En tiempos del franquismo, el diario madrileño Informaciones pasaba por ser uno de los menos vomitivos. Pero que fuera de los menos vomitivos no quiere decir que no fuera vomitivo. Me di de baja como suscriptor un día que sacó en su primera página un titular que me revolvió las tripas. Rezaba: "Hoy se juzga a los asesinos del teniente Pose". "¡Fantástico!", me dije: "¡Ni siquiera los han juzgado aún y ellos ya los califican de asesinos!". Me indignó su falta de respeto hacia la presunción de inocencia en un caso en el que, además, se jugaban varias penas de muerte.
Ahora, como ya vivimos en un Estado de Derecho, ni dios respeta la presunción de inocencia.
Acabamos de asistir a un caso de ésos que los cursis llaman "paradigmático".
Me refiero a la última redada de la Ertzaintza. Detiene a doce jóvenes a los que acusa de trabajar para ETA. La Prensa española se deshace en elogios hacia la Policía vasca: "¡Ya era hora!", "¡Al fin se deja de poner paños calientes y ha pillado a doce etarras!", etc.
Los concejales del PNV y EA de Atxondo (Vizcaya) firman un comunicado reclamando la libertad de uno de los detenidos, Ibon Beloki, vecino del pueblo. Sostienen que no tiene nada que ver con ETA. ¡Qué horror! Hasta el PNV monta en cólera y les exige que rectifiquen.
Los doce detenidos son conducidos por la Ertzaintza ante la Audiencia Nacional. El juez, tras tomarles declaración, pone a seis en libertad sin cargos. Entre ellos, al propio Beloki. Así que ya tenemos a seis "etarras" que nada prueba que fueran "etarras". A otros tres, los pone en libertad bajo una fianza ridícula. De modo que tampoco de éstos se podía afirmar que fueran "etarras", lo que se dice "etarras". A otra la retuvo porque se encontraba indispuesta y no estaba en condiciones de declarar. Al final, sólo ha encarcelado a dos.
¿Hace falta decir que ninguno de los medios de comunicación que habían catalogado a los doce como terroristas y aplaudido a la Ertzaintza por detenerlos ha rectificado, lamentando haberse pasado la presunción de inocencia por el arco del triunfo? ¿Hace falta decir que ninguno de esos medios de comunicación ha criticado a la Policía vasca por haber fabricado semejante churro de operación? Pues si hace falta decirlo, lo digo: ninguno ha hecho nada de eso.
Llevo años sosteniendo que la prensa tiene -debería tener- un principio rector supremo: contar lo que sucede y contarlo honestamente, sin añadir ni quitar ningún dato relevante, aunque la verdad de lo sucedido contraríe sus inclinaciones, deseos o criterios políticos. Un detenido es un detenido, no un culpable a la espera de ser condenado. Y una detención ilegal es una detención ilegal, no una vergüenza que conviene esconder.
Afirma el tópico que la primera víctima de toda guerra es la verdad. Digo yo que los periodistas no deberían estar para participar en las guerras, sino para informar sobre lo que ocurre en ellas. Pero está claro que soy un antiguo.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (27 de agosto de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 25 de febrero de 2017.
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