Todo el mundo juega ahora por aquí a encontrar los parecidos y las diferencias entre Francia y España. Es un juego gracioso. Voy a participar.
A mí se me ocurren, más que nada, diferencias. La primera y más elemental, la geográfica: un hexágono es una aséptica figura geométrica; una piel de toro, el rastro de un cadáver.
Están también las diferencias de tipo histórico. Por ejemplo: en la época en que al otro lado de los Pirineos se dedicaban a fabricar grandes revoluciones, nuestros antepasados optaban por gritar «iVivan las caenas!». (Nota bene: a los que repudiaban ese grito se les llamaba «afrancesados»).
Hay tambien diferencias que podríamos considerar darwinianas. Verbi gratia: los políticos franceses pueden ser corruptos como el que más; a cambio, dada la terrible competencia que deben afrontar, tontos de baba hay muy pocos. En eso tampoco nos parecemos.
¿Que tanto acá como allá avanza la derecha? Vale. Pero conviene que no olvidemos qué contenido político tiene el término «derecha» en Francia. La derecha francesa la representan los herederos de De Gaulle, que no fue precisamente Francisco Franco. En primera fila de la derecha francesa milita, por ejemplo, Jacques Chaban-Delmas, que aún utiliza el nombre de guerra que eligió cuando tomó las armas para combatir contra los nazis. Qué quieren que les diga: en nuestra derecha no abundan los resistentes anti-fascistas, y menos los armados. Aquí hay muchos que dicen que entre la presunta izquierda que capitanea el PSOE y el sedicente centro-derecha de Aznar apenas existen verdaderas divergencias de fondo. Quizá sea verdad. Pero, de serlo, lo sería para mal. En Francia tal vez pueda decirse lo mismo, pero en su caso lo sería tanto para mal como para bien: allí la derecha responde a una arraigada tradición de laicismo, cultura y tolerancia.
¿Más diferencias? Otra, y no pequeña: aquí está todo el mundo obsesionado con lo ocurrido en Francia; allí, en cambio, lo que ocurra en España les deja fríos.
Esa es la cosa: cuando Francia se acatarra, España estornuda. Por el contrario, cuando España se acatarra, Francia vende aspirinas.
Javier Ortiz. El Mundo (30 de marzo de 1993). Subido a "Desde Jamaica" el 22 de enero de 2018.
Comentar