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1993/12/08 07:00:00 GMT+1

Felipe gagá

Me llama mi buen amigo Gervasio Guzmán, que ha viajado a los USA siguiendo los pasos del jefe de Gobierno. Está que trina:

"iOye, ese tío está gagá! En el discurso del lunes en la embajada se metió en un jardín absurdo y, cuando se dio cuenta de que estaba haciendo el ridículo, ordenó que las cámaras dejaran de rodar y que se cortaran los micrófonos. Pero ¿quien se habrá creído que es?"

Trato de explicar a Gervasio que Felipe González es sólo un loco que se cree Felipe González.

"¡Vaya tópico!" -me suelta. "-De tópico nada, monada. Puro diagnóstico".

Es tal cual. Cuando un personaje público se olvida de sus limitaciones y debilidades y empieza a verse tan importante y todopoderoso como otros aseguran que es, cruza el puente que lleva hacia los bosques sombríos de la psicopatología. Hace tiempo ya que González prefiere no darse cuenta de que si lleva once años de jefe de Gobierno no es porque él sea un hombre genial sino, pura y simplemente, porque los otros candidatos son aún más mediocres que él. Ha confundido su especialización en dar el pego, tan celtibérica ella, con virtudes excelsas de estadista. Y ahora se piensa que es todo un rutilante líder mundial. Cada mañana, cuando se mira en el espejo del baño con la espuma de afeitar en la mano, se dice a sí mismo: «He aquí la gran figura española del siglo XX». Lo que lo convierte en un peligro público. Porque ahora es ya rehén de sus delirios de grandeza. Está tan convencido de su genialidad que reprime todo asomo de duda: si las cosas van mal, o es culpa de las cosas o es culpa de que la gente no entiende que debe hacer sólo lo que él dice que debe hacer, i prou.

Quienes se han entrevistado con él recientemente aseguran que se le nota melancólico. Es obvio que se considera incomprendido. ¡Él, que lo ha dado todo por España, y España, la ingrata, en vez de recompensarlo sintiéndose feliz y agradecida, no para de quejarse! ¡Y esa Prensa miserable, envenenadora de espíritus cautos y jaleadora de rencores mezquinos!

Mi amigo Gervasio asegura, en lenguaje coloquial, que González «está gagá». Es un modo de decirlo. Un diagnóstico más preciso nos obligaría a hablar de megalomanía paranoide. Nuestro jefe de Gobierno presenta todos los síntomas: la hipervaloración del propio ego, la desconfianza y la susceptibilidad agudas, el sentimiento de injusta y permanente persecución...

La paranoia es muy frecuente entre los líderes políticos. La gran ventaja de la democracia es que no permite a los paranoicos expresar todas sus potencialidades. Pueden decir a sus Eligios que muerdan. Pueden ordenar que desconecten unos cuantos micrófonos. Pero no pueden condenarlo a uno a darse un garbeo por el horno crematorio más próximo ni deportarlo a Siberia de por vida.

Y es que nos quejamos de vicio.

Javier Ortiz. El Mundo (8 de diciembre de 1993). Subido a "Desde Jamaica" el 8 de diciembre de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1993/12/08 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: felipe_gonzález 1993 felipismo el_mundo gervasio_guzmán | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

Ay Javier, cuanto te echo de menos (perdon pero escribo desde un teclado sin acentos).

Iba a escribir que me imagino lo que Javier nos escribiria sobre la situacion actual, pero el siempre tenia la capacidad de encontrar un punto de vista diferente, asi que seguro que nos habria sorprendido cada dia.

Escrito por: .2011/12/08 10:05:17.444000 GMT+1

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