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2005/05/30 06:00:00 GMT+2

Patrañas sobre el voto francés (1)

Mira que Zapatero había hecho lo posible por abrirle los ojos y dejarle las cosas claras, avisándole en su último periplo por el país hexagonal de que «el no es el desánimo y la tristeza; el , el optimismo y la alegría». Dando la espalda a la sabiduría del presidente del Gobierno español, la mayoría del electorado francés ha votado que no.

Tal vez porque, cenizo de nacimiento, tiendo espontáneamente hacia el pesimismo y la tristeza, era partidario del no, ayer allá como otrora aquí. ¿Resultado tras el resultado? Que me siento más optimista y, desde luego, más alegre. Extraña paradoja.

Tiempo y ocasión va a haber sobrados para comentar en detalle lo sucedido y sus consecuencias, pero ya, tras las primeras salvas disparadas desde anoche por los paladines del -minoritarios en el electorado, pero abrumadoramente mayoritarios en los medios de comunicación-, me parece que no está de más salirles al paso en algunos de sus argumentos-coartada principales.

Primera patraña que tratan de vender: «Hay que seguir adelante en el proceso de ratificación de la Constitución Europea porque, si bien Francia ha mostrado su oposición, son muchos más los europeos que le han dado su apoyo».

Falso. Salvo en el caso español, los otros estados que han aprobado el proyecto lo han hecho a través de sus teóricos representantes políticos, sin permitir que sus poblaciones respectivas se pronuncien. Pero éste es justamente un asunto en el que, según ha demostrado con claridad la experiencia francesa, los políticos profesionales no son necesariamente representativos de la opinión de la población. De haberse ceñido a la vía parlamentaria de ratificación, también Francia habría dado su aprobación a la mal llamada Constitución Europea.

Hay ocasiones en las que los parlamentos se divorcian de manera escandalosa del sentir popular mayoritario. Recuérdese que aquí vivimos el 14-D de 1988 una huelga general que fue prácticamente total pese a que su convocatoria contaba con un respaldo parlamentario mínimo. Incluso en el referéndum español sobre la Constitución Europea, el no obtuvo en las urnas un apoyo muy superior al que tenía en el Parlamento.

No es comparable el no francés al de Lituania, Hungría, Eslovenia, Italia, Grecia, Eslovaquia, Austria y Alemania, donde la población no ha sido consultada al respecto de manera directa (en algunos casos, como el de Alemania, por miedo a lo que pudiera decir).

 

Mañana seguiré abordando otras patrañas que se están oyendo mucho: «los franceses han dado prueba de su egoísmo», «los franceses han votado, en realidad, sobre asuntos de política interior», «Francia no se resigna a su pérdida de liderazgo mundial», «habrá que hacer un nuevo esfuerzo de explicación de las virtudes de la Constitución y convocar un nuevo referéndum en Francia»... Y alguna más, si se tercia.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (30 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/30 06:00:00 GMT+2
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2005/05/29 06:00:00 GMT+2

Las Fuerzas Armadas

Cerraría los ojos a la realidad si pretendiera que las Fuerzas Armadas españolas actuales son como las que el régimen de Franco legó al sistema parlamentario que le sucedió. La mera evolución natural de la población -y, en particular, la desaparición del mundo de los vivos de los mandos militares forjados en la Guerra Civil y en la feroz represión de los primeros tiempos de la dictadura- ha ido provocando un cambio considerable en su composición. Un cambio que, dado el signo de los tiempos, ha sido también cultural. Muchos de los que hoy se sitúan en los puestos clave de los tres ejércitos se han educado ya en un contexto social en el que el fanatismo fascista perdía enteros a ojos vista.

Pero una cosa es tomar cumplida nota de ese cambio y otra pretender que el Estado español cuenta con unas Fuerzas Armadas «democráticas», como dicen hoy los editoriales de bastantes periódicos. Primero, porque el talante imperante en las Fuerzas Armadas de los países democráticos, en general, no suele tener demasiado de democrático, como la experiencia no deja de enseñarnos. Y segundo, y más específicamente, porque la huella de las tradiciones castrenses que solidificaron durante el franquismo dista de haberse borrado por completo. El fascismo de hace 25 años ha cedido su lugar a una ideología netamente derechista en la que los viejos «valores» -«la unidad de la Patria» muy destacadamente- siguen teniendo vigencia y operatividad notables. La opinión y el estado de ánimo imperantes en las Fuerzas Armadas constituyen factores que influyen en la modulación -si es que no en la determinación- de la política de los dos partidos que se turnan en el gobierno central.

Resulta significativo el propio hecho de que exista un Día de las Fuerzas Armadas. ¿A cuento de qué? No hay un Día de la Hacienda Pública, en el que los empleados del Ministerio en cuestión desfilen por las calles exhibiendo sus temibles actas. Ni siquiera un Día de las Instituciones Penitenciarias -digo, por señalar otro oficio de parecido género-, en el que los funcionarios de la cosa muestren a la ciudadanía sus últimas adquisiciones en materia de rejas, cerrojos y grilletes. El trato tan especial y deferente que reciben las Fuerzas Armadas dentro del aparato del Estado está en consonancia con el que les concede la propia Constitución Española, que pone en sus manos tareas que no tienen nada que ver con la Defensa Nacional (a no ser que quepa defender la Nación encañonando a una parte de su población civil). Se corresponde también con esa antipática costumbre que tiene el Jefe del Estado de vestir uniforme incluso en actos perfectamente civiles, como para que no nos olvidemos que sus poderes son los mismos que los del cardenal Cisneros.

Se trata, en muy buena medida, de una herencia del franquismo, que consideraba a las Fuerzas Armadas como «columna vertebral de la Patria». Una función que no puede corresponder a la milicia en una sociedad democrática. Ni a la milicia ni a ninguna institución, considerada aisladamente. Pero a ella menos todavía.

Veo a Bono de ministro de Defensa, con sus discursos de fachilla aficionado, e imagino que se comporta así para caer bien al alto mando castrense. Me dicen que sí, pero que se equivoca, porque ese estilo vocinglero y salvapatrias no conmueve ya ni poco ni mucho a sus destinatarios. No sé, pero no me tranquiliza nada que el ministro que menos debería tener que decir en materia de política interior sea el que más y más constantemente larga. Las armas -y de Fuerzas Armadas hablamos- las carga el diablo.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (29 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/29 06:00:00 GMT+2
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2005/05/28 06:00:00 GMT+2

La opción del Sahara

El Frente Polisario corre un peligro que muchos hemos observado, aunque rara vez hablemos en público de ello, por temor a desprestigiar la causa saharaui. Me refiero al riesgo de instalarse en un statu quo que, si bien dista de ser cómodo para el conjunto de la población, ofrece posibilidades reales a bastantes de los cuadros y militantes del Frente (lo digo en masculino a propósito), que se benefician de las ayudas y subvenciones procedentes de muy diversas partes del mundo, gracias a las cuales no pocos de ellos pueden incluso cursar estudios y residir en Europa o en América.

Yo no soy quién para decirle al Polisario lo que tiene que hacer ni cómo debe gestionar sus asuntos, pero confieso que desde hace años miro con creciente desánimo la lenidad de sus planteamientos. Parecía fiarlo todo en el plan Baker de las Naciones Unidas, pese a que la ONU no tardó en demostrar que iba a cruzarse de brazos ante el boicot de Marruecos. El plan Baker I quedó en agua de borrajas y vino entonces el plan Baker II, que no asegura el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, pero que tampoco sirve para gran cosa, porque Rabat hace lo que le viene en gana y, como goza de la protección especial de Washington, nadie se atreve a toserle.

No soy un frívolo. Ignoro qué posibilidades tienen los combatientes saharauis de hostigar a Marruecos y de proteger a su propia población en caso de respuesta contundente del ocupante. No sugiero, en consecuencia, ningún plan concreto, por supuesto. Lo que planteo es una cuestión de actitud general: si les conviene esperar a que los organismos internacionales les encuentren una salida o si deben arreglárselas para obligarles a buscarla.

El amago de intifada que acaba de iniciar la población saharaui de los territorios ocupados, apoyada por los estudiantes saharauis residentes en Marruecos, apunta en esta segunda vía. Y me alegro. La brutal represión desencadenada por las fuerzas policiales y militares del monarca alauí ha llegado a los medios de comunicación internacionales y ha puesto en un brete a algunos gobiernos que prefieren hacer como si no pasara nada. El ministro español de Exteriores, dando muestra de un descaro digno de mejor causa, ha dicho que lo sucedido demuestra que «España ha acertado en sus opciones», olvidándose de que hace muy pocos meses él mismo mostró comprensión hacia la posición de Rabat e insinuó que lo mejor que podían hacer los saharauis era olvidar sus aspiraciones independentistas.

El principio general llamado «el que no llora no mama» tiene múltiples aplicaciones en los más diversos órdenes de la vida. En el de la autodeterminación de los pueblos de manera muy especial. Pregúntenselo, si no, a los habitantes de Timor Oriental, que también sufrían la ocupación de un amigo muy amigo de Washington, y que lograron que las Naciones Unidas tuvieran que proporcionarles una salida en evitación de males mayores.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (28 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/28 06:00:00 GMT+2
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2005/05/27 06:00:00 GMT+2

Los 400.000 euros

Tiene razón Josu Jon Imaz: si realmente el juez cuenta con indicios racionales de que Arnaldo Otegi es un prominente miembro de ETA, ¿a qué viene imponerle una fianza de 400.000 euros? Ni 400.000 ni dos millones: una acusación de tamaña gravedad debe llevar inexcusablemente aparejada la prisión incondicional del imputado. ¿Cómo puede permitir un juez que alguien al que tiene por peligroso terrorista se pasee libremente por las calles, maquinando tal vez otros crímenes? En ese sentido -aunque sólo en ese sentido-, fue mucho más coherente la posición del fiscal, que reclamó que Otegi fuera encarcelado sin fianza.

Me pregunto también de dónde habrá podido sacar el magistrado la idea de que esos 400.000 euros suponen algún tipo de garantía de que el procesado no tratará de eludir la acción de la Justicia. Si Otegi fuera realmente un destacado militante de ETA, ese dinero sería calderilla para él y los suyos. Me llama la atención la precisión del juez: el abogado de la AVT reclamó que la fianza fuera de 300.000 euros, pero él la subió a 400.000. Si alguien sabe qué clase de salto cualitativo aportan en esta causa 100.000 euros arriba o abajo, que me lo diga.

De todos modos, me intriga todavía más por qué Otegi sí y el resto no. Ante el mismo juez y en relación con este mismo sumario han prestado declaración muchos otros dirigentes de Batasuna. Todos fueron puestos en libertad sin mayores alharacas. Algunos, incluso, sin ningún tipo de medida cautelar. ¿Qué tiene de excepcional Otegi en esta causa? El magistrado no pretende contar con ningún indicio concreto que vincule hoy en día a Otegi con ETA, personal e individualizadamente. Menos aún con sus finanzas. Ni siquiera le atribuye un papel determinado en la estructura orgánica de las herriko tabernak. No le imputa ningún delito específico. La lógica de la acusación es la de siempre: Batasuna es ETA; en consecuencia, el que es jefe de la una lo es de la otra.

Pero, siendo así, no se ve a qué vienen esos distingos entre unos y otros dirigentes de Batasuna ni se entiende cómo, siendo tan terrible el delito que se les imputa, los dejan en libertad por unas u otras vías.

A no ser, por supuesto, que lo que esté en juego no sea una cuestión jurídica, sino política.

Anteayer coincidieron varios dirigentes del PP y del PSOE -José Bono y Eduardo Zaplana muy en especial- en comentar con palabras casi idénticas el ingreso en prisión de Arnaldo Otegi: «Está donde debería haber estado hace tiempo», «En la cárcel es donde tienen que estar los terroristas y sus colaboradores, como Otegi», etc.

¿De qué modo puede entenderse que gente con preparación jurídica confunda con tanta ligereza un procesamiento con una sentencia firme? Fácilmente: asumiendo que no están hablando de Derecho Penal, sino de política pura y dura.

Sobre todo dura.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (27 de mayo de 2005) y El Mundo (28 de mayo de 2005). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/27 06:00:00 GMT+2
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2005/05/26 06:00:00 GMT+2

Pisando fuerte

Por la mañana, ETA mete un bombazo en Madrid. A última hora de la jornada, el juez Grande Marlaska, de la Audiencia Nacional, ordena -a petición del fiscal, y eso es lo importante, porque el fiscal actúa oficialmente a las órdenes del Gobierno- el ingreso en prisión de Arnaldo Otegi, eludible bajo pago de una fianza de 400.000 euros.

Examinados estos comportamientos con criterios de estricta racionalidad, sólo cabe calificarlos de incoherentes.

Lo es que ETA ponga bombas en lugares habitados mientras sus simpatizantes insinúan que ha renunciado a los atentados mortales a modo de tregua parcial. Ayer se supo que los chavales que encontraron el pasado domingo en Zarautz una de las mochilas-bomba que había colocado ETA miraron su interior, vieron que había una pequeña caja de caudales -era el envase de la bomba, puesto para dificultar su desactivación y para que sirviera de metralla-, supusieron que podía contener dinero... y se liaron a golpes con ella. Al poco se les encendió una lucecita en el cerebro, se dieron cuenta de lo que podían tener entre sus manos y avisaron a la Ertzaintza. No les estalló en la cara de milagro. Con lo cual la presunta «tregua de atentados mortales» se habría ido al carajo. Dije ayer en ETB que la única bomba que no corre el peligro de matar a nadie es la que no se pone. Me reitero en ello.

Es también una prueba de incoherencia política -de otro tipo, pero no menos grave, a su modo- que el fiscal de la Audiencia Nacional, dependiente de la Fiscalía General del Estado, es decir, del Gobierno, pida el encarcelamiento de Arnaldo Otegi ateniéndose a la aberrante doctrina según la cual cualquiera que tenga algún punto de relación con ETA, así sea meramente ideológico, así sea indirectísimo, debe ser tenido por miembro de ETA. En este caso, el fiscal ha argumentado que Otegi formaba parte de la dirección de Batasuna, las Herriko Tabernak tenían vinculación con la dirección de Batasuna, fondos de las Herriko Tabernak sirvieron para costear actividades relacionadas con ETA (de solidaridad con sus presos, por ejemplo)... ¡ergo Otegi es de ETA! Siguiendo silogismos de ese tipo, yo podría «demostrar» que Rodríguez Zapatero fue cómplice los asesinatos de García Goena, de Mikel Zabalza y de Lasa y Zabala -de hecho, ni siquiera condenó esos crímenes- y pedir que sea encarcelado como miembro de los GAL.

La «lógica» que están siguiendo tanto ETA como el Gobierno de Zapatero es la típica del que desea que quien está destinado a ser «la otra parte» en una eventual negociación «sepa» que él no va a prestarse a ella porque no pueda hacer otra cosa, sino porque quiere. Digo que es la típica, entre otras cosas, porque cada vez que ETA y el Gobierno español de turno han encarado una posible negociación han empezado por zurrarse mutuamente durante un buen rato.

Lo que me parece más grave es que ninguno de los dos haya sacado aún las conclusiones que se deducen de sus experiencias pasadas. Esas bravuconadas previas han constituido siempre, sistemáticamente, uno de los factores que más han contribuido a envenenar el clima de los contactos y a preparar su fracaso.

No es el momento de pisar fuerte y sacar pecho de cara a las respectivas galerías, sino de tender puentes y facilitar las cosas a la otra parte. Mientras no lo entiendan, mal vamos.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (26 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/26 06:00:00 GMT+2
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2005/05/25 06:00:00 GMT+2

Hablan demasiado

Me da que están haciendo bastante poco pero, a cambio, no paran de hablar en público sobre ello. El Gobierno de Zapatero, el PP, los partidos vascos y hasta Fernando Savater: salen todos a titular diario. Aunque sea a costa de hacer el ridículo, como el filósofo oficial de ¡Basta ya!, que primero dice y luego se desdice, o como el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, que ayer se quedó con el pompis al aire ante la prensa formulando una y otra vez una pregunta ridícula: «Pero, ¿es que alguien duda de que el Gobierno ha hablado con ETA?»

Hablar mucho sobre materias altamente sensibles no es inconveniente tan sólo si se está haciendo poco en la práctica, sino en general. Cuando en tiempos del franquismo los expertos nos aleccionaban sobre cómo afrontar los interrogatorios de la Policía política, la primera norma que nos inculcaban era ésa: «Habla lo menos posible. No trates de liarlos a base de verborrea porque acabarás liándote tú, olvidarás tus propias mentiras y, a la primera de cambio, se te escapará algo que tenías que callar».

Los dirigentes de Batasuna Arnaldo Otegi y Joseba Permach incurrieron ayer en dos llamativos excesos verbales.

Permach afirmó que «el Gobierno [central] desconoce el significado de la palabra "tregua"». Eso, dicho a escasas horas de que ETA haya colocado dos bombas en Zarautz, parece un sarcasmo. Si lo que trataba de decir es que ETA tiene declarada una tregua parcial, consistente en eludir los atentados contra personas, que lo diga. O, mejor: que lo diga ETA. De lo contrario, su afirmación es absurda: no cabe desconocer el significado de una palabra que nadie ha pronunciado. A no ser que... ¿Insinúa tal vez que no lo ha dicho en público, pero que sí se lo ha hecho saber en privado al Gobierno de Zapatero? En tal caso, ¿qué necesidad tiene de abrir ese frente savaterino?

La incontinencia verbal de Otegi fue más grave, y puede que tenga a medio plazo efectos legales. Hablando sobre la elección de los miembros de la Mesa del Parlamento vasco, se refirió críticamente a la asignación de la primera secretaría de la Mesa. Pero, en vez de decir que por número de diputados hubiera debido ser «de EHAK», dijo «nuestra». No me extrañaría nada que esa declaración de parte acabe figurando en los considerandos de alguna futura sentencia.

Insisto: que hablen menos y, a poder ser, hagan más. Pero, en todo caso, que hablen menos.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/25 06:00:00 GMT+2
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2005/05/24 06:00:00 GMT+2

El Parlamento minado

Sólo alguien que tenga poco o nada asimilados los usos y costumbres de las democracias parlamentarias puede echarse las manos a la cabeza por el poder que en ciertos momentos adquieren en la vida de las cámaras tales o cuales grupos minoritarios. Puede lamentarse todo lo que quiera por el hecho de que un partido que tiene nueve escaños -nueve sobre 75 tampoco es filfa, de todos modos: a escala, en el Congreso de los Diputados serían 42-, pero no tiene derecho a escandalizarse, salvo que se oponga a que el sistema electoral sea más o menos proporcional.

Cuando en un parlamento hay dos bloques relativamente igualados en el número de escaños, no es raro que un grupo minoritario acabe teniendo en su mano la decisión final. Ha habido casos en los que incluso un solo diputado ha estado en condiciones de inclinar la balanza de uno u otro lado: la semana pasada hubiera podido hacerlo en la Cámara de Vitoria la diputada de Aralar, sin ir más lejos. No olvidemos tampoco a Tamayo y a Sáez, la que armaron en Madrid. EHAK se ha aprovechado de su situación privilegiada para obligar al PNV a pasar bajo sus horcas caudinas. Podía hacerlo y lo ha hecho. A cambio, el PNV le ha contestado dejándolo sin representación en la Mesa del Parlamento. Igual: podía hacerlo y lo ha hecho. A la guerre comme à la guerre.

El Parlamento de Vitoria puede tener una vida agitada, pero llevadera, mientras ese tipo de escaramuzas sean la excepción, y no la regla. A cambio, se convertiría en inviable en el caso de que EHAK optara por plantearlas de manera sistemática. A modo de ejemplo: pongamos que decidiera aplicar a la designación del nuevo lehendakari el mismo tratamiento que a la elección del presidente del Parlamento y que anunciara su disposición a votar a un candidato del PNV... siempre que no sea Ibarretxe. O que se negara día sí día también a negociar con el Gobierno vasco los proyectos de ley, uniéndose al PSE y al PP para tumbarlos. (No es imposible. Como buena parte de la izquierda abertzale, la gente de EHAK le tiene muchas ganas al PNV. Ya ha dejado caer en un par de ocasiones que no renuncia a «coincidir tácticamente» con el PSE ni, incluso, a alcanzar acuerdos concretos con él. «A fin de cuentas», arguye, «tiene línea directa con Madrid».

Insisto: puede hacerlo; estará en su derecho. Pero, de entrar por esa vía, acabará por no dejar al lehendakari más salida que la pronta convocatoria de nuevas elecciones.

Lo cual sería un sorteo. Para todos, pero también para EHAK, que habría de afrontar ante sus electores la responsabilidad de haber tirado demasiado de la cuerda en un momento tan especial.

Tirar demasiado de la cuerda siempre es un error, pero más cuando uno está en el mar a punto de ahogarse y la cuerda en cuestión es la que le han echado para ayudarle a salir.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (24 de mayo de 2005) y El Mundo (25 de mayo de 2005). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/24 06:00:00 GMT+2
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2005/05/23 06:00:00 GMT+2

La utopía de Europa (y 2)

No muy animado a escribir de nuevo sobre las votaciones para la elección de presidente del Parlamento vasco, en las que casi todo el mundo está sacando a relucir sus vergüenzas -todavía estoy bajo los efectos del anuncio de EHAK, que ha dicho que podría llegar a votar a favor de un candidato del PSE que supiera euskara-, y sin demasiadas ganas tampoco de analizar el deambular patético de Fernando Savater, ahora convertido en confidente de Rodríguez Zapatero y en relator/delator de sus confidencias, vuelvo a chotearme un rato analizando el resultado de la votación del último Festival de la Canción de Eurovisión.

Porque ayer me dejé en el tintero aspectos esenciales de ese magno proceso músico-electoral.

Comenté la victoria de la canción representante de Grecia. Pero no mencioné qué estados quedaron en la cola: 21º, España; 22º, Reino Unido; 23º, Francia; 24º, Alemania. Si se cuenta con que Italia y los tres estados del Benelux ni siquiera estuvieron presentes, constatamos que fue todo el bloque más poderoso de la UE el que quedó o fuera del tren o relegado al furgón de cola. El retrato cobró trazos aún más gruesos al haber resultado también eliminados varios bastiones de la música autóctona europea, como son Irlanda, Portugal y Austria.

La situación que se creó en el Palacio de los Deportes de Kiev mueve a preguntarse en qué medida no se trata de una alegoría de los problemas que está creando -y que va a acentuar, sin duda- la ampliación de la UE por el este. Cada vez están teniendo una mayor y más determinante presencia los estados procedentes de la desintegración de la vieja Yugoslavia y del no menos desintegrado Pacto de Varsovia, que son, en su gran mayoría, estados fascinados por el modelo estadounidense en todas sus vertientes, desde la cultural hasta la militar.

Esta derrota simbólica de la vieja Europa en el campo de Marte de la música habría tenido su punto de honor si se hubiera producido en la defensa de algún valor cultural de los muchos que quedaron ausentes en ese horror de Festival. Pero quiá. Ignoro qué canciones intentaron presentar los estados eurooccidentales que no llegaron a la final, pero los que sí llegaron plantearon el combate en el mismo terreno yermo que todos los demás, incluido ese estado tan europeo que se llama Israel y que se hizo representar por una cantante que, quizá para dar ejemplo de sobriedad presupuestaria, se hizo el vestido con una cortina del salón de su casa, estampada con grandes floripondios.

El caso más sintomático fue el de la Televisión Francesa que, en su empeño por aparecer políticamente correcta, sacó un coro tan multirracial que más parecía un anuncio de United Colors of Benetton, y presentó una canción cuyos dudosos aires navegaban entre los continentes cual chalupa a la deriva, sin saber en qué puerto recalar.

Menos mal que no se encontró con el de Ítaca. Seguro que ahora hay allí una base naval norteamericana.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (23 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/23 06:00:00 GMT+2
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2005/05/22 06:00:00 GMT+2

La utopía de Europa (1)

En un reciente mitin celebrado en Alemania en apoyo de la candidatura del SPD de Gerhard Schröder, que afronta hoy en Renania del Norte-Westfalia un obstáculo electoral de primera importancia, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó, con ese aire de profunda solemnidad que se da cuando cree que va a decir algo importante, que «la última utopía que queda en el mundo se llama Europa».

Si nos tomamos el término utopía en el sentido que ha ido adquiriendo en la lengua castellana, que es el que supongo que habrá querido darle él -el que alude a una idea o proyecto que en el momento de su formulación parece irrealizable-, no entiendo por que dice que Europa es una utopía. Se trata de una realidad que ya existe, y además, por lo que él mismo dice, bastante de su gusto.

No es una utopía, y menos aún «única». El mundo está lleno de ideas y de planes muy bien intencionados pero que, al menos de momento, resultan irrealizables. (Más de una vez he expresado la poca gracia que me hace, en ese sentido, la consigna «Otro mundo es posible». Que otro mundo es deseable y que hay que luchar enérgicamente contra el modo en que funciona éste me parece de cajón, pero no veo que sea posible desarticular a corto o medio plazo la organización social, económica, política y militar del mundo actual.)

En el sentido en el que sí me temo que quepa considerar la idea de Europa como una «utopía» es en el que se deriva de la etimología griega de la palabra: de ou («no») y topos («lugar»). Si concebimos Europa como un crisol de culturas milenarias, como la avanzadilla social del mundo entero, como un baluarte de defensa de las libertades y como una fuerza de oposición efectiva a la hegemonía de la gran superpotencia que queda, entonces no tendremos más remedio que admitir que esa Europa es cada vez más un no-lugar, un lugar inexistente.

Me sumergí anoche en estas reflexiones viendo -agarraos- el Festival de la Canción de Eurovisión. Vaya crisol de culturas, con la mayoría de los estados renunciando a su(s) lengua(s) propia(s) y cantando en inglés, recurriendo a ritmos de importación transoceánica, echando mano de estéticas horteras que parecían recién llegadas de Las Vegas (o, alternativamente, de Nashville) y aportando composiciones tan facilonas que, como decía mi padre, no es que pudieras salir cantándolas, sino que ya habías entrado cantándolas.

Máxima expresión de todo ello: la canción ganadora, procedente de Grecia -que no griega-, con letra bobalicona en inglés y chun-chún de discoteca supranacional.

No me preocupa demasiado que exista ese tipo de música. Me inquieta que las industrias discográficas de los diversos estados europeos recurran a eso cuando buscan adaptarse lo mejor posible y cautivar con la mayor rapidez al público más imbuido por el gusto dominante.

Tampoco fue como para levantar la moral ver el desarrollo de las votaciones (la parte que vi, porque me rendí pronto). Todos votaban las canciones de los estados vecinos, como si el objetivo fuera eludir problemas políticos, o incluso militares. Grecia se benefició de ello: tiene un porrón de vecinos. A España le perjudicó su peninsularidad: sólo mereció los favores de Portugal... y Andorra. (Por cierto que el bodrio de canción española era, además de mala, de un machismo insufrible: «Tú me dominas con sólo mirarme /y no hacen falta cuerdas para atarme». ¡Toma ya!)

Ya sé que en Europa hay muchas otras músicas, etcétera, etcétera, etcétera. Pero ese Festival, mal que pese a muchos -mal que me pese a mí-, es representativo del gusto, original o inducido, de amplísimos sectores de la población.

Cabe imaginar otra Europa, pero no está en ésta.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (22 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/22 06:00:00 GMT+2
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2005/05/21 07:00:00 GMT+2

El papel de su vida

¿Qué José Luis Rodríguez Zapatero es el de verdad? ¿El que defiende ahora el entendimiento entre los partidos democráticos sin exclusiones y el diálogo como fórmula necesaria -aunque no única- para la resolución de todos los conflictos, incluidos los más lacerantes, o el que se atribuía apenas hace dos años el gran mérito de no haber hablado jamás -a diferencia de Aznar, daba a entender- ni con Fidel Castro ni con Xabier Arzalluz? ¿Es más auténtico éste de ahora, que se muestra abierto a reformar in extenso los estatutos de autonomía de Cataluña y Euskadi, en sintonía con el PSC de Pasqual Maragall y el reconvertido PSE de Patxi López, o lo era aquel que tenía a Juan Carlos Rodríguez Ibarra como consejero áulico?

No soy tan novato en estas lides como para ignorar que muchos políticos de los que deambulan por las cumbres del poder son muy capaces de decir hoy una cosa y mañana la opuesta (y de hacer en ambos casos una tercera o una cuarta). Pero lo de Zapatero no creo que sea un puro ejercicio de cinismo. Para mí que ni hace un par de años estaba realmente convencido de lo que decía ni ahora está persuadido de lo contrario.

Por decirlo educadamente: no parece que su especialidad sea la firmeza de criterios.

A veces da la sensación de que juega con dos barajas. Pero no es eso. Es que no sabe a qué carta quedarse.

Su propio Gobierno es reflejo de sus perplejidades. Los ministros rivalizan a la hora de pontificar sobre lo que finalmente hará o no hará en relación con ETA, como si la mente del presidente careciera de secretos para ellos, e incluso hay uno -el de Defensa- que se permite plantearse los problemas políticos desde una perspectiva netamente diferente de la del jefe del Ejecutivo. Hace meses que José Bono deja claro cada vez que tiene ocasión -y cuando no la tiene se la inventa- que sus inclinaciones ideológicas están muchísimo más cercanas a las del PP que a las de los socios parlamentarios de Zapatero. Y lo peor no es que lo deje entrever, sino que obra en consecuencia, tomando iniciativas a su aire, como la de dejar patas arriba el proyecto de Ley Orgánica de Defensa Nacional tras negociar él directamente con Rajoy. Este género de actuaciones, que llevan a que el propio PP haga distingos dentro del Gabinete -y con razón-, no dice mucho en favor de la coherencia del equipo gubernamental.

Los políticos de natural dubitativo suelen dar ir dando vueltas y más vueltas, asumiendo políticas y tonos diversos, hasta que, si tienen suerte, un buen día encuentran un papel que por lo que sea les granjea un plus de valoración popular. Los menos atolondrados suelen entender la lección y se asientan ya para siempre en la representación de ese papel. Con el tiempo, los hay que hasta son recordados como ejemplo de firmeza.

En cosa de meses sabremos si Zapatero ha encontrado ya de una vez el papel de su vida.

Javier Ortiz. Apuntes del natural y El Mundo (21 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/05/21 07:00:00 GMT+2
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