Comentaba el otro día cuán insustanciales e ignorantes son los dos candidatos que van a pugnar por la Casa Blanca. Estando las cosas como están, hasta veía lógica la amplia ventaja que llevaba Bush a Gore en las encuestas: en los EUA sólo vota una parte de las clases medias, y las clases medias norteamericanas están pasando ahora por una fase mayoritariamente conservadora.
Me hizo gracia una frase del autor del reportaje del Observer que os mencionaba en aquel apunte: "Cuando Bush trata de parecer sincero, parece un farsante; cuando Gore trata de parecer un farsante, parece sincero".
Pero ahora resulta que, según un sondeo de Neewsweek, Gore ha remontado la ventaja que le llevaba Bush y le ha superado ampliamente en expectativa de voto. Lo cual quiere decir que la opinión pública estadounidense ha dado un vuelco... ¡de casi 40 puntos!
Lo único que ha ocurrido en esta última semana es que se ha celebrado la Convención del Partido Demócrata, es decir, que Gore ha salido mucho en televisión. Nada que tenga que ver con programas de acción o con iniciativas políticas de fondo: sus discursos han sido tan vacuos como siempre.
Le han visto más y se han ido detrás de él, como las ratas detrás del flautista de Amelín.
¿Cabe imaginar un electorado más voluble e inconsistente?
Decía Hegel que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Parece obligado darle la razón.
Lo malo es que el destino de la Humanidad va a depender de uno de esos dos gobernantes tontos.
Del que elija ese electorado que se deja convencer tan tontamente.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (20 de agosto de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de febrero de 2017.
Comentar