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2004/11/29 06:00:00 GMT+1

Otro que se va

Cuenta hoy García Abadillo en El Mundo que Baltasar Garzón va a solicitar una excedencia para colgar la toga y marchar a Estados Unidos a dar clases. Parece que las gestiones del apaño se las ha hecho gente del grupo Prisa con influencias en las Américas y que su marcha tendrá lugar en la primavera del año que viene.

Hace tiempo que se contaba en los mentideros capitalinos que Garzón ha sufrido una decepción muy grande tras la llegada del nuevo Gobierno. Una vez frustrada su aspiración a presidir la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional -su candidatura no obtuvo el respaldo de la mayoría de los miembros del Consejo General del Poder Judicial-, el juez estrella por antonomasia confiaba en que Rodríguez Zapatero lo nombraría para un cargo de campanillas. Una vez más, le perdió la petulancia: no contó con que hay muchos dirigentes del PSOE que desconfían de los extremos a los que puede llegar por culpa de su ambición y sus ganas de figurar. No sé si entre esos dirigentes se contará el ministro de Defensa, José Bono, que lo apadrinó en su primera incursión en la política profesional y que posiblemente saldría escaldado de la experiencia; sí tengo noticia, en cambio, del claro desafecto que le profesa el actual ministro del Interior, José Antonio Alonso, lo cual ya habría sido suficiente foso para impedir que pudiera reemprender su carrera política, esta vez como gran coordinador de la lucha antiterrorista, que era el puesto al que aspiraba.

Garzón se considera un hombre más bien de izquierdas, y no poca gente tiene esa imagen de él, sobre todo por su participación en el intento de extradición de Pinochet. Yo, que lo traté en tiempos, siempre he pensado que no cuenta ni con la preparación ni con las convicciones políticas necesarias como para asignarle una ideología deliberada. Pero, al margen de eso, lo decisivo es que el último tramo de su carrera judicial lo ha hecho de la mano del PP. Fue el juez de Mayor Oreja, no sólo en el terreno práctico, sino también en el doctrinal: dio una cobertura judicial clave a la política del tándem Aznar-Mayor en relación a Euskadi, contribuyendo a amalgamar y criminalizar conjuntamente el nacionalismo y el terrorismo. Ésa es la marca de fábrica que lleva encima.

Ahora, tras la derrota del PP el 14-M, los principales artífices de aquella política van emprendiendo la huida uno tras otro. Aznar no para de volar -aunque se repare en él sobre todo por sus escalas en Georgetown- y Mayor Oreja, con el inevitable Iturgaiz del brazo, se ha instalado en Estrasburgo. Quedaba Garzón. Se va también.

Es síntoma de que algo está cambiando. ¿Resulta esperanzador? Depende de la palabra en la que pongamos el acento. Si nos fijamos en que la realidad se mueve, cabe alegrarse. Si reparamos en la velocidad de tortuga a la que lo hace, hay motivos para seguir desesperando.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (29 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/29 06:00:00 GMT+1
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2004/11/28 06:00:00 GMT+1

Madrid, 2012

Siento una sensación de profunda extrañeza -me temo que la alienación es eso, literalmente hablando- cuando oigo a Josep Lluís Carod-Rovira decir que Madrid no está en condiciones de organizar los Juegos Olímpicos de 2012.

Las preguntas se me agolpan: ¿qué es Madrid, amén de un espacio físico (que, como tal, no puede organizar nada)? ¿Es bueno estar en condiciones de organizar unos Juegos Olímpicos? ¿Es bueno organizar unos Juegos Olímpicos? ¿Es interesante organizar los Juegos Olímpicos de 2012, en concreto? De ser interesante, ¿para quién lo es y para quién, eventualmente, no?

Yo, que soy madrileño (y donostiarra, y alicantino, y cántabro: depende de los días), no tengo nada claro que a mi lado madrileño le convenga que en 2012 se perpetren unos Juegos Olímpicos en Madrid. Seguro que provoca muchas obras, y mucho follón, y mucha especulación, y mucha Esperanza Aguirre.

Anoche me tocó ir al centro de Madrid en coche. ¿Por qué en coche? Porque cuando luego te toca regresar a casa, allá por las 4 de la madrugada, y estás en la Plaza de Alonso Martínez, si no llevas revólver no logras coger un taxi ni de coña. Bien, pues la ida fue épica: no hubo modo de recorrer 100 metros sin hacer picnic en tres atascos.

Desde ese punto de vista experimental concreto, ¿saldré ganando o perdiendo de haber unos Juegos Olímpicos de por medio?

Claro que hay una pregunta previa: ¿llegaré a 2012?

Javier Ortiz. Apuntes del natural (28 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 2 de diciembre de 2009.

El recuerdo de hoy es obra de Iñaki Anasagasti. Se titula Nuestro gran valedor en Madrid. Eskerrik asko, Iñaki.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/28 06:00:00 GMT+1
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2004/11/27 06:00:00 GMT+1

Selecciones nacionales

En materia ideológica, Rodríguez Zapatero navega a la deriva. Como persona de convicciones vaporosas, definidas en poco más que la ambición de mando, va diciendo y haciendo sobre la marcha lo que él cree que mejor le conviene, aunque lo de hoy se dé de patadas con lo de ayer y lo de mañana acabe siendo una tercera cosa no menos diferente.

El episodio del valenciano fue ejemplar. En el plazo de pocos días, su Gobierno dijo cada cosa y su contrario.

Lo de las selecciones deportivas nacionales amenaza con ser más de lo mismo. Todavía está fresca la tinta de los periódicos que recogieron su intervención en el Senado, en la que criticó el esencialismo nacional del PP por retrógrado (acusación muy acertada) y por caduco (diagnóstico lamentablemente falso). Fue el suyo un discurso orientado en una dirección positiva, tratándose del secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, pero tan inconsistente como todo lo suyo: pretendió que el concepto de «nacionalidad» fue un ingenioso invento de los constituyentes españoles de 1978, cuando lo cierto es que tenía para aquel entonces muchos decenios de conflictiva existencia (aunque a veces también venturosa, como podrían atestiguar varios estados del norte de Europa). Bueno, pues apenas dicho que en España conviven varios pueblos, que unos llaman nacionalidades y otros naciones, y que qué más da, instruye a sus colaboradores para que traten de impedir que Cataluña pueda ver reconocida a escala internacional su propia selección nacional de hockey sobre patines, como si fuera de los que creen que, de producirse tal cosa, quedaría gravemente dañada la esencia de España.

Que el registrador de la propiedad Mariano Rajoy (*) sostenga que algo así no puede ser, porque en las justas deportivas internacionales sólo participan los estados, está en el orden natural de las cosas: algo tiene que decir para defender su chiringo, aunque él sepa perfectamente que en las competiciones internacionales de fútbol participan Escocia, Gales, Irlanda del Norte y hasta las Islas Feroe, que no son estados. Pero que alguien que perora contra los esencialismos nacionales conspire para impedir que una colectividad que él mismo ha admitido que puede considerarse nación pueda participar en un campeonato inter-nacional (porque así los llaman: internacionales, no interestatales), es de coña.

Pero que no desesperen los partidarios de que la federación nacional catalana de hockey sea admitida como miembro de pleno derecho a escala mundial: en cuanto Zapatero necesite los votos de Esquerra Republicana para conseguir que el Parlamento de Madrid apruebe algo importante, podrán volver a plantear su demanda. Y es muy probable que entonces cuente no ya sólo con la neutralidad, sino incluso con el apoyo del Gobierno de Madrid.

 

(*) Llamo a Mariano Rajoy «registrador de la propiedad» y no «presidente del Partido Popular» tras constatar que él prefiere citar a las personas por su profesión de origen. Lo supe el otro día, cuando comprobé que se refería sistemáticamente a Hugo Chávez llamándolo «el coronel Chávez» y nunca «el presidente Chávez». Pues yo haré lo mismo, para que no se moleste.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/27 06:00:00 GMT+1
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2004/11/26 06:00:00 GMT+1

Cosas que son verdad

De todos los argumentos utilizados en defensa de Miguel Ángel Moratinos y sus declaraciones sobre la actuación del Gobierno de Aznar durante la intentona golpista de Venezuela, el que menos me vale es el que insiste en que lo dicho por el ministro es verdad.

Qué tendrá que ver.

No dudo de ello. Por todos los datos que salieron a la luz durante aquellos días de aguda crisis, era evidente que el entonces presidente Aznar se habría dado con un canto en los dientes con tal de que triunfaran los golpistas. En realidad, se dio con un canto en los dientes: se puso en evidencia de la manera más escandalosa. Pero la operación les salió mal. A él, a su amigo Bush y a todos los que alentaron de un modo o de otro la aventura.

A todos, digo. También se comprometieron en aquel golpe frustrado no pocas fuerzas de la Internacional Socialista y algunos influyentes aliados mediáticos del propio PSOE. Fue una conjunción de poderosos de muy diversa laya. En este periódico salió publicado, meses antes de aquel intento golpista, que el diputado socialista madrileño Eduardo Tamayo, aún no entregado a los placeres del transfuguismo, había estado en Venezuela conspirando como una fiera contra Chávez en nombre del PSOE.

Que lo dicho por Moratinos sobre el Gobierno del PP y Venezuela responda a la verdad carece de la más mínima importancia. El ministro tiene constancia a diario de toneladas de verdades, tan graves o aún más graves que ésa, y se las calla con muchísima prudencia.

Por ejemplo: como experto que es en la realidad de Oriente Medio, sabe que algunos dirigentes del Estado de Israel -empezando por Ariel Sharon, al que él mismo trata cual si de un querube se tratara- son criminales de guerra, amén de ladrones. Pero se cuida de decirlo. ¡Y las cosas que no sabrá de George Bush! O del rey de Marruecos -al que alguien cuyo nombre no recuerdo ahora mismo llama «mi hermano»-, que se monta toda suerte de tropelías en el Sahara exespañol con armas neo españolas. O de las maravillas que hacen los excolonos franceses por Costa de Marfil y otros pagos. Y de cómo están realmente las cosas en Afganistán, en donde el Ejército español tiene tropas de apoyo.

Si son realidades que conocemos incluso los que sólo nos enteramos de lo que pasa por ahí a través de lo que oímos, vemos y leemos en los medios de comunicación, ¿cómo podría no sabérselas de memoria el ministro español de Exteriores, que las tiene todo el día delante de las narices, «en vivo y en directo», como aquel que dice?

Pero se hace el longuis. Sólo lanza imputaciones cuando cree que puede sacar rentabilidad política de ellas.

Las podría soltar en tropel y en todas las direcciones, sin miedo a equivocarse. No veo qué pueda tener de especial que alguien que vive en una cochiquera acierte a señalar a un cerdo cuando se decide a levantar el índice.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (26 de noviembre de 2004) y El Mundo (27 de noviembre de 2004), salvo las disculpas inferiores, las cuales únicamente se publicaron con el apunte. Hemos publicado la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

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Disculpas.- Pido disculpas a las muchas personas que me han escrito durante estos días y a las que no he respondido.

Se ha producido una desdichada conjunción de problemas. Primero: he estado de viaje y liadísimo, lo que no me ha permitido atender el correo sobre la marcha. Segundo (y derivado del hecho mismo de estar de viaje), lo poco que he escrito lo he hecho en el ordenador portátil, como es lógico. Pero mi ordenador portátil (lo que ya no es tan lógico) ha decidido tener algunas dificultades técnicas. Se desconfiguró el módem, un par de programas entraron en conflicto... En fin, cosas de ésas. Cuando regresé a casa y quise rebotar el correo del portátil al fijo, parece que hubo bastantes mensajes que se esfumaron, quién sabe por qué.

En tercer lugar, y por antipático que me resulte, he de dejar constancia de que recibo a diario una cantidad de correo que me excede mucho. Muchísimo. Incluso aunque contara con alguien que me ayudara en las labores de secretaría, estaríamos hasta el cuello. Ambos. Pero estoy solo. A lo cual hay que añadir el maldito spam, que también absorbe no poco trabajo, porque hay que separar el trigo de la paja, etcétera.

El resultado de todas estas circunstancias reunidas es que hay bastantes misivas a las que me habría gustado contestar, así fuera sólo por mera educación, pero que me quedaré con las ganas. En unos casos porque no tengo tiempo para hacerlo y en otros porque, sencillamente, he perdido los mensajes. Recuerdo en especial un par de amables invitaciones, que no encuentro por ningún lado, en las que me preguntaban por la posibilidad de que fuera a los respectivos puntos de residencia de los remitentes a conferenciar sobre asuntos varios. No creo que pueda ir a ningún lado en los dos o tres próximos meses, pero si quienes me hicieron esas invitaciones quieren volver a escribirme, por lo menos les responderé.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/26 06:00:00 GMT+1
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2004/11/25 06:00:00 GMT+1

Pero Mayor se salió con la suya

Hay que recordar los sucesos tal como fueron, porque, si no, no se entiende nada.

Había en la Audiencia Nacional una Sala, la de lo Penal -también llamada Sala Cuarta- que, una y otra vez, rechazaba la teoría de Garzón y Mayor Oreja según la cual estar «en el entorno» de ETA es formar parte de ETA, y que, si un grupo de personas, una asociación o un periódico resultan útiles a los fines de ETA, se convierten en la práctica en parte integrante de la organización terrorista, por lo cual pueden y deben ser acusados de pertenencia a banda armada. La Sala Cuarta, considerando que esos criterios representan una aberración jurídica, echaba para atrás uno tras otro todos los autos de procesamiento que Garzón basaba en ellos.

Llegó un momento en el que el Gobierno del PP entendió que los tres magistrados de esa Sala suponían un obstáculo intolerable para el desarrollo de sus planes en Euskadi. Y puso en marcha toda la maquinaria del Poder para quitárselos de enmedio.

El instrumento principal fue el Consejo General del Poder Judicial, que decidió expedientar a los tres integrantes de la Sala Cuarta. Se amparó para ello en la decisión que había tomado esa Sala de poner en libertad a un presunto narcotraficante, Carlos Ruiz, alias El Negro. Según la mayoría de los miembros del CGJP, esa resolución judicial representó una falta muy grave de desatención, en razón de lo cual sancionó a dos de los magistrados con seis meses de suspensión y al tercero, con siete. Lo de menos era el tiempo de la sanción; lo de más que, al estar sancionados, hubieron de dejar la Audiencia Nacional, lo que permitió designar una nueva Sala Cuarta que -¿hace falta decirlo?- no tardó en dar su aval a todos los autos de Garzón.

La sanción impuesta por el CGPJ a estos tres magistrados fue un acto jurídicamente insólito, puesto que el Consejo no es un tribunal, sino un órgano de gobierno del estamento judicial, encargado tan sólo de mantener el orden y la disciplina en sus filas. No es ninguna Sala de apelación que pueda entrar a considerar fallos judiciales. Pero lo hizo.

El Gobierno llevó las cosas más lejos todavía. Instruyó a la Fiscalía para que denunciara a los tres magistrados por un posible delito de prevaricación. Aunque aquello no fue más que una manera de vestir el muñeco y dar a la sanción contra ellos un mayor empaque ante la opinión pública. De hecho, así que un magistrado tomó en sus manos la denuncia de la Fiscalía, dictó el sobreseimiento de la causa.

Ahora, la Sala Tercera del Tribunal Supremo, por amplia mayoría, ha decidido que la supuesta falta en la que el CGPJ basó su sanción a los tres magistrados no existió, por lo que la ha anulado, dando incluso a los injustamente sancionados la posibilidad de reclamar indemnizaciones. Pero lo que no ha hecho, porque no puede hacer, es devolverles su condición de integrantes de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Con lo que las repercusiones políticas que tuvo su sanción seguirán en activo.

Es una técnica que no tiene nada de novedosa y que ha hecho sentir sus efectos en no pocas ocasiones dentro de la política vasca: se adopta una resolución que tenga efectos irreversibles -cerrar periódicos, por ejemplo- y tanto da que al cabo de los años haya otra resolución que desdiga la primera. El mal ya está hecho. Recuerdo una nota de humor negro que Mao Zedong tuvo en un momento de lucidez: «Lo malo que tiene cortarle a alguien la cabeza», dijo, «es que, si luego descubres que fue un error, ya no hay manera de volver a ponérsela». Debería haberse tomado más en serio su propio pensamiento -me temo que los comunistas chinos cortaron muchas cabezas-, pero la idea es correcta. Y aplicable, a su modo, en este caso. Los magistrados Carlos Cezón, Juan José López Ortega y Carlos Ollero no volverán a poner una y otra vez en su sitio a Baltasar Garzón.

Por cierto que hay un dato que no he recogido más arriba y que me parece digno de ser tenido en cuenta. La resolución sancionadora que el CGPJ tomó en febrero de 2002 contó con la oposición de cuatro de sus miembros. Uno de ellos fue José Antonio Alonso, actual ministro del Interior.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de noviembre de 2009.

El recuerdo de hoy lo firma José Rosales y lleva por título Javier Ortiz, columnista, periodista y superhéroe. Muchas gracias, José.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/25 06:00:00 GMT+1
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2004/11/24 07:00:00 GMT+1

«Vivimos de eso»

Hace unos pocos días hubo una manifestación de marineros en Vigo -no demasiados, todo sea dicho- para protestar por la llegada de un barco de Greenpeace que hace campaña contra la sobreexplotación de los caladeros y, más en concreto, contra la utilización de artes de pesca que destruyen los fondos marinos.

Los manifestantes gritaron «¡Sinvergüenzas!» a los activistas de Greenpeace.

Para poca vergüenza, la suya.

Si los manifestantes eran realmente marineros -además de agentes de la patronal, quiero decir-, sabrán más que de sobra que un buen contingente de la flota pesquera de Galicia -y de muchas otras zonas, por supuesto-, viene usando desde hace decenios sistemas de pesca que son una barbaridad. Incluida la dinamita.Tienen que saber igualmente que hay armadores que se pasan por el arco del triunfo las cuotas de capturas que les fija la UE para la pesca de determinadas especies. Y que las condiciones de contratación y de trabajo andan manga por hombro.

Si las cosas siguen más o menos como en los tiempos en los que me dediqué al periodismo marítimo-pesquero -y no me extrañaría que estuvieran peor, tal como funciona todo-, sabrán también perfectamente que esas irregularidades son sólo una parte de la irregularidad general en la que vive buena parte del gremio. Ha llegado a saberse de barcos que estaban en dificultades y que, cuando se comprobaban sus datos legales, se descubría que teóricamente no existían, porque se suponía que habían sido desguazados en conformidad con los planes subvencionados por las autoridades comunitarias para la reestructuración de la flota.

Yo mismo he visto barcos que, por no estar en condiciones, ni siquiera tenían los botes de salvamento dispuestos para ser utilizados.

«Vivimos de eso», se quejan.

Claro.

Recuerdo algunas conversaciones con trabajadores de Eibar, a finales de los 60. Se quejaban de las campañas que hacíamos contra la venta al Estado de Israel de armas fabricadas en su pueblo. También ellos decían: «Vivimos de eso». «Pues vivid», les respondíamos, «pero no pretendáis que hagamos la vista gorda ante la masacre del pueblo palestino a la que contribuyen vuestros patronos».

Cada cual trabaja en lo que puede y donde le dejan. Pero una cosa es buscarse un modo de subsistir y otra pretender que los negocios de los patronos son invariablemente estupendos y que ellos mismos son benefactores de la Humanidad por los que es de justicia batirse el cobre.

«Vivimos de eso», dicen. Ya. Pero los demás también vivimos de eso. Y gracias a eso.

Si el mar se muere, se muere la vida. Si las aguas se empobrecen, se empobrece hasta el aire que respiramos. Y si los caladeros se agotan, es pescado para hoy y hambre para mañana. Que nadie pida que seamos tolerantes cuando se trata de primar el bien de unos pocos -el relativo y muy desigual bien de unos pocos- frente al indiscutible perjuicio para la colectividad.

Javier Ortiz. El Mundo (24 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de abril de 2018.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/24 07:00:00 GMT+1
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2004/11/24 06:00:00 GMT+1

Chávez, España, el PP y el PSOE

Rajoy reclama a Rodríguez Zapatero que deje claro que España no apoyó el intento de golpe de Estado contra Chávez.

Acudo en su auxilio y lo aclaro yo: España no apoyó ese intento de golpe de Estado. Yo no recuerdo que se hiciera ningún referéndum al respecto. Tampoco recuerdo que el programa que el PP presentó a las elecciones de 2000, y que recibió el apoyo necesario para que Aznar pudiera gobernar, incluyera ningún punto sobre el apoyo a las intentonas golpistas en Venezuela. Lo que está en cuestión, en consecuencia, no es lo que hizo «España», sino el Gobierno del PP.

Y sobre eso no hay demasiada duda.

Rajoy afirma que el Ejecutivo de Madrid se apresuró a declarar, cuando se produjo la cacicada golpista, que deseaba que Venezuela volviera a la normalidad. Y así fue, pero eso no quiere decir nada. En ningún momento habló de la necesidad de que Hugo Chávez fuera liberado y restituido al cargo. No era ése el modo por el que deseaba que volviera la «normalidad» y de hecho no condenó el golpe hasta que hubo fracasado, e incluso entonces lo hizo a regañadientes.

La cuestión que se plantea es la de determinar qué autoridad tiene el PSOE para formular esa crítica. Porque el hecho es que varios partidos de la familia de la Internacional Socialista, y algún miembro del PSOE en su nombre, participaron con gran entusiasmo en las labores conspiratorias contra Chávez. El luego problemático diputado de Madrid, el tránsfuga Tamayo, en concreto, montó y mantuvo una oficina en Caracas en nombre de la IS que fue denunciada reiteradamente como centro de coordinación progolpista. Y el grupo de comunicación más vinculado al PSOE, Prisa, con el diario El País a la cabeza, adoptó una posición de descarada simpatía hacia los golpistas que fue en su momento muy comentada (y muy criticada, también). Como Moratinos estaba por entonces en Oriente Medio dedicado a otras cosas quizá no se enteró, pero habrán de darle ahora un cursillo acelerado para que salga lo mejor que sepa del berenjenal en el que se ha metido.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (24 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/24 06:00:00 GMT+1
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2004/11/23 06:00:00 GMT+1

En un lugar de La Mancha

Don Alonso Quijano, más conocido por Don Quixote de La Mancha, se lanzó lanza en ristre contra unos cuantos molinos de viento, tomándolos por gigantes malvados.

Su estupidez -la estupidez intrínseca del siempre alabado quijotismo- ha quedado en estos días más clara que nunca. Resulta que una de las muy pocas cosas verdaderamente rentables que existen en Castilla-La Mancha es el ingenioso invento de los molinos de viento.

La energía eólica que generan los molinos de viento ad hoc se ha convertido en una fuente de empleo (y de ingresos) clave para la región. 5.000 empleos directos. 12.000 indirectos.

Parece que los malandrines dan de comer. Entretanto, las españolísimas esencias siguen aportando páramo y miseria.

(Perdón: y lino. Que casi se me olvida.)

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (23 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/23 06:00:00 GMT+1
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2004/11/22 06:00:00 GMT+1

El chiste de Mao

(Aviso previo: no voy a escribir lo que sigue con ningún entusiasmo, básicamente porque ya lo había escrito y se me ha borrado, por una de esas mierdas informáticas.

Así que vuelvo a escribirlo, pero resumiéndolo, y de mal humor.)

Estaba ayer pensando en las historias de los EEUU en Irak y demás cuando me acordé de un chiste ruso, que se contaba allá por los años 60.

Era en los tiempos en los que la URSS y la República Popular China estaban a la greña sobre las aguas del río Usuri y mucha gente temía que aquello terminara como el rosario de la aurora.

El chiste decía:

«Se declara la guerra y van las tropas rusas y entran en territorio chino. Y el primer día cogen un millón de prisioneros.

»Y siguen la ofensiva al día siguiente y capturan diez millones de prisioneros.

»Y continúan, y al tercer día pillan otros cien millones de prisioneros.

Y al cuarto, doscientos millones más.

»Al quinto día, Nikita Jruschov recibe un telegrama de Mao Zedong.

»El texto dice, lacónico: "¿Ha entendido? Ríndase."»

La anterior vez que lo escribí lo conté con más gracia, pero ya se me han pasado las ganas.

De todos modos, la conclusión era que Bush haría bien en acordarse de este chiste sobre Jruschov y Mao.

Y es que el que mucho abarca, poco aprieta.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (22 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/22 06:00:00 GMT+1
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2004/11/21 06:15:00 GMT+1

El león de la Metro

Ayer descubrí que el famosísimo león de la Metro, por lo menos en la película que me tocó en suerte, no es un león. Es una leona.

Cuando le critican por hablar siempre de «los vascos y las vascas», Ibarretxe suele responder con una sentencia contundente: «Lo que no se nombra no existe».

Tal vez por eso nadie ha hablado nunca de «la leona de la Metro».

Javier Ortiz. Apuntes del natural (21 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/21 06:15:00 GMT+1
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