2005/03/12 06:00:00 GMT+1
Eran las 12 del mediodía de ayer y yo, que no sabía que eran las 12 del mediodía, caminaba hacia la oficina central de Correos de Bilbao para enviar una carta certificada. Suelo hacer cosas así: aprovecho los ratos libres de los viajes para pequeños recados y compras que me cuesta realizar cuando estoy en casa, porque me obligarían a interrumpir la jornada de trabajo. El caso es que acababa de salir de una reunión y quería ocuparme de tres o cuatro asuntillos. Me sorprendí cuando llegué a Correos y vi al personal en la calle, frente a la puerta de la oficina. «Anda, claro: por lo del aniversario», comprendí. No me acordaba de la convocatoria.
Y, si no me acordaba, era, obviamente, porque ni se me había ocurrido la posibilidad de participar en ella.
¿Insolidario? ¿Insensible? Me quedé pensando en ello mientras esperaba a que terminara la concentración. Como mi actitud no había sido resultado de una reflexión previa, hube de indagar en las entretelas de mi subconsciente. ¿Por qué había descartado de antemano sumarme a esos actos? Me di cuenta de que todas las conmemoraciones oficiales previstas para el 11-M me produjeron desde su anuncio un disgusto instintivo. Tenían un invariable regusto de hipocresía y exhibicionismo, con todas las planas mayores civiles y eclesiásticas en primer plano. Por ello simpaticé de inmediato con la posición de la Asociación que representa Pilar Manjón, que renunció a participar en ningún acto público. Eso de un lado. Pero está también que no consigo ver por qué debo homenajear de manera especial y extraordinaria a estas víctimas durante cinco minutos y puedo pasar el resto del tiempo tan campante haciendo como que no sé que hay muchisíma más gente que muere a diario en todo el mundo víctima de toda suerte de violencias, unas armadas, otras no (de modo visible, quiero decir). ¿Ojos que no ven, corazón que no siente? ¿El de al lado se merece más? No sé. Al final deduje -porque me caigo bien, probablemente- que quizá lo mío no sea insensibilidad, sino sensibilidad más repartida, más constante, más universal.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (12 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/12 06:00:00 GMT+1
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2005/03/11 06:00:00 GMT+1
«Lamento decir que los expertos internacionales en Derechos Humanos, incluidos los del sistema de Naciones Unidas, coinciden unánimemente en considerar que muchas de las medidas que adoptan actualmente los estados para luchar contra el terrorismo vulneran los Derechos Humanos y las libertades fundamentales». La afirmación es del secretario general de la ONU. Y ni el lugar ni el momento que eligió para hacerla pudieron ser más oportunos: en Madrid y a muy pocas horas de la conmemoración de la masacre del 11-M.
Kofi Annan me despierta unas simpatías más bien limitadas. Está claro que se da cuenta de lo que sucede en este planeta que llamamos Tierra y de por qué sucede. Pero igual de claro está que siempre acaba inclinándose ante los poderes fácticos que conducen el mundo por las sendas que él desaprueba. Su actuación con respecto a la guerra, la ocupación y el avasallamiento estadounidense de Irak es un perfecto ejemplo de esa mezcla suya de lucidez y cobardía: primero denunció; luego se avino. A regañadientes, pero se avino. (Me dirán ustedes que ha de comportarse así, porque si no le privarían del cargo en cosa de nada. Lo cual no discuto. Pero que para ocupar un determinado puesto haya que tragar sapos y culebras sólo prueba que quien lo ocupa tiene en más la ambición que la decencia).
Su discurso de clausura de la Cumbre de Madrid sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad fue tres cuartos de lo mismo: denunció un hecho tan real como reprobable, pero no puso nombre a sus autores, con lo cual los representantes de todos los estados presentes en el acto -incluidos aquellos cuyo comportamiento acababa de ser denunciado- pudieron dedicarle un amable aplauso y quedarse tan anchos.
De hecho, Kofi Annan se quedó muy corto no sólo por lo anónimo de su crítica, sino también porque invirtió los términos de la realidad. En contra de lo que él insinuó de modo genérico, no es que muchos estados estén vulnerando los Derechos Humanos y las libertades en su lucha contra el terrorismo; es que están utilizando la lucha contra el terrorismo como pretexto para librarse del molesto corsé que representan para ellos las legislaciones que protegen los Derechos Humanos y las libertades. Hágase el balance del cambio que ha experimentado el mundo tras el 11-S: no hay más seguridad, pero sí bastante menos libertad. La ola de iniciativas de todo género propiciada desde la Casa Blanca no ha conseguido nada de lo que decía pretender. Ni siquiera -y por anecdótico que resulte-, capturar a Bin Laden, su excompinche.
El terrorismo les ha hecho tantos servicios a modo de pretexto que uno se pregunta, en buena lógica, qué interés concreto podrían tener en acabar con él. Tanto más cuanto que, como es bien sabido, ellos también se sirven de los métodos del terrorismo cuando les conviene.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (11 de marzo de 2005) y El Mundo (12 de marzo de 2005). Hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/11 06:00:00 GMT+1
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2005/03/10 06:00:00 GMT+1
Es digna de mención la cantidad de tonterías que están circulando en estas horas previas a la conmemoración del primer aniversario de los atentados del 11-M. La última que he oído: llaman «héroes» a las víctimas. ¿Qué tendrá de heroico que vayas tan tranquilo en un tren y te maten o te hieran inopinadamente? Las víctimas de un atentado son sujetos pasivos. O pacientes, por partida doble. La definición de «heroísmo» que aporta la Academia Española empieza diciendo: «Esfuerzo eminente de la voluntad...». Ninguna de las víctimas de las bombas del 11-M lo fue porque realizara un gran esfuerzo para verse en esa situación, ni mucho menos. Qué más hubieran querido que librarse de ello.
Por idéntico motivo, resulta también absurdo calificarlas de «mártires». Es mártir la persona que muere o sufre mucho en defensa de determinadas ideas o creencias. No vale con que quien la mate o torture actúe por razones ideológicas. Ha de ser ella la que se vea en esa trágica circunstancia en razón de su propia actividad religiosa, ideológica o política.
Se puede -y se debe- honrar con el mayor respeto la memoria de las víctimas del terrorismo sin incurrir en hipérboles carentes de sentido. Con lo que realmente les sucedió basta y sobra. No hay necesidad de atribuirles lo que no fue cosa suya.
Otro absurdo aún más frecuente: dar por hecho que las opiniones políticas que expresan las víctimas supervivientes o los familiares de los muertos son especialmente acertadas. El sufrimiento no proporciona ninguna garantía de clarividencia. Todo lo contrario. Lo más probable es que alguien que ha sufrido un daño excepcional, a veces físico, siempre psicológico, quede con el ánimo alterado, ofuscado. Lo raro -y realmente admirable, casi inhumano- es lo contrario: que mantenga su ponderación tras haber pasado por una experiencia tan traumática.
Cuando las víctimas del terrorismo se meten en discursos políticos, lo correcto es comprender sus sentimientos y dejar de lado sus posibles excesos. Por el respeto del que su sufrimiento les hace acreedores. Pero pretender que sus afirmaciones políticas sean tomadas como verdades reveladas -casi siempre para ser exhibidas acto seguido como aval de tales o cuales posiciones partidistas- es, dicho sea sin tapujos, una bajeza. «Las víctimas siempre tienen razón», decía en sus tiempos Mayor Oreja. Pero nunca cedió el micrófono a la viuda de Juan Carlos García Goena, al que los GAL asesinaron tomándolo erróneamente por un miembro de ETA y que echaba pestes del PP.
Por regresar al 11-M y poner el ejemplo de una persona por la que he expresado públicamente mi respeto: lo que dice Pilar Manjón no es ni mejor ni peor porque lo diga la madre de una víctima de los atentados de ese día. Vale lo que vale, y allá cada cual a la hora de aquilatarlo. Ella es una mujer que tenía una determinada concepción del mundo cuando mataron a su hijo. Tras de lo cual siguió teniendo la misma concepción del mundo. Mucho más dolorida, pero ni más ni menos acertada que antes de aquel nefasto día.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (10 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/10 06:00:00 GMT+1
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2005/03/09 06:00:00 GMT+1
La Comisión de Evaluación del Comité Olímpico Internacional, que mañana tiene una importante jornada de trabajo en París para evaluar la idoneidad de la capital francesa como organizadora de los Juegos Olímpicos de 2012, se topará con una masiva huelga general en defensa de la semana laboral de 35 horas, importante conquista social que el Gobierno de la derecha francesa quiere anular. Por lo que leo, es casi seguro que a la movilización sindical se unirá la estudiantil. De modo que mañana París estará al pil-pil.
La gente del Comité Olímpico Francés se declara desolada por esta situación. Uno de sus más conocidos miembros sostiene que el golpe que sufrirá el prestigio de París ante la Comisión de Evaluación del COI por culpa de esta huelga puede ser letal para sus aspiraciones olímpicas. «Si los enviados del COI llegan a la conclusión de que Francia tiene demasiada propensión a declararse en huelga, podemos haber arruinado por completo nuestras posibilidades», ha dicho. Según él, la decisión final entre una capital u otra se tomará por una diferencia de muy pocos puntos. Éstos, tal vez.
Ante la lluvia de críticas que les ha caído encima por la coincidencia de la huelga general con la presencia de los enviados olímpicos, los convocantes de la protesta han hecho ver que la fecha de su movilización fue acordada cuando aún no se tenía noticia de la tal visita, de modo que son los otros los que han coincidido con ellos, y no al revés.
En cualquier caso, tampoco parece que les moleste demasiado lo sucedido. Imagino que pensarán -y con razón- que la candidatura olímpica es otro factor que opera a su favor: si el Gobierno quiere Juegos Olímpicos, que no irrite a quien puede estropeárselos.
Todo lo cual, visto en conjunto, me deja un regusto agridulce. Que los sindicatos franceses no se dejen apabullar por los chauvinistas que se indignan contra ellos porque ponen en peligro «los altos intereses de la Nación» me parece de perlas. Esa es la parte dulce. La parte amarga me la da el convencimiento de que es literalmente inimaginable que pudiera suceder algo así por estos pagos.
______________
Traducción del título, para quien la necesite: «¡Estoy en huelga, señor Chauvin!». El soldado Chauvin, cuyo nombre dio origen al término chauvinismo, se hizo célebre durante la época del Primer Imperio francés por su nacionalismo desaforado y exclusivista, despectivo por sistema hacia lo procedente del extranjero en beneficio de todo lo surgido en la propia Nación.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (9 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/09 06:00:00 GMT+1
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2005/03/08 06:00:00 GMT+1
Al Día de la Mujer Trabajadora se le puede objetar todo.
En primer lugar, no es correcto el uso que se hace del adjetivo «trabajadora», convirtiéndolo en sinónimo de «asalariada». Se desdibuja con ello el hecho de que muchísimas mujeres -la mayoría- realizan trabajos socialmente necesarios por los que no perciben un salario sujeto a nómina. Una cosa es que a las labores domésticas se les niegue el valor de cambio que debería corresponderles, lo mismo que se hacía en tiempos con el servicio militar, y otra muy distinta que limpiar, cocinar, cuidar de las criaturas y de la gente anciana, etcétera, no implique un gasto de fuerza de trabajo, por mucho que se realice en el ámbito familiar. Ya nos prevenía Machado: «Es de necios confundir valor y precio».
En segundo término, no es positivo referirse a «la mujer», en singular, porque eso favorece las consideraciones esencialistas y las reivindicaciones uniformizadoras, que desdeñan las grandes diferencias que existen entre unas y otras mujeres, producidas por sus diversos orígenes sociales, geográficos u otros. Una denominación que equipara a Ana Botella o a Condoleezza Rice con una trabajadora fabril de Taiwán o una campesina de Liberia -permítanme la extravagancia- no tiene gran utilidad para el análisis social.
En fin, también es objetable que se dedique un día específico a recordar realidades y necesidades que deberían estar en primer plano durante todo el año, sin descanso. Una conmemoración así puede servir incluso de coartada a más de uno. Como le dijo un niño de primaria a su maestra cuando ella recordó que ese día se celebraba la jornada anual de repudio de la violencia contra las mujeres: «¡Ah! Entonces, ¿mañana ya podré volver a pegar a las niñas?»
Es cierto: al Día de la Mujer Trabajadora se le puede objetar todo.
Pero no más que a tantos otros días dedicados a esto o a lo de más allá. ¿Cómo no señalar la incongruencia del 1 de Mayo, oficialmente considerado Fiesta del Trabajo? Si es fiesta, no hay trabajo; si hay trabajo, no es fiesta. Sin contar con la gracia que supone dedicar un día concreto a los trabajadores. ¿Un día al año para ellos y los 364 restantes para quienes los explotan?
Pero no he visto nunca que nadie maldiga el 1 de Mayo, mientras que no pasa 8 de Marzo sin que el uno o el otro reitere las consabidas objeciones a la celebración de la jornada en cuestión.
Yo tengo una crítica contra el Día de la Mujer Trabajadora. No contra la jornada en sí, sino contra el modo en que se celebra. A saber: creo que debería ser realmente una fiesta para las mujeres. Que cada 8 de Marzo quedaran dispensadas de toda obligación o tarea, remunerada o no, doméstica o extradoméstica.
Estaría muy bien para ellas. Y estoy seguro de que resultaría la mar de aleccionador para muchísimos hombres.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (8 de marzo de 2005) y El Mundo (9 de marzo de 2005). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/08 06:00:00 GMT+1
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2005/03/07 06:00:00 GMT+1
Mucho se comenta en la prensa del día sobre la nueva pata de banco de Pasqual Maragall, que ha comparado la situación de su Gobierno -la situación en la que él ha puesto a su Gobierno, debería decir- con la de una mujer maltratada. Se trata de un intento chapucero de guarecerse detrás de una causa bien vista (aunque tampoco fuera tontería el que perpetró días atrás, cuando apeló a la Guerra Civil y trazó un paralelo entre el levantamiento militar de 1936 y el acoso al que le someten CiU y el PP).
Este hombre está que se supera a sí mismo en el arte de meter el cuezo sin parar. No tiene nada de extraño que los medios de comunicación lo pongan de vuelta y media.
En lo que no estoy de acuerdo es en que el suyo sea un caso especial de demagogia. Muy al contrario. De hecho, apenas hay político español de campanillas que no se apoye en la demagogia más pura y más burda para tratar de colocar su mercancía política. Tan es así que hace ya tiempo que me resulta muy difícil escuchar los noticiarios sin perder la calma con los unos y los otros por las tonterías que dicen como si fueran cosas serias y profundas.
Ayer fue Zapatero el que logró sacarme de quicio. Mitin en Donostia (él, monísimo, todo de negro, pero en plan como muy informal). Hilo conductor de su discurso, reproducido hora tras hora por radios y televisiones: la autodeterminación y el terrorismo como asuntos paralelos. Que si hay que atreverse a renunciar a la autodeterminación para acabar con la violencia, que si de lo único que tiene que independizarse Euskadi es de las armas... Tanto más lo oía, tanto más me indignaba: si la tesis que trataba de defender era la misma que la propugnada desde siempre por el tándem Mayor Oreja-Redondo Terreros, a saber, que no cabe ser nacionalista y oponerse a ETA porque entre el nacionalismo vasco y el terrorismo hay una unidad inseparable, ¿por qué no lo decía francamente de una puñetera vez y se dejaba de jueguecitos de palabras?
Tesis: «De lo que tiene que independizarse Euskadi es de las armas». Respuesta: Ah, ¿sí? ¿De las armas y sólo de las armas? ¿Y del sida no? ¿Y de la precariedad en el empleo no? ¿Y de la tortura no? ¿Sólo cabe un tipo de independencia?
Tesis: «De lo que tiene que independizarse Euskadi es de las armas». Respuesta: ¿De todas? ¿También de las armas de las Fuerzas Armadas españolas?
No piensan en el contenido real de lo que dicen; sólo en cómo puede sonar lo que dicen en los oídos acríticos de quienes les oyen. En el fondo, su ocupación más importante no es inventar frases resultonas para oídos acríticos, sino asegurarse de que la mayoría de los oídos sean acríticos.
Zapatero tiene en eso bastante mejor suerte que Maragall: el asunto sobre el que habla cuenta con muchos más oídos acríticos.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (7 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/07 06:00:00 GMT+1
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2005/03/06 06:00:00 GMT+1
Diversos medios de prensa con sede en Madrid saltan hoy lanza en ristre a la palestra para tocar las narices a CiU o, más precisamente, a Convergència. El País analiza con lupa las concesiones de obra pública realizadas por los sucesivos gobiernos de Jordi Pujol y revela que unas pocas constructoras se han llevado casi tres cuartas partes del total. El Mundo publica un artículo editorial en el que se pregunta si las ingentes donaciones anónimas opacas de las que se ha beneficiado Convergència en los últimos años no habrán podido servir a determinadas empresas para pagar tratos de favor. (Una posibilidad que, dicho sea de paso, ya había apuntado yo en la página de al lado de ese mismo periódico unos cuantos días antes.) (*)
No son estos dos diarios los únicos medios de comunicación que hurgan hoy en esa herida. Lo raro es toparse con alguno que no lo haga, aunque casi todos sigan de un modo o de otro las estelas dibujadas por estos dos grandes referentes de opinión.
Se me ocurren varias explicaciones para tan súbito interés (todas ellas políticas, por supuesto). Imagino que habrá quien querrá enseñarle los dientes a la gente de Artur Mas para que deje de boicotear la carrera política de Pasqual Maragall. Y supongo que habrá algunos otros que estarán buscando todo lo contrario: agudizar las contradicciones internas del panorama político catalán para que naufrague el tripartito, en general, y el intento de reforma del Estatut, en particular.
Puedo imaginarme muchas posibilidades -muchas-, salvo una: que los responsables de los grandes medios de comunicación no tuvieran desde hace un montón de años una idea bastante precisa de cómo se financiaba el partido de Pujol. Porque era un lugar común en el mundo periodístico capitalino.
Otra cosa es que no lo sacaran a la luz porque carecieran de pruebas.
Pero tampoco eso me lo creo. Si no tenían pruebas es porque no las buscaban. Y ni siquiera: a veces se las encontraban sin buscarlas y hacían como que no.
(*) Escribí el pasado 2 de marzo en mi columna de El Mundo: «Me cuentan que en los últimos años ha funcionado mucho una técnica que se diría inspirada en la obra de Mario Puzo: el partido en el poder -en el poder que sea, donde sea- adjudica tal o cual obra importante a una empresa sin exigirle nada a cambio; se limita a hacerle ver lo cara que está la vida política y lo bien acogidas que son las donaciones voluntarias. Suelen entenderlo perfectamente.»
Nota.- Me preguntaréis: «Vale pero, ¿por qué has titulado este apunte "Calvos detrás de la oreja"?». Respondo: por dos razones. Primera (y sobreentendida): se emplea esa expresión para aludir a quienes parecen haber descubierto lo obvio. Y segunda: porque el presidente del Consejo de la Administración de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), empresa vinculada a las hermanas Koplowitz que hizo un montonazo de obras públicas en Cataluña durante el mandato de Pujol, es Marcelino Oreja. (Esta segunda razón no es sobreentendida. Es don Marcelino el sobreentendido. El entendido en sobres, quiero decir.)
Javier Ortiz. Apuntes del natural (6 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/06 06:00:00 GMT+1
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2005/03/05 06:00:00 GMT+1
«El azar no es sino el modo en que se manifiesta la necesidad»
(Roger Garaudy, La liberté)
He tenido una semana -otra semana- de trabajo intenso. No me quejo. Peor sería que no me encargaran nada.
Como buena parte de mi labor de escritor me la curro en casa, trato de hacérmela más llevadera oyendo música.
Hay gente que es incapaz de escuchar música mientras escribe; se distrae. A mí me ayuda, siempre que sea música conocida. Con frecuencia pongo un cedé, aprieto la tecla de repeat all y dejo que vaya y vuelva durante horas y horas: diez, doce, lo que me dure la sentada ante el ordenador. Y al día siguiente, lo mismo. Y al siguiente.
He escrito libros que están asociados en mi memoria a un solo disco. El felipismo de la A a la Z es para mí el Brecking Ball de Emmylou Harris. Si oigo ahora ese singularísimo disco, respondo como el perro de Pavlov: me vienen los sentimientos, las vivencias y hasta los olores de aquellos pocos meses de 1996 que invertí en escribirlo.
De lunes a viernes de esta semana que acaba, he escuchado una y otra vez un disco de recopilación de la obra de Ray Charles, que ahora está muy de moda, probablemente por lo del Óscar. Tras repasármelo un centenar de veces y terminar de una puñetera vez el trabajo con el que estaba, mi cabeza -voluble tanto por naturaleza como por afición- se me fue a otros territorios. Ya valía de Ray Charles.
Oí que al fondo, en la sala, en una película de televisión que no estaba viendo, sonaba la voz de Otis Redding cantando I've Been Loving You Too Long (To Stop Now) y me vino el deseo de escucharla. Otra vez Pavlov: me sentí en 1971 en mi casa de Burdeos, en la rue de la Coquille, oyendo una y otra vez ese disco, y me acordé de mi amigo Eugenio preguntándome en tono de coña por qué me gustaba tanto ese señor «que se pasa todo el rato llorando».
Miré entre mis discos y encontré viejos vinilos de Redding. Pero no aparecía por ningún lado el I've Been Loving You de marras. Peor aún: encontré una patética versión en directo de The Rolling Stones, en la que Mick Jagger exhibía un hilillo de voz con el que desafinaba como un canalla. Sólo sirvió para darme aún más deseo de escuchar el original.
De modo que, delincuente que soy, miré a ver si podía bajarme la canción por Internet. Y sí. Allí estaba. Cómo no: es un clásico.
Pero, según estaba seleccionado la descarga, vi otra cosa que me pareció que tenía que estar muy bien: «Otis Redding & Aretha Franklin: Georgia On My Mind». «Vaya, qué bien, no sabía que eso existiera. ¡Pues para casa también!», me dije. Y la incluí en el lote del burrito.
Esta mañana, según me he levantado, he mirado el estado de la cuestión. Ya estaba descargado el Georgia On My Mind de Redding-Franklin.¡Excelente!
Según me disponía a repasar la prensa del día, lo he metido en el equipo de música para escucharlo.
Y he comprobado que era, en efecto, Georgia On My Mind. En la misma clásica, inimitable, inconfundible versión de Ray Charles que me he pasado oyendo una y otra vez, sin parar, durante toda la semana.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (5 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 10 de marzo de 2010.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/05 06:00:00 GMT+1
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2005/03/04 06:00:00 GMT+1
«Si lo del Carmelo hubiera ocurrido en Madrid, yo estaría en este momento en libertad condicional bajo fianza, suponiendo que yo y mis amigos hubiésemos podido pagarla, y tendría por lo menos a 100 o 200 personas del PSOE impidiéndome la salida de mi casa, llamándome especuladora, sinvergüenza, asesina, golfa...». El insólito tono enrabietado de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, da cuenta de la profundidad de su amargura. Desesperanzada Esperanza.
No es exclusiva suya. Otros dirigentes de su partido se expresan en términos similares. Anteayer mismo, el máximo responsable madrileño del PP en el sector de la Vivienda, Sigfrido Herráez, mostró idéntico desaliento. «Nosotros tenemos un problema mediático. No sé por qué no sabemos transmitir y denunciar lo que otros hacen mal ni tampoco defendernos», dijo. Dice que no sabe por qué, pero sí: «El PP ha recibido ataques en bloque de diversos grupos mediáticos», sentencia.
Aguirre y Herráez coinciden en quejarse no sólo del maltrato al que les somete la oposición política, sino también la Justicia: doña Esperanza está convencida de que ella nunca merecería la benevolencia que los jueces están demostrando con Maragall (es decir, que o los juzgados de Barcelona son pro-PSC, o los de Madrid son anti-PP, o ambas cosas a la vez: todo salvo ecuánimes), en tanto don Sigfrido considera que la Fiscalía está siendo utilizada contra su partido: «Los fiscales son políticos (sic); los utiliza el PSOE», dice.
Son dos ejemplos extremos de eso que los topiqueros llaman «perder los papeles», pero cabría reseñar otros, salidos de la boca de Zaplana, de Acebes o del propio Rajoy, en los que dejan ver ese mismo sentimiento de rabia y desaliento.
Es curioso cuán olvidadizos son muchos políticos. Si tuvieran algo más de memoria y algo menos de egolatría, verían que su reacción se parece como una gota de agua a otra a la que tuvieron Felipe González y los suyos en el último tramo de su paso por La Moncloa y en los inicios de su travesía por el desierto de la oposición: la misma fijación por la prensa hostil, el mismo convencimiento de ser perseguidos por un cierto sector de la Justicia.
«¡No compares! ¡Nosotros no hemos organizado nada parecido a los GAL!», me saltan siempre algunos de ellos. Y yo les respondo: «¿Y os creéis que los votantes le dieron la espalda a González por lo de los GAL? Es muy posible que los cafelitos de Juan Guerra y la caseta del perro de Boyer resultaran mucho más decisivos».
Los regímenes de opinión pública son así: el que rema a favor del viento avanza, y el que tiene el viento en contra se desespera ante la escasa utilidad de sus esfuerzos.
Ahora el PP tiene el viento en contra. En lugar de enrabietarse tanto, debería empezar por asumir que está en donde él mismo invirtió años para ponerse.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (4 de marzo de 2005) y El Mundo (5 de marzo de 2005). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/04 06:00:00 GMT+1
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2005/03/03 06:00:00 GMT+1
Leo que la representación del Estado español boicoteará la celebración de un acto de la UE porque la documentación preparatoria que ha llegado a sus integrantes no está en castellano. Parece que no se trata de ninguna pijotería, sino de un episodio enmarcado dentro de la lucha que se está librando en la UE contra el intento más o menos soterrado de convertir en idiomas preferentes el inglés, el francés y el alemán, reduciendo a una segunda categoría de facto al resto de las lenguas teóricamente oficiales.
Ha tenido lugar ese incidente a las pocas horas de otro a raíz del cual Manuel Marín decidió prohibir que en la tribuna del Congreso de los Diputados español, que él preside, se produzcan intervenciones en cualquiera de las lenguas oficiales distintas del castellano. Aduce Marín que él había decidido permitir que se hablara en otras lenguas de manera más o menos testimonial, brevemente y con traducción rápida, pero que algunos diputados se estaban aprovechando de esa tolerancia para hacer intervenciones cada vez más largas y sin traducir.
En estos asuntos -en ambos- hay que distinguir entre lo que son cuestiones jurídico- formales, de un lado, y lo que son asuntos de fondo, de otro.
Es muy posible que, en términos estrictamente jurídicos, tengan razón tanto los delegados españoles en Bruselas como Marín. Los primeros, porque no hay ninguna norma comunitaria que les obligue a saber inglés, alemán o francés, y menos todavía con el grado de perfección que se requiere para debatir y acordar asuntos que pueden acabar resultando trascendentales. También cabe que tenga razón Marín porque quienes se oponen al uso del catalán, el gallego y el euskara en la tribuna del Congreso pueden protestar alegando que no entienden lo que se ha dicho y que, en consecuencia, no pueden debatirlo, y él está obligado a darles amparo, de acuerdo con el reglamento en vigor.
En lo que hay contradicción entre ambas posturas es en cuanto a los argumentos de fondo que están utilizando quienes creen que autorizar el uso de todas las lenguas oficiales del Estado en el Parlamento de Madrid crearía una situación «de torre de Babel», «muy poco práctica», etcétera, y quienes alegan que la UE debe tratar con idéntico respeto y consideración todas las lenguas oficiales de los estados que la componen, las hablen tantos o cuantos. De hecho, los problemas prácticos que plantearía que algunos diputados en Cortes intervinieran en catalán, en gallego o en euskara serían mínimos comparados con los que representa que toda la actividad de la UE deba realizarse en todas las lenguas oficiales. El argumento según el cual el caso del Estado español es diferente, porque aquí todos los ciudadanos se expresan perfectamente en castellano, no vale. Hay diputados a los que se les nota que no se expresan en castellano con la misma fluidez que en su lengua materna, y sus derechos lingüísticos -que son reflejo de los derechos de quienes le han confiado su representación política- merecen tanto respeto como los de cualquier otro.
Una cosa es que pueblos distintos -de distintas culturas, de diferentes tamaños- decidan coordinarse para cubrir en común determinadas necesidades y otra es que opten por su disolución como tales pueblos. La variedad cultural no es sólo enriquecedora; también es trabajosa. No me parece razonable que haya gente que se eche las manos a la cabeza cuando se habla del uso igualitario del catalán, del gallego o del euskara en las instituciones del Estado español y que, en cambio, esté reclamando que sean tratadas en plano de igualdad las lenguas oficiales de todos los estados de la UE, lo cual incluye -por ejemplo- al maltés, variedad del árabe magrebí hablada por una proporción realmente mínima de la población comunitaria.
Más problemático que todo esto es decidir qué hacemos con los parlamentarios que se expresan horriblemente en castellano... y que no conocen ninguna otra lengua. Tampoco.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (3 de marzo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de noviembre de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/03/03 06:00:00 GMT+1
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