El particular código deontológico de Alberto Ruiz Gallardón le llevó a forzar la dimisión del director general de Telemadrid porque un reportaje sobre el País Vasco le pareció «poco beligerante».
¿Qué tipo de beligerancia reclama el presidente de la Comunidad Autónoma capitalina? No, desde luego, en defensa de las libertades ni del Estado de Derecho.
Telemadrid emite programas de exaltación del fascismo en horario de máxima audiencia sin que nadie le ponga ni un pero.
Anoche asistí pasmado a una escena de una película titulada algo así como Cobra, con Silvester Stallone en el papel estelar. En ella, el mozo en cuestión, presentado como el héroe positivo de la historia, discute agriamente con otro policía, que aparece con todos los signos distintivos del burócrata. El otro policía defiende la necesidad de actuar dentro de los límites marcados por la Ley. A lo que Stallone replica: «Mientras tengamos que atenernos a esa mierda de reglas y el asesino no, estaremos perdidos». ¡La Ley, «esa mierda de reglas»! ¡Sacan a un tipo que es la viva imagen de un sicario de los GAL haciendo descarada apología del delito y se quedan tan anchos!
Sacar en un reportaje a Arnaldo Otegi más veces que a Carlos Iturgaiz es intolerable y merecedor de las máximas represalias. Sacar a un Amedo yanqui preconizando limpiarse el pompis con las leyes en aras de la «eficacia policial» es, en cambio, estupendo.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (21 de junio de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 7 de mayo de 2017.
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