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1997/10/29 07:00:00 GMT+2

La historia de cada cual

Por Dios, qué pesadez: otra vez con la cita de Machado, Agamenón y su porquero.

Qué gremio de vagos. Aquí no se citan obras; se citan citas. Alguien pone en circulación una cita mal traída y tropecientos la repiten igual de mal, sin tomarse el trabajo de ojear el texto original. Hace unos días leí por enésima vez la cita mal hecha de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: él nunca puso en boca del protagonista de Il Gattopardo la frase «hace falta que algo cambie para que todo siga igual». Valiente simpleza. Lo que le hizo decir fue: «Hace falta que todo cambie para que todo siga igual». Algo muchísimo más sutil.

Lo del pobre Machado es peor aún: lo citan para defender... ¡lo contrario de lo que quería decir! Afirman: «Como escribió Antonio Machado, "la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero"». Y se quedan tan anchos. Pero el Juan de Mairena de Machado no se paraba ahí. Tras exponer esa idea aparentemente irreprochable, daba cuenta de que a Agamenón le parecía bien, pero al porquero no.

Lo mismo ocurre con «la verdad de la Historia de España». Los Agamenones la ven a su modo; los porqueros, al suyo.

Antena 3 hace una encuesta callejera entre críos. Les pregunta cuánto duró la Reconquista. No lo saben. «¡A esto hemos llegado!», se indigna un comentarista. No veo cómo podrían saber tal cosa: la Reconquista no existió. La idea de Reconquista se basa en la falsa creencia en una España anterior al siglo XVI. Es pura ideología, en el peor sentido del término. Un bulo.

Teóricamente, sería posible -y muy positivo- que la Historia que se estudiara en las escuelas del País Vasco o de Cataluña, pongamos por caso, fuera coherente con la que se enseñara en Galicia, en Canarias o en Castilla-La Mancha. Pero, para que tal cosa cupiera, sería necesario que el estudio de la Historia se desvinculara de todo afán de proselitismo nacionalista. La presunta Historia de España que a mí me enseñaron era un relato maquillado, salpicado de leyendas, fabricado con la expresa voluntad de convencernos a los estudiantes de la grandeza de España. Puro nacionalismo. Algunos, aunque ya con una panoplia didáctica menos burda, siguen básicamente en las mismas: quieren que la enseñanza de la Historia ayude a cimentar el sentimiento de la unidad de España. A lo que otros responden desde una perspectiva políticamente opuesta pero ideológicamente semejante: quieren que el estudio de la Historia contribuya a dar a su juventud una conciencia nacional propia y distinta.

Ir al análisis de los hechos del pasado mediato o remoto con el deseo de que sirva a tal o cual causa política actual equivale a arruinar la Historia en tanto que disciplina académica.
Lo cual es penoso, sin duda, pero probablemente inevitable, dada la diferencia de perspectivas.

Acertaba Antonio Machado: la verdad de Agamenón no le vale a su porquero.

Javier Ortiz. El Mundo (29 de octubre de 1997). Subido a "Desde Jamaica" el 8 de febrero de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1997/10/29 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: educación el_mundo 1997 lampedusa historia machado españa | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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