Aznar está de visita en París. No ha elegido el mejor momento para charlar con Chirac. Abrumado como está el presidente francés por las revelaciones periodístico-testamentarias sobre sus habilidades como recaudador ilegal, es muy probable que preste una atención más bien limitada a las observaciones del jefe del Gobierno español. Por lo demás, sabe que la actitud de su vecino del sur ante los asuntos comunitarios es la misma que tiene durante su asistencia a la Santa Misa: se pasa el rato diciendo «amén».
Ha celebrado Aznar «la gran identidad de posiciones» que hay entre su Gobierno y el de París en relación «al problema vasco». Dejando a un lado que las identidades no son graduables -las cosas o son idénticas o no lo son: no cabe que resulten «muy idénticas» o «poco idénticas»-, lo que dice no es cierto.
Sus posiciones son bastante distantes. Por lo menos en su fundamento general.
Durante los últimos meses, los responsables políticos franceses no han parado de decir, viniera a cuento o no, que, en su criterio, buena parte de los quebraderos de cabeza que le causa el País Vasco a España proceden de la opción autonomizadora que realizó hace 22 años el Estado español. De hecho, ése es el principal argumento que esgrimen para cerrarse en banda a la creación de un departamento administrativo que unifique el área vasca de soberanía francesa. No pasan ni por ahí, por más que los departamentos franceses no gocen de mayor autonomía de la que tenían las provincias españolas durante el franquismo.
Si el Gobierno español fuera un Gobierno normal, integrado por políticos normales, se habría elevado contra ese despliegue francés de injerencia crítica en los asuntos internos de España, y habría hecho saber a sus colegas de París que agradecería sobremanera que se dedicaran a sus propios negocios y dejaran de pontificar sobre los nuestros.
Pero Aznar no está para proclamas de principio. El va pidiendo detenciones y extradiciones, y el resto se le da una higa.
O a lo peor es que está de acuerdo y piensa lo mismo que ellos sobre las autonomías.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (26 de septiembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de marzo de 2017.
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