Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2002/10/28 06:00:00 GMT+1

Jugar sobre seguro

Me zahería el sábado pasado por la falta de tino de mi intuición: di en pensar que Putin se estrujaría el cerebro -porque lo tiene: eso es lo peor- y que encontraría el arte de resolver el secuestro de Moscú de un modo no demasiado cruento. Me equivoqué de medio a medio: tiró por la calle más oscura de todas. Ahora sabemos que no ordenó la intervención de sus tropas porque los secuestradores chechenos hubieran empezado a masacrar a los rehenes, como se dijo. De hecho, sólo tres de ellos murieron por fuego de arma.

Para acabar de completar el horror, aparece Bush reclamando a las autoridades rusas que aclaren qué tipo de gas utilizaron en el asalto... ¡para determinar qué tratamiento dar al norteamericano que se intoxicó con él! ¡Qué exhibición de impudicia! No le importa si se utilizó un gas prohibido. No le importa qué suerte corran las demás víctimas. Él sólo quiere cumplir con su deber de patriotero barato.

Fallé en mi pronóstico, por desgracia, y comenté en las páginas de este Diario que eso no es demasiado raro: tal parece que nunca acabará de sorprenderme la estupidez humana.

Pero lo cierto es que mis previsiones no fallan siempre. Haciendo ayer repaso mental de mis yerros, comprobé que mi margen de error se concentra de manera casi absoluta en los augurios favorables. En cambio, casi todos mis barruntos pesimistas han resultado confirmados por los hechos.

Uno de ellos, que muchos de mis próximos criticaron, fue el que formulé hoy hace dos décadas. Escribí que la gente de izquierda real que había votado al PSOE se arrepentiría de haberlo hecho. Que Felipe González y su cohorte se disponían a abrazarse al gran capital y al imperialismo norteamericano, que iban a recortar las libertades, que iban a representar un azote para las reivindicaciones nacionales periféricas, que estaban a punto de entrar en los palacios para quedarse en -y con- ellos y que su progresismo de pacotilla -incluyendo su ficción de feminismo y ecologismo- quedaría en la puerta. No preví ni Filesa ni los GAL -ni los mejores augures descienden a tales detalles-, pero dibujé un cuadro futuro de sorprendente realismo.

Claro que jugué con trampa. Había tenido ocasión de conocer en los años anteriores a más de la mitad de los miembros de la Ejecutiva socialista. Sabía de qué pasta estaban hechos: de la misma que ese Rodríguez Zapatero que dice que en el futuro ninguno de los suyos trincará, porque han aprendido la lección... pero que está todavía por contarnos quiénes de sus antecesores trincaron, cuánto se llevaron y cómo los han castigado por ello.

La verdad es que predecir de gente así que será un desastre es jugar sobre seguro.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (28 de octubre de 2002). Subido a "Desde Jamaica" el 16 de enero de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2002/10/28 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: 2002 diario | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)