Tal como lo contó la Cadena Ser, me pareció imposible: que Arnaldo Otegi iba a anunciar que había llegado a un compromiso con Joseba Egibar, suscrito por éste sin consultar al Euskadi Buru Batzar (a la Ejecutiva del PNV), para presentar listas conjuntas en las próximas elecciones generales. Una lista única de todas las fuerzas nacionalistas.
La supuesta noticia no tenía ni pies ni cabeza. Hubiera supuesto el suicidio político de Egibar. Un suicidio absurdo, por lo demás, porque él no tenía autoridad para comprometerse a algo así en nombre del PNV, y menos aún de EA, Aralar y demás eventuales participantes.
Era falso, por supuesto. Egibar lo desminitió, francamente cabreado, y atribuyó la especie a las luchas internas por el poder que están teniendo lugar en el PNV de cara a la elección de hoy. Alguien había querido perjudicarle, dijo, presentándolo públicamente como un insensato. Él se había reunido con Otegi y los otros hace un par de semanas con conocimiento del EBB, había tomado nota de su propuesta... y punto. Ni acuerdo ni vainas.
De todos modos, lo que finalmente sucedió tampoco es que tenga mucho sentido. Aparecieron públicamente Otegi y Usabiaga y leyeron una declaración proponiendo la formación de ese frente electoral nacionalista.
¿Para qué? ¿Qué sentido tiene hacer en público una invitación a otros partidos? Lo lógico es hacérsela discretamente, sondear sus reacciones y ver en qué medida cabe llevarla adelante. Además, ¿adónde pensaban que iban con un plan en el que ni siquiera se menciona a ETA? Otrosí: ¿qué sentido tiene lanzar esa propuesta en público a tres días de la elección de sustituto de Arzalluz al frente del PNV? ¿Querían perjudicar la candidatura de Egibar o pensaban que iban a ayudarlo? En fin, ¿estaba su propuesta dirigida realmente a los partidos nacionalistas o tenía por destinataria a la propia base de HB, desconcertada y no precisamente entusiasmada por el horizonte político que se le ofrece?
En todo caso, y por no eludir el fondo del asunto: la propia propuesta me parece mal. No creo que sea bueno para Euskadi que se establezca un frente electoral nacionalista único. La reivindicación de los derechos nacionales vascos es un aspecto importante de la vida política de Euskadi, pero no el único, ni mucho menos. Un partido político -sobre todo si se trata de una fuerza de izquierda- no puede diluir todas sus aspiraciones programáticas en una plataforma unidimensional de ese género. Me parecería bien que se estableciera una alianza social para llevar adelante las aspiraciones nacionales de la mayoría de la sociedad vasca, o para promover el referéndum de autodeterminación. Pero no a costa de desdibujar los perfiles propios de cada alternativa política.
Otegi dijo que un frente de ese tipo permitiría al pueblo vasco presentar al Estado español «una interlocución única». Dejando de lado el recurso a la jerigonza politiquera, que confunde interlocución con interlocutor -la interlocución no puede decidirla una de las partes, por su cuenta-, lo cierto es que dejó en evidencia uno de los problemas de su propuesta: el pueblo vasco no puede hablar por una sola voz, porque tiene varias. Una voz nacionalista sería sólo eso: una. Porque los no nacionalistas son igual de vascos que los nacionalistas y tienen el mismo derecho a hablar.
Así que muy mal. Todo.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (18 de diciembre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 8 de diciembre de 2017.
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