La argumentación que se nos ha presentado es perfectamente diáfana: la entidad presidida por Mario Conde había concentrado demasiados riesgos y carecía de la liquidez requerida para afrontarlos. Ergo había que destituir a ese hombre de inmediato.
No seré yo quien diga que no. Lo mismo tienen razón los señores Solbes y Rojo. Se dice que Conde había acumulado unas «necesidades brutas» de 500.000 millones. Son muchos millones, desde luego. Claro que no sabemos qué «necesidades brutas» tienen otros bancos, con lo que la comparación se hace difícil. Y tampoco se entiende muy bien por qué ahora era tan urgente salir al paso de la situación, pero no lo era hace unos meses, cuando JP Morgan aún no había puesto un duro en Banesto.
Me quedo en todo caso con la copla de que, cuando alguien acumula demasiados riesgos y no demuestra que es capaz de asumirlos, hay que quitarlo de enmedio. Pero hay algo que no me encaja. Porque me sé de otra entidad, llamada Estado, que tiene un «agujero» de 40 billones de pesetas, un agujero que no cesa de crecer, y que está regida por unos señores cuya incompetencia es patente. Y nadie los destituye.
No es ése el único aspecto que me intriga. Imagínense ustedes que mañana la Federación Española de Fútbol llega a la conclusión de que el Real Madrid está en una situación financiera calamitosa y que no hay más remedio que quitarle a Mendoza las riendas del club. Entonces va Villar y, tras entrevistarse con Josep Lluís Núñez, nombra un equipo gestor encabezado por... el vicepresidente del Barca. Resultaría chocante, ¿no? Pues es exactamente eso lo que ha hecho el gobernador del Banco de España, poniendo Banesto en manos de Alfredo Sáenz, hasta ahora vicepresidente del BBV. ¿Qué pasa, que el Banco de España no tiene gestores competentes? ¿O será que quiere que a partir de ahora el BBV, que tan buenas relaciones tiene con el PSOE en general y con González y Solchaga en particular, gane siempre la Liga bancaria?
Jordi Pujol, que antes que cocinero de la política fue fraile bancario, y que estuvo al frente de un banco que acabó -vaya, también es casualidad en manos del BBV, ha declarado que «el actual proceso de concentración de bancos y empresas periodísticas es peligroso». Afirmación muy sensata y, a la vez, muy oportuna, porque no está nada mal asociar este lío de bancos con los líos de la Prensa. Es cierto que, en su última etapa, el doctor dineris causa se había mostrado muy domesticado -tal vez porque notaba sobre su cabeza la espada del Gobierno, pero nunca ha dejado de tener alma de outsider. Era poco de fiar. Ahora, los medios de Prensa en los que Banesto tenía arte y parte estarán ya definitivamente embridados.
Post scriptum. Oigo a Luis Mariñas que presenta a Mario Conde como principal accionista de El Mundo. Extraña habilidad la de Mariñas, que es capaz, a la vez, de dormirme y de abrirme los ojos. El día en que los responsables de los informativos de esa cadena se sienten en la máquina de la verdad, se funden los plomos. Y cuidado que son plomos.
Javier Ortiz. El Mundo (31 de diciembre de 1993). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de diciembre de 2011.
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Escrito por: quique.2011/12/29 10:39:2.968000 GMT+1