2004/09/27 06:00:00 GMT+2
He tratado de seguir algo las variadas actividades del ayer clausurado Foro de las Culturas, que se ha celebrado en Barcelona durante los últimos meses. He tenido la sensación de que ha habido pocas aportaciones de interés y demasiado lugar común bienpensante. Mucha crítica tipo «los poderes públicos deberían tener más en cuenta» y poca leña de verdad. Lo cual tampoco resulta nada de extrañar, si se tiene en cuenta quién dirigía el acontecimiento -el Ayuntamiento de Barcelona- y, sobre todo, quiénes lo pagaban: multinacionales, inmobiliarias, prósperos negociantes de la informática y grandes empresas de varios ramos más. Comprendo que no les entusiasmara la idea de pagar para que se les pusiera a caldo.
He leído -y los he recogido en esta misma página, en la sección de Otras Voces- que el montaje del Fòrum ha servido para llevar adelante una nueva maniobra de especulación urbanística. Otra más. No puedo certificarlo, pero tampoco me extrañaría: es lo suyo. También he tenido noticia de que los organizadores han hecho un esfuerzo importante para evitar que pudieran tener eco las contadas voces radicales que pudieron colarse en el recinto. Eso, sin contar con sonoros y reveladores patinazos (por ejemplo: que una escritora egipcia no pudiera ofrecer su intervención en árabe por falta de traducción, lo cual no está nada mal en un encuentro que se pretende foro de culturas). En fin, el interés mostrado por la población ha dejado no poco que desear: se esperaban unos cinco millones de visitantes y la cifra final apenas ha rebasado los tres millones, y ello contando con que en los últimos días acudieron 400.000 personas, en lo fundamental porque se regalaron invitaciones a mansalva. Esa falta de interés no se explica porque los asuntos culturales tengan escaso atractivo para las masas, sino, sobre todo, porque los precios para acceder al recinto eran francamente disuasorios. De hecho, ya han decidido que en el siguiente Foro, que se celebrará en Monterrey (México), la entrada será gratuita. Quedará para cada exposición o acto concreto fijar un precio de entrada, si lo desea.
Aunque no lo reconozcan en público, el sentimiento de que el montaje ha distado de ser un éxito alcanza también a los propios organizadores. El acalde de Barcelona, Joan Clos, tras admitir ayer que «ha habido voces discrepantes», dejó asomar la realidad cuando añadió que «habrá que tener en cuenta las insuficiencias de cara a sucesivas ediciones» y que «el legado del Fòrum se apreciará más con el paso del tiempo».
Cabría resumir el conjunto diciendo que el PSC da de sí lo que da. Sería muy ingenuo esperar un juicio crítico de la cultura dominante procedente de alguien que es parte de ella. Y que se resistiera a hacer negocio gente que siente una inclinación tan irrefrenable por ellos.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 17 de agosto de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/27 06:00:00 GMT+2
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2004/09/26 06:00:00 GMT+2
Estuve atento el viernes pasado al debate de política general que tuvo lugar en el Parlamento vasco. Me interesé en particular por los asuntos en los que la polémica se volvía más agria. Y me di cuenta de que ciertas críticas que se dirigen los unos a los otros las exponen de un modo tan poco preciso, con tanto recurso a la retórica de las grandes palabras y al tremendismo, que acaban por no reflejar las contradicciones reales que subyacen en los enfrentamientos.
Me llamó la atención, en particular, el empeño que ponen algunos en acusar a Ibarretxe de esconder propósitos independentistas. «Ustedes lo que en realidad pretenden es la independencia», le decían. Es falso, pero no necesariamente porque ésa no fuera la intención del PNV, en el caso de que fuera posible, sino porque Ibarretxe y el PNV, incluso en sus tendencias más marcadamente nacionalistas, saben que la independencia de Euskadi no es una opción materializable. No, por lo menos mientras la Unión Europea siga existiendo, y no parece que se disponga a desaparecer en un futuro cercano.
Tal como siempre se ha entendido la independencia, nadie dentro de la UE es ya independiente. La falta de controles fronterizos, la moneda única, la incapacidad de los gobiernos para definir las líneas clave de la política económica en sus respectivos países, la cada vez mayor unificación de las políticas exterior y de Defensa... Si a los resortes de poder que se reservan los organismos de Bruselas añadimos los asumidos por los órganos de poder de rango territorial menor, incluidos los municipales, constataremos que lo que hoy en día existe es una amplia trama de dependencias mutuas insoslayables, y que el margen de acción de los gobiernos es ya bastante limitado.
Si Euskadi no hubiera entrado nunca en la UE, aún cabría plantearse la posibilidad de montar un Estado vasco independiente. Pero después de veinte años de relaciones asentadas y de estructuras de poder en simbiosis dentro de la UE -sin hablar de las que tiene establecidas dentro de España-, el pueblo vasco puede aspirar a tener voz propia ante los órganos de poder comunitario, pero a poco más que eso. Y como eso, que no sería poco, no depende de la voluntad soberana del pueblo vasco, sino que tendría que ser admitido por el conjunto de los miembros de la UE -una relación multilateral no puede decidirla una sola parte-, lo que parece imponerse, más que la realización de un acto solemne y único, es afirmar esa voluntad y propiciar un proceso que conduzca a una adquisición progresiva de influencia de Euskadi en Europa.
Existe otra hipótesis: salirse de la Unión Europea. Pero no he visto que ninguna fuerza política reclame eso, y menos todavía que explique cómo cree que esa Euskadi separada podría funcionar prácticamente tras haber roto con la UE.
Lo que se propone Ibarretxe -y ya vemos con qué dificultades- es impulsar el reconocimiento del derecho de la sociedad vasca a administrar el conjunto de parcelas de poder que la UE no se reserva para sí y que no tienen por qué ser competencia exclusiva del Estado español. Hay bastantes materias englobables en ese capítulo. Y algunas muy importantes. Habrá quien vea esa pretensión con mejores ojos, quien la vea con peores, e incluso quien no la vea, pero no apunta en el sentido de una independencia imposible.
Siempre me ha molestado el recurso polémico consistente en deformar lo que dice la otra parte para así criticarlo con más facilidad. Unidad Alavesa, el PP y el PSE-PSOE no quieren el nuevo marco jurídico que propone el Gobierno tripartito vasco porque consideran que eso daría demasiado peso al Ejecutivo de Vitoria en relación al poder central (o al revés: reduciría la capacidad del poder central para influir en la vida vasca). Están en su derecho. Pero critíquenlo por eso, argumentando en qué les parece excesivo. Y, a poder ser, hagan sus propuestas: devolver tales o cuales atribuiciones a Madrid, dejar las cosas como están, ampliar el actual Estatuto, redactar uno nuevo... Pero no le reprochen aspirar a lo que no aspira.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (26 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/26 06:00:00 GMT+2
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2004/09/25 06:00:00 GMT+2
El obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, José Gea Escolano, ha adquirido fama notable por sus declaraciones agresivas y subidas de tono, uniformemente ultras. Ayer respondió a la idea -de momento vaga e inconcreta- adelantada por algunos dirigentes del PSOE de que convendría ir negociando con la Iglesia Católica el término de la extraordinaria financiación que el Estado español le aporta, y saltó diciendo que eso significa que «quieren acabar con la Iglesia» e incluso comparó la idea con un intento de agresión racista, como si la jerarquía católica constituyese una etnia específica.
El pago de una elevada cantidad anual del erario a los obispos españoles es, si no me equivoco, resultado de una vieja decisión tomada a mediados del siglo XIX para «compensar» a la Iglesia por las expropiaciones de tierras llevadas a cabo durante las desamortizaciones de Mendizábal y Pascual Madoz. Se trataba de grandes posesiones que o estaban sin cultivar o producían rentas muy bajas, al estar los campesinos obligados a pagar tanto a la Iglesia como al Estado, lo que les dejaba las arcas casi vacías. Resulta fuera de lugar que siglo y medio después se siga pagando esa compensación. Por tres razones: porque supone admitir a estas alturas la licitud de aquellas posesiones, porque la compensación por lo expropiado ya ha sido más que suficiente y porque la Iglesia Católica continúa teniendo medios más que sobrados para atender sus necesidades. Nada más que con que pusiera a la venta una parte mínima de su patrimonio inmobiliario podría mantener sus presupuestos sin el menor problema.
De todos modos, tanto Chaves como Fernández de la Vega han dicho algo que no estoy seguro que sea jurídicamente correcto: que el Estado español «es aconfesional y, por tanto, laico». Sin ser experto en estas cosas, más de una vez he oído que «aconfesional» y «laico» no son sinónimos, y que la Constitución precisamente empleó el término «aconfesional» (en el sentido de «no adscrito a ninguna confesión concreta») para no utilizar el de «laico» (ajeno a toda religión).
Tecnicismos jurídicos al margen, ambos saben de sobra que este Estado, que hace ofrendas al apóstol Santiago, y muchas de cuyas autoridades desfilan en todas las procesiones que se les ponen por delante -Bono bajo palio, incluso-, dista mucho de ser laico.
Otra cosa es que el obispo mindonense monte el cirio para que no le rebajen ninguno de sus privilegios.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/25 06:00:00 GMT+2
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2004/09/24 06:00:00 GMT+2
Imagino que no quedará apenas nadie que no haya pensado en algún momento, así haya sido en un arrebato de malicia parcial y transitoria, que ese invento de los Días Internacionales de Lo Que Sea representa una broma pesada.
-¿Qué pasa? ¿Que los otros 364 días del año está bien que pasemos del problema? -piensa todo pichichi.
Una maestra me contó que eso fue lo que le dijo un niño cuando anunció en cierta ocasión que en la jornada de autos se celebraba el Día Mundial Contra los Malos Tratos a las Mujeres:
-¿O sea que hoy no puedo pegar a las chicas?
Todos los días son el Día Mundial de Algo. De algo maltratado, por supuesto, porque no quedaría muy estético que se celebrara el Día Internacional del Fondo Monetario Internacional, o el Día Mundial de la Banca Suiza, o incluso el Día Mundial de Florentino Pérez. Esas instituciones celebran su día todos los días del año. La gracia está en dedicar un día a quienes tienen toda la vida en contra.
He mencionado de pasada «el día de autos». El pasado miércoles fue el Día Europeo Sin Coches, o algo así. Se suponía que en tal fecha debíamos conjurarnos todos para no utilizar nuestro vehículo particular.
¿Y por qué? ¿Qué mal que las autoridades quieran erradicar es el que se supone que debíamos combatir con ese gesto?
La víspera había sido el Día Mundial Contra el Alzheimer. Dudo mucho de que los gobiernos deseen que la ciudadanía tenga buena memoria -sería su perdición-, pero puedo entender, al menos, que no simpaticen con el Alzheimer, así sea sólo por lo que el tratamiento de esa enfermedad se lleva de los presupuestos generales.
Pero lo de los coches me supera. ¿Están en contra? Pues que lo digan. Que expliquen por qué y que detallen cómo se proponen acabar con esa lacra. ¿Tal vez están decididos a potenciar muchísimo el transporte público y a dificultar el privado hasta conseguir que lo odiemos? No creo, porque el hecho es que siguen haciendo obras y más obras para animar a los automovilistas a meterse con su coche hasta la cocina de las grandes ciudades. Es el caso de Ruiz Gallardón en Madrid, sin ir más lejos (de mi casa).
Vuelvo a la pregunta de siempre: ¿nos han tomado por tontos o es más bien que saben por experiencia que somos tontos?
Oí el otro día a un ecologista alavés que defendía que no se celebrara el Día Europeo Sin Coches, sino todo lo contrario: que se convocara el Día Europeo Con Coches. Sugería que hubiera un día en el que todos los propietarios de coches los usáramos, para abarrotar las calles y demostrar que el modelo de transporte actual, que cuenta con el beneplácito hipócrita oficial, es un disparate absoluto.
Me pareció una gran idea. Recordé la frase de Lenin: «No hay mejor modo de desprestigiar una causa que llevarla a sus últimas consecuencias». En este caso, hasta estrellarla, ya que de coches se trata.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (24 de septiembre de 2004) y El Mundo (25 de septiembre de 2004). La nota sólo pareció en el apunte. Hemos publicado la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Nota.- Ya sé que la idea del texto que sigue la dejé caer de pasada en un apunte de hace algunos días, pero me quedé con las ganas de desarrollarla un poco más y de hacerlo, ya de paso, para una columna de El Mundo. Es lo que he hecho hoy, porque además salgo ahora mismo de viaje en coche y, con el apuro de tiempo, no puedo permitirme el lujo de estar demasiado prolífico.
Aprovecho la ocasión para pedir a aquellos/aquellas de ustedes que no sepan bien de qué va esto, que, cuando lean los apuntes que escribo a modo de borrador de las columnas del periódico y aprecien que he incurrido en algún error, en alguna estupidez (excesiva, superior a lo de siempre) o algo similar, tengan el detalle de hacérmelo saber vía correo electrónico, porque así lo corrijo antes de enviarlo al diario y hago un poco menos el ridículo ante el gran público.
Ya que no cobro por esto, echadme de vez en cuando una mano, coñe.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/24 06:00:00 GMT+2
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2004/09/23 06:00:00 GMT+2
A medida que las radios y las televisiones han ido haciéndose cargo del cambio de Gobierno, se han producido relevos interesantes en la dirección de los programas informativos y de opinión. Hablo de las radios y televisiones del Estado, por supuesto, pero no sólo: también de las privadas que tienen en cuenta por dónde sopla el viento.
Eso ha tenido como efecto que algunos fanáticos hiperderechistas disfrazados de informadores hayan pasado momentáneamente a la reserva y que hayan llegado al primer plano -o vuelto- algunos periodistas menos encrespantes.
Pero se ve que esos periodistas, o sus jefes -o ellos y sus jefes a la vez-, tienen miedo de que la gente pueda pensarse que no son lo bastante pluralistas. Así que han decidido que sus programas sigan repletos de opinantes favorables al PP. Con lo cual tenemos presentadores menos reaccionarios, pero programas igual de reaccionarios.
Ayer oí en la radio a alguien sedicentemente progre que entrevistaba a Paloma Gómez Borrero. Por supuesto que no creo que sea un crimen entrevistar a esa señora, aunque yo no lo haría ni harto de grifa, pero me llamó la atención con qué fervor se tomaba la entrevista el progre de turno y con qué entusiasmo jaleaba el arrobamiento papal de la entrevistada. Era evidente que creía estar dando una prueba fehaciente de su pluralismo.
Lo consideré ejemplar, en sentido estricto. Es decir, un ejemplo de cómo funciona ahora la cosa. El nuevo pluralismo no consiste en dar la palabra a gente que se sitúe de Izquierda Unida para acá, por así decirlo, sino en poner en palmitas, por enésima vez, a doña Paloma Gómez Borrero. O en hacer mil homenajes a Matías Prats senior (*).
La primera vez que los socialistas (ejem) llegaron al Gobierno, nos demostraron lo plurales y modernos que eran restregándonos por las narices su devoción por el boxeo, las carreras de caballos y las corridas de toros. Ahora han decidido que lo van a demostrar poniéndonos a Paloma Gómez Borrero y a los cincuenta clones de Paloma Gómez Borrero, con faldas o con pantalones, que pululan por las ondas.
(*) Matías Prats, supuesto «maestro de periodistas» (¿de qué periodistas?), no sólo fue un facha de mil pares, sino también un pesado. Aún recuerdo cómo, en uno de sus habituales ataques de verborragia, llegó a ilustrar un primer plano del balón en un partido de fútbol televisado diciendo: «El balón». Él mismo se dio cuenta de la parida y trató de enmendarla: «Decimos esto porque un grupo de invidentes nos ha solicitado que aportemos el máximo detalle...» Ahí es nada: ¡un grupo de invidentes televidentes! Bueno, tampoco fue tan surrealista: recordemos que estamos en un país en el que el Estado otorgó una licencia de televisión a la organización nacional de los ciegos.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (23 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/23 06:00:00 GMT+2
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2004/09/22 06:15:00 GMT+2
Hoy es el Día internacional sin coche.
Se trata de una gilipollez. Otra de las muchas con que nos castigan las autoridades. Como el Día mundial contra el Alzeimer, que fue ayer. ¿Un día contra el Alzeimer? O sea, 364 a favor.
¡Contra el Alzeimer! ¡Qué morro! ¡Pero si ellos viven de la desmemoria general!
Preparándome para la tertulia radiofónica de hoy, he oído a un ecologista alavés que defiende que se instaure un Día con coche. Dice que, si todos los propietarios de vehículos de Vitoria-Gasteiz se pusieran en marcha a la vez, se vería con perfecta claridad que el actual modelo de transporte es insostenible. No cabrían en la ciudad ni de coña.
Me parece una idea excelente. Hay que empezar a promocionar iniciativas así.
Decía Lenin que no hay mejor modo de desprestigiar una idea que llevarla a sus últimas consecuencias.
Llevemos esta civilización a sus últimas consecuencias. Ojalá sean realmente las últimas.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (22 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/22 06:15:00 GMT+2
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2004/09/22 06:00:00 GMT+2
Hablaba ayer con Charo de una de esas discusiones en las que el oponente te suelta: «Y eso es así, y ya está». O bien: «Porque eso es así, y punto». Recordé una vez que mi amigo Carlos Boyero me dijo: «¡Cómo me cabrea la gente que trata de acabar una discusión diciendo: "Y punto"! ¡Será "...y punto y seguido"! ¡Por lo menos hasta que yo haya terminado mi parte!»
Yo, que soy bastante menos pasional y quizá una miaja más poético que el bueno de Carlos, me acordé de un poema de Ángel González que leí cuando tenía 16 o 17 años y que me impresionó tanto que todavía lo guardo en la memoria.
Decía así:
ALOCUCIÓN A LAS VEINTITRÉS
Ciudadanos perfectos a estas horas,
honorables cabezas de familia
que lleváis a los labios vuestra servilleta
antes de pronunciar las palabras rituales
en acción de gracias por la abundante cena:
vuestra responsabilidad de sólidos pilares
de la civilización y de Occidente,
del consumo de bicarbonato sódico
y del paternalismo hacia la servidumbre,
exige de vuestra parte
cierta ignorancia de hechos también ciertos,
un esfuerzo final en bien de todos,
la tozuda incomprensión de algunas realidades,
la fe más meritoria, en resumen,
que consiste
en no creer en lo evidente.
Yo podría jurar que la tierra está fija
-ya lo juré otras veces-
¬y que el sol gira en torno a ella;
yo podría negar que la sangre circula
-lo seguiré negando, si hace falta-
¬por las venas del hombre; yo podría
quemar vivo a quien diga lo contrario
-lo estoy quemando ahora-.
No es que sean importantes los asuntos
objeto de polémica:
lo importante es la rígida
firmeza en el error.
Pues las mentiras viejas se convierten
en materia de fe,
y de esa forma
quien ose discutirnos
debe afrontar la acusación de impío.
Con esto, y una buena cosecha de limones,
y la ayuda impagable de nuestros coaligados,
podemos esperar algunos lustros
de paz como esta de hoy,
en una noche
semejante a esta de hoy,
tras una cena
lo mismo que ésta de hoy.
Tal como siempre, pues, pedid conmigo:
Más fe, mucha más fe.
Que en cierto modo,
creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.
Copyright Ángel González.
Y ya que me he metido en versos y que hoy es 22 de septiembre, haré honor a la tradición y volveré a recordar, como años pasados, la canción del día, que hoy incluyo para quien quiera oírla. Es, claro, «El 22 de Septiembre», de Georges Brassens. Audible en copia de baja calidad, como siempre.
Es una canción que a mí me hace particular tilín, por lo que tiene de divertidamente vengativa. Me parece buena idea ésa de decir: «´Me dejaste tirado un 22 de septiembre y me he pasado los años llorando el aniversario. Pero hoy es 22 de septiembre, y la verdad: me importa un bledo». No lo dice así, pero es el resumen.
Y punto.
...Y seguido: para quien quiera leer la letra, aquí: http://www.paroles.net/chansons/30244.htm
Javier Ortiz. Apuntes del natural (22 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/22 06:00:00 GMT+2
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2004/09/21 06:00:00 GMT+2
Dejo hoy tres pequeñas pinceladas.
La primera, con foto.
El fotógrafo le echó su mala uva, desde luego, y los organizadores del acto se lucieron el pelo poniendo ahí la mesa, pero no es eso lo que más me ha llamado la atención al ver la foto, sino el cambio físico que está experimentando el ex presidente. En pocos meses, Aznar ha envejecido años. Y ha fijado en su cara un gesto de amargura realmente desolador. Una cara así, a la gente normal sólo se le pone en los funerales de la gente más querida.
Para mí que Aznar se siente en su propio entierro.
Segundo trazo.
Los dirigentes máximos de Francia, Brasil, Chile y España, con Kofi Annan en funciones de anfitrión, han rubricado un compromiso para erradicar el hambre de la faz de la tierra de aquí al 2015.
No sé si es que se les cae la baba a ellos, si es que creen que los panolis somos los demás o si ambas cosas.
La misma gente que firmó lo del 0,7% hace la intemerata se descuelga ahora diciendo que se propone incrementar en los próximos años el importe de la ayuda al Tercer Mundo subiéndola... al 0,5%.
No me lo creo. Y además me da igual. Porque, sea el dinero que finalmente sea, se lo darán a los que mandan en los países donde reina la miseria, y ellos se lo meterán en el bolsillo, con sede en Suiza.
Esta gentuza habla del hambre como si fuera un problema técnico, y no el resultado de la división del mundo en explotadores y explotados.
Tercera pincelada.
Ayer leí un artículo del Times que decía que el hundimiento de Afganistán es tan total que en ese «narco-Estado» -así lo llamaba el autor del reportaje- ni siquiera hay energías suficientes para producir conflictos.
No sé si será ésa la realidad afgana, pero rubrico la tesis de fondo. En general, la gente más miserable no se rebela. Está demasiado ocupada en morirse de hambre.
Luego se plantea la cuestión de cómo se rebelan los que se rebelan.
Hace unos minutos he retirado la vista del vídeo de la decapitación de un rehén en Irak.
¿Hay gente capaz de hacer eso? Qué gentuza.
Ya sé que Bush no atesora una moral más exquisita. Pero Bush no defiende una causa justa.
Tener razón impone normas.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (21 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/21 06:00:00 GMT+2
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2004/09/20 06:00:00 GMT+2
El Partido Socialista Francés está dividido. François Hollande, su primer secretario, respalda el proyecto de Constitución Europea. En cambio, el número dos del partido, Laurent Fabius, lo rechaza y preconiza que se vote «No» en el referéndum que convocará Chirac.
El debate llena muchas páginas de la prensa gala.
Eso es lo primero que llama la atención. Aquí los medios de comunicación no recogen ninguna polémica. Cuentan que a algunos políticos locales el proyecto les gusta más y a otros menos, pero no pormenorizan los detalles. Deben de considerarlos aburridos. Pasó lo mismo en su día con el Tratado de Maastricht, que en Francia fue muy debatido y aquí llegó, se aprobó entre bostezos y se volvió para casa sin pena ni gloria. El entonces presidente del Gobierno, Felipe González, llegó a decir que someter a referéndum el contenido de aquel Tratado sería como sacar a votación el color de los balcones de la plaza de Chinchón.
Ese hombre nos tomaba por imbéciles -por más de lo que somos, quiero decir-, y se le acabó notando.
Los socialistas franceses discuten sobre si esta supuesta «Constitución» (que no es una verdadera Constitución, y eso es lo primero que ponen sobre la mesa) representa un avance o un retroceso con respecto a los tratados en vigor dentro de la UE. Hay quien se queja de que lleva aún más lejos el actual modelo de construcción europea, que «armoniza» las reglas del neoliberalismo económico pero se lava las manos a la hora de homologar las normas de política fiscal y social. Otros responden que eso es cierto, pero que menos mal, porque si la UE homologara esas materias lo haría a la baja.
Me he detenido a leer lo que escriben en Francia los unos y los otros movido por un interés meramente estilístico, para evaluar la esgrima intelectual de los oponentes, que no es poca. Pero ni por un momento se me ha ocurrido la posibilidad de que los defensores del «Sí» a ese texto llegaran a convencerme de la necesidad de respaldarlo. Tampoco me conmueven nada los socialistas franceses que preconizan el «No»: el propio Fabius contribuyó decisivamente a asentar esta Europa antisocial de la que disfrutamos cada día más.
Puesto a reflexionar sobre qué hacer cuando llegue el referéndum preceptivo, la única duda que me asalta es si votar «No» (por mi cuenta y basado en mis propios argumentos, desde luego) o abstenerme. La abstención tiene un poderoso atractivo, porque añade al rechazo del texto la no participación en la farsa, pero tiene el inconveniente de que el gesto se queda en nada. Salvo que seamos mayoría los que hagamos el corte de mangas. Eso tendría su gracia.
De todos modos, el dilema no me quitará el sueño. Sé de sobra que al final, digamos lo que digamos los votantes, la oligarquía con mando en Bruselas acabará haciendo lo que mejor cumpla a sus intereses. Como siempre.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (20 de septiembre de 2004) y El Mundo (22 de septiembre de 2004), salvo la nota, la cual únicamente se publicó con el apunte. Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
P.S. El amigo Marat, que cuando no dormita en la bañera viendo la tele y despotricando contra ella hace cosas así (mayormente porque sabe), me ha mandado una cabecera farde para los Apuntes. Como tampoco soy cutre por vocación, la he incluido supra. Si hay quejas por verme el morro (aparte de la mía, quiero decir), la quito y vuelvo al letrero anterior.
Nota: Esta es la cabecera a la que Javier se refiere.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/20 06:00:00 GMT+2
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2004/09/19 06:00:00 GMT+2
Cuenta hoy El Mundo que, en las vísperas de la intervención militar estadounidense en Irak, Rodrigo Rato, a la sazón vicepresidente de Aznar, se opuso a que el Gobierno de España se alineara con el de EEUU.
Es obviamente incierto. Rato no se opuso. Por lo que se lee en el propio diario, Rato se limitó a opinar desfavorablemente.
Oponerse es otra cosa. Cuando uno está realmente en contra de algo, lo proclama a los cuatro vientos para que todo el mundo lo sepa y actúa en consecuencia. Oponerse es, por ejemplo, lo que hizo Pimentel, que recogió sus cosas del despacho ministerial y se fue a casa.
Siempre me han resultado patéticas esas «oposiciones de principio» que consisten en decir que no en la reunión en la que se discute el asunto y luego secundar a los que han dicho que sí. Eso no es una oposición de principio. Por supuesto que alguien puede votar en contra de algo y luego defender que se haga, si es que la mayoría lo respalda, pero eso no es aplicable a las cuestiones de principios. Tratándose de asuntos decisivos, el rechazo obliga, por definición, a tomar decisiones.
Es risible cuando se oye que Fulano o Mengano «ha presentado su dimisión, pero no le ha sido aceptada». Las dimisiones no se presentan para que sean aceptadas. El que dimite, dimite, y ya está. No lo somete a ninguna evaluación ajena. Una cosa es dimitir y otra, totalmente distinta, expresar a la superioridad el deseo de ser relevado en el cargo y dejarlo a su consideración (lo cual, en ciertos casos, puede muy bien ser lo acertado). Por decirlo de otro modo: una cosa es estar a disgusto y otra considerar que la situación es insoportable.
¿Que Rato se sintió a disgusto participando en la guerra de Irak como vicepresidente de un Gobierno que la propició? Eso me lo creo. Pero no pensó que fuera inaceptable intervenir en la guerra. Porque, de haberlo considerado así, no lo habría aceptado. Sin más.
Lo más triste, en su caso, es que hubiera podido hacerlo sin mayor problema. Todos hemos visto a lo largo de la vida a gente que ha tragado carros y carretas no por gusto, sino «para llevar el pan a la boca de sus hijos», como dicen los amigos de lo melodramático. Pero Rodrigo Rato tiene una hermosa fortuna personal y puede cubrir sin ningún problema los gastos no ya de una, sino de varias familias, con sus correspondientes proles.
En resumen: que se trató de un episodio menor en el que sólo se dirimieron asuntos de cálculo. Nadie trate de revestirlo de grandeza, porque no tuvo ninguna.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de septiembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/09/19 06:00:00 GMT+2
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