Cuando los EEUU y la URSS rivalizaban ante el mundo para exhibir sus adelantos científico-técnicos y postular la superioridad de sus sistemas económicos, sociales y políticos respectivos, desplegando cual pavos sus plumajes para llamar la atención sobre los atractivos de los distintos modelos de civilización que representaban, los detalles de escaparate se cuidaban al máximo. No podían permitir que un fallo los dejara en ridículo. Tenían que apuntarse más y más éxitos, costara lo que costara. Y costaba, vaya que sí. La carrera espacial, sin ir más lejos, suponía una partida muy considerable de los presupuestos de ambos estados.
Se hundió la URSS, los EEUU se quedaron sin rival con el que competir, la Federación Rusa renunció a mantener ningún pulso digno de ese nombre y ambos gobiernos, cada uno a su nivel, relajaron por completo su esfuerzo. ¿Para qué iban a mantenerlo? Los Estados Unidos no tienen ya por qué convencer a nadie de los atractivos del sistema capitalista: no hay ningún otro que se presente como alternativa. En cuanto a Rusia, la mera idea de que pretendiera convencer a nadie de la superioridad de su actual sistema económico-social produce risa.
El resultado de esa descarada relajación formal por parte de ambos lo hemos visto escenificado a la perfección en el plazo de pocos días. De un lado, EEUU y la chapuza de su Discovery, al que han tenido que hacerle bricolajes sobre la marcha y cuyo aterrizaje han debido retrasar -dicen- «por el mal tiempo». Del otro, Rusia y su batiscafo atrapado en el mar de Bering, rescatado -qué humillación- por un robot submarino británico.
¡Quién me iba a decir a mí que acabaría echando de menos la competencia!
Me oponía a la imposición de las leyes de la libre competencia, salvajes, darwinianas. Propugnaba su sustitución por normas ponderadas, ajustadas a las necesidades sociales. Pero no es eso lo que ha sucedido, sino todo lo contrario. La competencia ha sido reemplazada en parte por la imposición, en parte por la pura incompetencia.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (9 de agosto de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de julio de 2017.
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