Hipología política: Una vez más he de asumir la pesada tarea de aclarar la verdad de las cosas, enmarañadas por la ignorancia que caracteriza a mis compañeros de profesión. Tócame hoy desvelar por qué, cómo y para qué don Alberto Ruiz Gallardón ha avalado la compra del caballo Madrid, a costa de lo cual se han hecho ya tantas chanzas y guasas tontas.
Background literario: Habré de empezar por precisar que estamos ante un episodio estrictamente cervantino. Todo lo que ha ocurrido estaba ya previsto en el arranque del capítulo IV de la más inmortal de las obras del chico de la Saavedra. Gallardón se ha limitado a darle cumplimiento. Reza así el texto de Cervantes: «La del Alba sería cuando don Quijote salió de la venta, tan contento, tan Gallardo, tan alborozado por verse armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo». Ahí están los tres personajes: la del Alba, o sea, la duquesa; el Gallardo -que es como Cervantes apodó previsoramente a Gallardón, consciente de que habría que bajarle los humos-, y el caballo.
Cuestión de avalar: Segundo punto clave en el que nadie ha reparado, por lo que ahí sigue averiado: cuando Gallardón reconoce que «ha avalado» la compra del jamelgo, no emplea el verbo avalar como derivado del francés à valoir (capaz de valer) sino del también francés avaler (tragar). Se ha tragado este asunto hasta la bola.
El precio del caballo: Afirma Gallardón que, para un caballo, cien kilos no es mucho. Y tiene razón: un caballo puede pesar hasta mil kilos.
Otros precios célebres: Cien millones por un caballo es una bagatela. Recuérdese que, tras la batalla de Bosworth, Ricardo III estaba dispuesto a dar su reino por un caballo. Y, según se cuenta en el Poema de Fernán González, el rey de León concedió a Castilla su independencia para hacerse con la propiedad del caballo y el azor del conde Fernán González (que era otro González que, como se ve, también tenía Azor). ¡Esos sí que eran precios!
Boom turístico: La compra de este caballo tiene forzosamente que representar un impulso decisivo para el turismo madrileño. Si miles y miles de personas viajan cada año a Ordesa, que está lejísimos y muy mal comunicada, para ver la Cola del Caballo, ¿cuántas no acudirán a Madrid a contemplar el caballo entero?
Desarrollo ecológico: Gracias al caballo se puede lograr también que surja una selva importante junto a la capital. Bastará que lo monten mujeres. Y Madrid tendrá Amazonas.
Caballo y belga: Otros ignorantes critican que haya comprado un caballo, cuando la hípica no es nada popular, y que el caballo sea belga, y no español. Desconocen que los caballos belgas descienden del llamado «gran caballo» flamenco. ¿Hay algo más español que el flamenco? Al toque flamenco se añade, además, el del chotis: el célebre chotis de Lara titulado precisamente Madrid habla de «piropo retrechero», y «retrechar» es lo que hacen los caballos cuando reculan. O sea, que la de Gallardón es una decisión española y madrileñísima.
Caballo multiusos: Un caballo, por lo demás, no vale sólo para dar saltos, como algunos difamadores pretenden. Sirve igualmente para jugar a las cartas. Y al ajedrez. Y para hacer gimnasia. Y para fabricar ácido benzoico (que se saca de la orina del caballo, por si no lo sabían). Con vapor, puede utilizarse también para medir la potencia de las máquinas. En tal caso, su nombre, como el de bastantes políticos, se abrevia con las iniciales HP. Enchufado -o, sea, como caballo eléctrico-, vale igualmente para medir los watios-hora, según la fórmula 1 WH = 1 julio x 3.600 = 3.600 julios (que es la tira de tiempo, pero por lo menos no el 18 de julio).
¿Es cierto que Gallardón ha comprado el caballo para prepararse a suceder a Aznar? En todo caso, tener un caballete siempre le ayudará a pintar cada vez más en el PP.
La de Gallardón es la comunidad autónoma de Madrid. De Madrid es bastante autónoma, sí, pero todavía es más autónoma de Aznar. De hecho, se ha comprado el animal para estar más fácilmente a caballo entre el PSOE y el PP.
¿Por qué ha negociado tan deprisa lo del jamelgo? El miércoles es San Antón. Necesitaba tenerlo a tiempo para llevarlo a que se lo bendigan.
¿Qué grita Gallardón cuando quiere vitorear? ¡Hip, hip, hípica!
Javier Ortiz. El Mundo (14 de enero de 1996). Subido a "Desde Jamaica" el 25 de septiembre de 2013.
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