunca lo he olvidado.
La igualdad de derechos entre hombre y mujeres no se dará mientras a estas profesionales no se les conceda la misma honorabilidad que a sus clientes.
Lo que ocurre en este católico e hipócrita país es que el machismo está tan enraizado en las esencias de las gentes que, inconsciente e involuntaramente, afloran las reminiscencias del burdel.
Escrito por: miren.2010/11/04 12:38:59.471000 GMT+1
Escrito por: xosé.2010/11/04 15:38:33.096000 GMT+1