El señor embajador de España en Indonesia (pronunciad Indonysia) es la más evidente demostración de que al Reino de España se la suda Indonesia. Y, ya de paso, también Singapur, porque el individuo también está encargado de los asuntos de la populosa ciudad-estado.
Si Indonesia fuera un objetivo de mediana importancia, el Reino de España no le habría encargado sus negocios. Vamos, eso supongo.
Citaré dos perlas del señor embajador, que atiende por Antonio Segura («¡...pero naaaaada que ver con Murcia, por favorrrr...!»).
Primera afirmación del señor Segura: «Miraddd...: a Indonesia.... como a todos estos países... (sic!!!)... lo que más le convendría es una dictadu....».
Cortó la frase ahí, tal vez porque vio nuestra cara de espanto o quizá porque se atuvo a su costumbre de no finalizar ningún nombre (v.gr.: para él, Estados Unidos es "los Estados", y Kuala Lumpur, "Kuala". Yo le sugerí que mejor que decir "Kuala" dijera "la cual", pero creo que no me atendió/entendió).
Segunda afirmación de don Antonio: «¿Cuál fue el problema de Franco? ¡Que no tenía el refrendo de las urnas! Por lo demás, ¿qué problema tenía? ¡Ninguno!».
Don Antonio Segura es muchas cosas, pero señalaré sólo una de llamativa trascendencia: Dios no le ha llamado por los caminos de la diplomacia.
«...¡Uyyyy, cuando estuve en Sudáfrica!», comentó en otro momento. «¡Cómo fue aqueeeeeeello! Me ofrecieron tener corderos, y cerdos, y gallinas... ¡De toooodo! Les dije que sólo quería gallinas ponedoras. ¿Y qué huevos me poooooonían! Los regalaba. Cogía una docena y una tarjeta de la Embajada y los enviaba: "Estos, para Mrs. Hamilton". Y, hala, se los mandaba. Pero ¡¡¡¡qué hueeeevos, de verdad, os lo juro!!!».
Y así.
Nos habló de su paso por Argentina, y por China, y por Japón, y de cada uno de esos lugares del globo tenía anécdotas espeluznantes, realmente dantescas, que a él le parecían graciosísimas.
«Mira, ahora no está el embajador de los Estados (Unidos)... Y taaaanto mejor. Porque es de un presuntuoso... ¡Se cree que puede poner y quitar ministros! Yo ya se lo digo: "Tienes que ser más sutil". Porque no es nada sutil, de verdaaaaad. ¡Nada sutil!».
Don Antonio Segura daría para escribir toda una novela. Pero nadie se la creería. La gente, ignoro por qué, se empeña en que las novelas tienen que hablar de personajes creíbles.
Él, desde luego, no es creíble.
Pero ahí está.
Doy fe.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (8 de noviembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de noviembre de 2009.
Comentarios
Me pregunto: ¿Estos embajadores dejan en mal lugar a España o, por el contrario, cada país tiene LOS EMBAJADORES QUE SE MERECE..?
Escrito por: MIREN.2009/11/11 17:01:37.678000 GMT+1