Esta es una de las últimas entrevistas de Javier. Se la hizo Manuel Andújar el pasado 2 de marzo en el programa Catipen de Ràdio Vilassar de Dalt. La transcripción ha sido cosa de Maria Zaloña. Gracias a ambos.
Javier valora la situación creada tras las elecciones al Parlamento vasco.
Soy Javier Ortiz. Soy periodista y escritor y editor, y, vamos, persona de mal agüero en general. Actualmente soy columnista para Público, escribo todos los días del año, que son 365 salvo los bisiestos y también escribo para el grupo Noticias: Diario de Noticias de Navarra, de Gipuzkoa y de Álava, y Deia. Soy comentarista de Radio Euskadi y de Ràdio 4 y no sé cuantas cosas más. Pero vamos, cuarenta años de periodismo a las espaldas, lo que me ha llevado a ser bastante escéptico con respecto a la realidad que vivimos.
La campaña electoral de estas elecciones vascas –de las gallegas otros habrá que sepan más que yo- ha sido bastante triste y bastante aburrida, pero no sólo porque los candidatos no le pongan entusiasmo, porque cuidado que le ponen entusiasmo y pegan gritos como si estuvieran jugándose la vida en ello, pero en general la población vasca cada vez está más hartita de la política oficial y presta menos interés; quizá por eso pegan tantos gritos. Ha sido una campaña bastante aburrida en la que ninguno ha querido marcar demasiadas distancias y entonces la gente ha ido mostrando un interés bastante relativo, lo que se ha reflejado en la participación que ha sido la más baja desde hace muchísimo y esto es muy importante.
También es bastante importante el hecho de que al no haber participado en la campaña la izquierda abertzale, digamos heredera de HB, pues la oposición más radical (con independencia de que a cada cual le guste más o menos) quedaba fuera de juego.
Y entonces se discutía si la Y griega, es decir el tren de alta velocidad vasco, estaba bien pensado o mal pensado; si es cierto o no es cierto que la tasa de paro de Euskadi es menor (que es menor) que la del resto del Estado; la capacidad de gestión del PNV… Y todos, hasta los que nos dedicamos a esto por profesión, nos hemos aburrido bastante.
Yo creo que efectivamente la ilegalización de unas candidaturas -incluyendo algunas de partidos que no son ilegales, porque han ilegalizado candidaturas de partidos legales- no sólo resta legitimidad al resultado electoral sino que es un desastre. Nos hemos encontrado con el grado de disciplina de voto que presenta la izquierda abertzale radical, que pide el voto nulo y hay un nueve por ciento del electorado que acude a las urnas para meter en la urna un voto nulo. Y eso sí es militancia, eso sí es fidelidad. Con independencia de que se esté de acuerdo o no con sus posiciones –que ya digo que yo no estoy de acuerdo-, me parece que habiendo un nueve por ciento de la sociedad (que no es un nueve por ciento porque un nueve por ciento es el que fue a votar nulo pero puede ser un doce, un quince por ciento en total) que está en esa sintonía, privar a un Parlamento de la representación de una cantidad tan amplia de la sociedad es cualquier cosa menos democrático.
Si usted me dijera que esas ideas le parecen muy mal, pues yo le diría que vote a otras, pero estamos hablando de ideas, no de gente que pega tiros por la calle; estamos hablando de gente que a lo mejor no condena a quienes pegan tiros por la calle, pero ¿Qué quiere que le diga? Ustedes están diciendo que tienen muy buenas relaciones con Israel que es gente que bombardea a la población civil y la mata a miles. Entonces, no me vengan con tonterías, esa gente tiene una opción política y tiene derecho a expresarla.
El problema es que por un lado consigues que el treinta y cuatro por ciento de la población, más o menos, no vaya a votar, lo cual quiere decir que uno de cada tres electores o electoras de Euskadi no ha querido ni siquiera expresar su punto de vista, y que a eso le añades que otro nueve por ciento ha decidido limpiarse el pompis con la papeleta, entonces, estamos ante una elección que no refleja lo que piensa la sociedad vasca, que refleja lo que es posible expresar dentro del juego político del estado español.
Yo creo que Patxi López como lehendakari, teniendo en cuenta que Patxi López para empezar ni siquiera sabe euskera –lo cual me parece bastante singular en el puesto de lehendakari- juntado con el voto pasivo, porque tanto el PP como el partido de Rosa Díez han dicho que lo apoyarían desde fuera y además críticamente, que no sería un cheque en blanco, o sea, teniendo en cuenta que además de eso lo que tiene fuera es un conjunto de fuerzas que socialmente, políticamente también, pero socialmente tienen una fuerza impresionante, eso no es gobernar, eso es pasar un calvario; no tengo ni idea ni siquiera de lo que duraría porque probablemente la movilización social aumentaría contra un gobierno así; los sindicatos allí no están en absoluto por la labor de un gobierno así y entonces a lo mejor le caería bastante bien a Zapatero, cosa que también dudo porque yo creo que Zapatero está deseando dar el cambiazo y quitar a Patxi López para meter a Leire Pajín que, aunque sea diputada por Alicante, es natural de San Sebastián, y para mí lo que me ha llamado más la atención en ese sentido es que ella está haciendo cursos acelerados de euskera, lo cual parece que indica que alguien le ha dicho que sus destinos no van a seguir en Alicante.
Urkullu ha dicho que el asunto que se le plantea al PSOE –no al PSE, o sea no a Patxi López sino al PSOE- es una cuestión de Estado. Y lo ha dicho porque lo que está tratando de transmitir a Zapatero es: “si nos hacéis la puñeta, nosotros también podemos hacerla”. Eso podría indicar que el PNV rompería relaciones amistosas con el PSOE y entonces el PSOE no tendría más remedio que ponerse a coquetear con CiU. Todo esto es muy complicado, pero en conjunto yo creo que el panorama que se ofrece con respecto a la gobernabilidad –que suelen decir- del Estado es que el PNV se alejaría. Ahora bien, el PNV no es el PNV, son varios PNVs. Yo creo que Ibarretxe (lo conozco poco pero la verdad es que soy autor de la única biografía autorizada de Ibarretxe)… A mí me ha asegurado que jamás gobernará con el Partido Socialista, porque es un hombre muy particular, pero tiene sus principios y uno es que no soporta la mentira y dice que el Partido Socialista le ha mentido muchas veces y que con gente así, él no trabaja.
En consecuencia, yo creo que si se llega a un arreglo PNV-PSOE sería retirándose Ibarretxe de la escena, pero el problema que tiene el PNV es que su capital popular más importante es el propio Ibarretxe, con lo cual, ahí ya tenemos un montón de variables.
El asunto principal es que si el nueve por ciento (estamos hablando de los que fueron a votar nulo, que no quiere decir que sea el nueve por ciento, yo creo que es más), si esa gente tuviera representación, tendría un mínimo de siete u ocho diputados, con lo cual todas la fórmulas que se vayan a poner en marcha están falsificadas. Ahora bien, si el PNV decide gobernar con el PSE, o sea con Patxi López, estoy seguro de que lo que se arma dentro del propio PNV es de órdago y que probablemente se vería abocado a otra escisión tan grave o más que la que tuvo con Eusko Alkartasuna.
Tanto Izquierda Unida como Eusko Alkartasuna han hecho unas apuestas electorales y programáticas que les han salido fatal. Además, lo que más perplejo me deja es que, así como no conozco a Ziarreta, con Madrazo he tenido trato y llevo año y pico diciéndole: “Hablemos, porque creo que estás cogiendo una vía equivocada y las expectativas de la gente de izquierda, no nacionalista radical, pero de izquierda determinista, digamos, van por otro lado”. Y he tratado de explicárselo y no ha querido nunca oírlo. Me imagino que estaba muy obcecado en que estaba haciéndolo bien; y la prueba de cómo les ha ido es que ni Ziarreta de Eusko Alkartasuna, ni Madrazo han salido diputados.
A partir de ahora puede ocurrir un poco de todo, pero un poco de lo mismo. Es decir, que la sociedad vasca (porque el Parlamento Vasco es una cosa y la sociedad vasca lamentablemente a estas alturas es otra cosa) es más o menos la que había. Si se hace el cálculo de las fuerzas, de los números, de la gente que apoyaba al nacionalismo en todas sus variantes o incluso de los partidarios de la autodeterminación –aunque no fueran nacionalistas como podía ser Ezker Batua- es prácticamente la misma que había, porque en el campo españolista, los votos que ha sacado de más el PSE –Patxi López- son, en buena medida, los que se han trasvasado desde el Partido Popular. Entonces, el negocio es el mismo, seguimos en las mismas. Ahora, en el Parlamento luego puede ocurrir lo que sea y llegarán a estos enjuagues, o a aquellos otros, pero el conflicto de fondo va a seguir en las mismas, y en mi opinión con un factor cada vez más preocupante que es el hartazgo que está sufriendo la población vasca por culpa de lo aburrido que es el panorama político.
Javier Ortiz entrevistado en Catipen, 2 de marzo de 2009.
Comentarios
Y de paso aclaro que Ràdio Vilassar de Dalt es una pequeña emisora local que se nutre de las aportaciones de gente voluntaria dispuesta a hacer programas como Catipén, lo que sirve para evidenciar una vez más la generosidad del amigo Javier que se prestó encantado a dedicarnos su tiempo.
Escrito por: Marieta.2009/05/20 10:42:9.026000 GMT+2
Escrito por: joxean.2009/05/20 11:19:11.174000 GMT+2
Escrito por: pakua.2009/05/21 03:43:16.048000 GMT+2