Recuerda José María Aznar muy enfadado que el acuerdo de Lizarra, visto desde la perspectiva del PNV, tenía dos objetivos: de un lado, que el MLNV se integrara plenamente en la política institucional; de otro, que ETA abandonara las armas. Afirma que a la vista está que no ha logrado ninguno de esos propósitos y asegura que algún día el PNV tendrá que asumir sus responsabilidades por ese fracaso.
Responde el PNV que Aznar ha sido un auténtico desastre en esos dos mismos planos. Primero porque, en lugar de respetar el proceso puesto en marcha para "normalizar" el papel del MLNV en la política vasca, la emprendió ferozmente contra él desde su inicio, demostrando que le importaba más impedir el avance del independentismo que acabar con el terrorismo. Y segundo, porque malogró las conversaciones con ETA, permitiendo que su ministro del Interior las boicoteara de mala manera (sometiendo a vigilancia a los intermediarios, deteniendo a los interlocutores de ETA, etc.).
Todo ello es cierto. Con dos salvedades.
Una: el PNV ha fracasado, pero al menos lo ha intentado. Y lo ha intentado seriamente. A nadie se le puede condenar por no haber logrado un objetivo noble, si ha puesto todo su empeño en ello. Lo que sí cabe reprochar al PNV -al cogollo de la dirección, con Arzalluz y Egibar al frente- es lo mucho que se ha resistido a admitir su fracaso. Hace ya meses que era evidente que no iban a arrancar a ETA una nueva tregua, por lo menos a corto plazo, y que HB no iba a distanciarse de ETA, por mucho que algunos de sus dirigentes dijeran en privado.
Dos: Aznar lo ha hecho de pena, sin duda, pero lo cierto es que ETA no estaba dispuesta a negociar realmente su desaparición. Lo que exigía a cambio de su retirada del escenario era prácticamente que el Gobierno suscribiera la alternativa KAS. O sea, que se rindiera. Con lo cual, no resultaba difícil predecir que, un poco antes o algo después, volvería a las andadas. Y que el MLNV aplaudiría. Unos con más ganas, otros con menos, bastantes con ninguna. Pero sin distanciamiento alguno.
Ya alguna vez he rectificado el refrán: dos es seguro que se pegan cuando los dos quieren.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (9 de agosto de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de febrero de 2017.
Comentar