Dos son las cosas que más me llamaron la atención de todo lo que le oí decir ayer en diversas emisoras de radio al alcalde de Garciotún, el socialista Avelino Martín. La primera, su afán por saber si el periodista redactor de la noticia sobre el camino de la finca de Manuel de la Concha es realmente hombre. Por lo que pude comprobar, es una duda que le obsesiona: la expresó una y otra vez, mostrando en ocasiones un no menos sorprendente interés por averiguar si el periodista en cuestión se viste por los pies.
También me produjo una gran satisfacción enterarme por boca de don Avelino de que en Garciotún ya no hay un Casino, como ocurría en la España anterior al cambio, sino un «Centro Social Polivalente».
Con este par de datos en el magín, no pude evitar acordarme de lo dicho por Felipe González en el debate del pasado martes: no es que nuestra sociedad esté sufriendo una pérdida de valores éticos; es que está asumiendo otros nuevos. Carlos Solchaga se apuntó anteayer a la misma tesis: «Estamos ante una continua y trepidante revisión de los valores morales». Es cierto. Y aún deberían haber dicho más: gracias a la acertada conducción socialista, ese proceso de renovación espiritual lo está viviendo nuestra sociedad del mejor modo posible: conservando un pie en las buenas tradiciones de nuestros ancestros y avanzando el otro pie hacia el próximo futuro feliz y convergente del siglo XXI.
Avelino Martín es, sin duda, un perfecto símbolo de ello. Por un lado, mantiene intactos esos recios valores, tan nuestros, como son el machismo y la chulería. ¿Adónde iría a parar España si sus varones se olvidaran de expresiones tan arraigadas como «Si ese señor tiene lo que hay que tener, que venga y me lo diga a la cara»? Asegurada así la continuidad de la tradición, Avelino Martín también ayuda a la «revisión continua y trepidante» de los valores espirituales. Ahí está para demostrarlo el rebautismo de la vetusta institución pueblerina del Casino, que él ha acertado a llamar «Centro Social Polivalente», en un gesto de inequívoca modernidad.
Avelino Martín es más que un símbolo. Es dos. También alegoriza cómo el PSOE sabe cambiar de camino con tal de que el pueblo no perturbe el disfrute de los ricos.
Javier Ortiz. El Mundo (28 de marzo de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 31 de marzo de 2012.
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