En los años 60 había en España dos revistas cuya ferocidad ultraderechista alcanzaba cotas de puro delirio. Una era requeté -requetefacha- y se titulaba ¿Qué pasa? Llevaba un subtítulo que decía: «Semanario independiente, aunque se asombre la gente», pero la verdad es que la gente no se asombraba gran cosa, porque casi nadie leía aquel bodrio. La otra se llamaba El Español. Las soflamas patrióticas de El Español eran realmente fantásticas: semana tras semana, arremetía en nombre de España contra los comunistas -cualquiera que no se proclamara incondicionalmente franquista era catalogado como comunista en sus páginas-, contra los curas progres, contra los obispos vascos y el clero de Euskadi en general, contra el abad de Montserrat... en fin, contra todo lo que ellos llamaban «la anti-España». Yo leía siempre El Español. Aparte de que resultaba la mar de risible, uno se enteraba de un montón de cosas, que El Español sacaba para denunciarlas: documentos y manifiestos de la oposición, análisis de la prensa extranjera, sermones de curas anti-franquistas...
Un día me contaron que media redacción de El Español había sido detenida por la Policía franquista, que había descubierto que aquellos enloquecidos ultrafalangistas pertenecían en realidad a un grupo comunista. Con la excusa de denunciar las conjuras de la oposición, las daban a conocer. No tengo ni idea si el asunto fue realmente así, pero, bueno, en todo caso, se non è vero è ben trovato.
Escuchando estos días las radios y leyendo a ciertos articulistas de la Villa y Corte, he llegado a la conclusión de que el truco de El Español se repite. Me engañaron entonces, pero esta vez no me la dan con queso. No me trago que sean sinceras las enormidades que algunos están soltando sobre vascos y catalanes, ni esa feroz inquina que muestran contra «la anti-España» de hoy, que es, a lo que se ve, casi la misma de siempre, con sus curas vascos y todo.
Me pregunto: Cui prodest? ¿Quién se beneficia? Conociendo como conozco Euskadi y Cataluña, me consta que las soflamas de estos herederos del Conde-Duque de Olivares no pueden tener sino un efecto de boomerang. Se vuelven contra la causa unitaria española que aseguran defender y fomentan las tendencias más radicalmente separatistas en Euskadi y Cataluña. Así que mi conclusión es firme: estamos ante la torva artería de un grupo de separatistas embozados, agentes a sueldo de Idígoras y Colom infiltrados en eso que los cursis llaman «el rompeolas de todas las Españas», o sea, Madrid.
Una vez descubierto el complot, he creído que mi deber, en tanto que partidario de la convivencia pacífica entre todos los pueblos de España, era desenmascararlo. Y que quede claro que a mí, por lo menos, esos separatistas camuflados no han conseguido engañarme.
Javier Ortiz. El Mundo (20 de agosto de 1994). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de agosto de 2011.
Comentarios
1) En italiano se dice "Se non è vero è ben trovato".
2) La frase latina correcta es "Cui prodest?", esto es "¿A quién aprovecha?". Tal como está citada significa "¿Quién aprovecha?", esto es, casi lo contrario.
Salud y república.
Escrito por: Francesc J. Cuartero.2013/03/20 11:54:58.929000 GMT+1
Ten en cuenta que ha sido un lector (automático) quien ha convertido el texto y a veces se cuelan este tipo de errores. Es decir, El Mundo nos pasó el material tal y como lo tenían publicado, pero me da que por el camino sí que ha habido cambios.
Un abrazo.
Escrito por: iturri.2013/03/20 21:24:51.283000 GMT+1
El "cursi" que llamó a Madrid «rompeolas de todas las Españas» fue don Antonio Machado:
"¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena,
rompeolas de todas las Españas!
La tierra se desgarra, el cielo truena,
tú sonríes con plomo en las entrañas!.
Lo escribió en un Madrid asediado por las bombas de la aviación golpista, el 7 de noviembre de 1936.
Por lo demás, larga memoria a la memoria de Javier Ortiz. Nos falta, también, su voz.
Escrito por: Iñaskis K.2013/08/07 14:43:57.430000 GMT+2
Escrito por: PWJO.2013/08/07 18:02:17.247000 GMT+2