Podría extenderme, y lo haría a gusto, pero tengo prisa. Me limitaré entonces a dejar constancia de que, según la práctica totalidad de los charlatanes de las radios madrileñas -¡cómo odio ese término memo de tertulianos!- , el buen huelguista es el que consigue ejercer el derecho de huelga sin que nadie se entere.
«Las huelgas hay que hacerlas sin lesionar los intereses de los demás», escuché ayer noche.
Son fantásticos. ¿Y por qué iba a tener que ceder ninguna empresa ante una huelga que no molesta a nadie? ¿Por razones estéticas, tal vez?
Los estúpidos: no pueden hacer huelga. Lo son las 24 horas del día, todos los días del año.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (4 de julio de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 25 de mayo de 2017.
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