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2003/11/06 06:00:00 GMT+1

La boda: ¡esto se anima!

Dejé demostrada mi inicial predisposición a no tomarme la historieta de la boda demasiado en serio. A no convertir lo principesco en principal, por así decirlo. Pero veo que me van a obligar a ponerme trascendente, a fuerza de ponerse trascendentes ellos.

En principio, me importan una higa los derechos de sucesión de las eventuales hijas de la irreal pareja, básicamente porque me importa una higa la sucesión. Pero me parece realmente impúdico que argumenten que no pueden aplicarse directamente al caso las leyes de la igualdad, porque éste es un asunto «muy delicado». ¿Tratan tal vez de decirnos que, según ellos, puede haber en un Estado de Derecho materias más delicadas que las referidas a los derechos y libertades de la ciudadanía?

Pues si eso es lo que pretender afirmar, díganlo, y lo discutimos. Y ya verán como, en cosa de nada, de lo que estamos hablando es de la congruencia o incongruencia democrática de la monarquía. Del absurdo ése que llaman "Monarquía democrática". ¡Una monarquía democrática! Pocas propuestas más obviamente contradictorias en sus propios términos. Un Estado puede ser monárquico y, aparte de eso, funcionar de modo pasablemente democrático. Pero nada menos democrático que tener derecho a ocupar el cargo de máxima representación de un Estado en virtud de la genealogía familiar. Es como si yo pretendiera poseer «el muy democrático título de marqués».

Tampoco es moco de pavo el interés que el Rey ha mostrado al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz, de que la capital esté muy aseada y muy mona el día de la proyectada boda. La tal comunicación permitiría a la Academia Española incluir una nueva acepción de la palabra «segundo». Diría: «Espacio de tiempo que tardó en hervirle la sangre a Javier Ortiz Asecas cuando se enteró del deseo regio de que la capital de España sirviera de adecuado atrezzo al bodorrio de su hijo».

La demanda evidencia hasta tal punto la utilidad meramente decorativa que atribuye la monarquía al pueblo, tratado como amable plebe, que supera todos los niveles de impudicia imaginables. Sencillamente: algo así no se reclama, no ya por razones de consideración ajena, sino de puro y simple pudor propio. Para que a la institución que se representa no se le vean tan claramente las vergüenzas.

En fin, que también esto se está animando.

 

P.D. Ayer, por razones que se me escapan, esta página web registró un nuevo máximo de visitas desde sus orígenes, en julio de 2000. El contador estadístico independiente Nedstat anotó 1.347 visitas desde las 0 horas a las 24 horas del miércoles. Gracias.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (6 de noviembre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/11/06 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: españa felipe_vi 2003 letizia monarquía apuntes | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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