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2000/10/28 06:00:00 GMT+2

IU y la necesidad social

«Y usted, ¿a qué atribuye que sus escritos no tengan un reconocimiento público mayor?», me preguntaron hace unos meses en una entrevista.

«Si prescindimos de cuestiones de calidad, en las que no me parece elegante entrar», respondí, «creo que la razón hay que buscarla en la propia realidad. Mis reflexiones no responden a ninguna necesidad social imperiosa».

El entrevistador se me quedó mirando, perplejo. «Vaya, este tío se dedica a tirar piedras contra su propio tejado», debió de pensar. Pero es que es así. No digo que no haya en España gente que simpatice con una crítica radical de la organización social vigente. La hay, pero en proporción extremadamente minoritaria. Por vía de consecuencia, un escritor que se dedique a realizar ese tipo de crítica está condenado, hoy por hoy, a tener un público también muy minoritario. En realidad, se ven abocados a la exigua minoría incluso quienes realizan una crítica reformista digna de ese nombre, en la línea de la socialdemocracia clásica.

Una parte de la militancia de IU quiere conseguir que su coalición sea coherentemente crítica con los postulados del neoliberalismo y que, a la vez, goce de un respaldo electoral relativamente amplio, que deambule entre el 10% y el 15% de los votos. No entiende que la realidad es la que es y que, como suele decir un amigo mío, «la vaca no da más leche».

Cuanto más coherente y profunda sea la crítica, menos votos recolectará. (De momento, ya digo).

Ahora bien: que nadie crea que ese axioma es reversible. Rebajar la intensidad y radicalidad de la crítica no conduce necesariamente a lograr un éxito digno de ese nombre. Por una razón elemental: la oferta electoral posibilista es muy amplia, y los votantes posibilistas tienden, por lógica elemental, a serlo también en sus opciones: prefieren votar a la candidatura posibilista con más posibilidades de éxito.

Ése es el drama de IU: cuanto más coherente sea, más estancará -o reducirá, incluso- su ámbito de influencia; pero cuanto más acomodaticia se muestre, más tenderá a confundirse con el PSOE y a verse anegada por su muy superior tirón electoral.

«Cuando el hambre entra por la puerta, el amor huye por la ventana», escribió Marx (Groucho). El navajeo que se vive en la Asamblea de IU no es fruto de ninguna propensión natural perversa de las personas que encabezan las diferentes candidaturas a la jefatura de la coalición. Es el resultado de la cruda realidad que afronta y de la incapacidad de sus dirigentes para admitir que, por extraño que parezca en abstracto, resulta ruinoso dedicarse a vender helados en el desierto. No es que la idea sea intrínsecamente mala: es que por allí apenas pasa nadie.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (28 de octubre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de abril de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/10/28 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: 2000 diario | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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