Me dicen que el programa de ETB Pásalo, en el que suelo participar una vez por semana, no es «como todos ésos magazines que emiten por las tardes las televisiones». Por lo visto -en mi caso habría que decir más bien «por lo no visto»-, casi todos los asuntos que se abordan en las tertulias de esos programas son dimes y diretes sobre el famoseo. Si así fuera, dudo mucho que ETB me invitara a participar, porque no creo que haya muchas personas menos informadas que yo sobre esos cotilleos. Ayer salió la filmación de una señora; pregunté (fuera de antena) que quién era; me contestaron que Carmen Janeiro; pregunté que quién es Carmen Janeiro y me miraron de arriba abajo, como si fuera un extraterrestre. Pretendieron que lo mío era una pose.
Según me dicen, Pásalo se diferencia de ese género de programas no sólo por el temario sino también porque los contertulios no damos voces, no hablamos todos a la vez y nos escuchamos con respeto. De todos modos, no deja de ser un magazine de televisión, lo que lo somete a ciertas reglas. Ayer, cuando propusieron que habláramos de la célebre «crisis de los 40», comenté algo que luego pensé que tal vez no lo estaba diciendo en el lugar más adecuado. Recordé una afirmación del crítico de televisión del Canard Enchaîné, que escribió hace ya bastantes años que la televisión es un medio esencialmente estúpido, porque no hay tesis de cierta hondura que pueda ser expuesta en menos de tres minutos y en televisión cualquier explicación que lleve más de tres minutos resulta interminable. El presentador, que es muy rapido de reflejos y tiene mucha chispa, se limitó a sonreír y a decirme: «Pues venga, que ya llevas dos y medio».
Una cosa que a mi me resulta graciosa y que ocurre con frecuencia en el programa es que nos proponen comentar los datos de encuestas que invariablemente calificamos de estúpidas. Ayer evocaron una según la cual los vascos suelen dedicar (en este caso no me atrevo a decir «solemos») entre 15 minutos y media hora a los «juegos previos» antes de «hacer el amor». Hubo dos comentarios que me parecieron particularmente oportunos. Uno metodológico: preguntamos si «los vascos» tienen por costumbre auxiliarse de un cronómetro cuando follan. Y el otro, mucho más de fondo: pusimos en cuestión la propia idea de «juegos previos», sólo comprensible en la mentalidad de alguien que identifica sexo con penetración.
Esto último viene a demostrar, por cierto, que tampoco tenía toda la razón el periodista de Le Canard Enchaîné antes citado: a veces, una reflexión concisa puede dar más que pensar que un largo rollo. Ahí el quid no está en la reflexión, sino en el grado de inteligencia de quienes se sientan delante de la pantalla.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (25 de junio de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de junio de 2017.
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