La vejez no es problema; la decrepitud, sí.
Algunas gentes presuntamente caritativas me reprochan mis ataques implacables a Manuel Fraga. «¡Deja ya en paz al pobre viejo!», me dicen.
¿Por qué? ¿Por viejo? Desde luego que no.
Hace años, Xosé Manuel Beiras se refirió despectivamente al PP gallego llamándolo «el partido del viejo y de la puta». Los más veteranos quizá recuerden cómo consiguió enfadarme.
Lo de «la puta» venía a cuento de que Fraga contaba con el apoyo de una señora, bastante divertida y nada ortodoxa en materia de fe y de costumbres, que regentaba una casa de lenocinio. Lo de «el viejo» iba, obviamente, por el propio Fraga.
¡Pues vaya una caracterización acerada y profunda! Dije entonces, y repito ahora, que lo que descalificaba y sigue descalificando a Fraga como gobernante no es ni mucho menos la edad. La Historia da profusa cuenta de grandes pensadores, artistas y políticos que conservaron un muy elevado grado de lucidez y competencia hasta edades muy superiores a la del propio Fraga. También guarda nutrida constancia de bastantes otros a los que se les fue la olla con bastantes menos años. Y me sé de más de uno que ha ascendido a las más altas cumbres del poder habiendo sido un perfecto inútil desde su más tierna infancia.
Fraga me ha resultado siempre muy desagradable. Me fastidia de modo muy particular esa tendencia tan suya a perder el control de sus humores -incluidos los lacrimales- y a oscilar entre la irascibilidad y la sensiblería. Con el paso del tiempo se le han acentuado todos sus rasgos, y con frecuencia resulta hasta grotesco.
Pero me da igual. Si no sólo él se considera apto para la acción política, sino que también lo ven así los miembros de su partido e incluso la mitad de los electores gallegos, lo normal es que los demás también encaremos su presencia en la vida política como la de cualquier otro miembro del gremio, sin reservarle ninguna consideración especial, ni para bien ni para mal, en razón de su edad.
Del mismo modo que el Pinochet de hoy sigue siendo el Pinochet de siempre, el Fraga de hoy sigue siendo el Fraga de ese pasado que él mismo reivindica con estúpido orgullo y con macabro cinismo.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (3 de julio de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 2 de julio de 2010.
Comentarios
Escrito por: .2010/07/02 07:29:14.951000 GMT+2
¿Contar chistes...?
Más bien se limitará a hacer lo que siempre hace: Emitir ruidos, ininteligibles sonidos con la boca, con lo cual su sola presencia ya será un chiste, un grotesto chiste...
!Adelante, Don Manuel¡ Vd., "el dueño de la calle" y que, como leal franquista, tanto habrá hecho llorar, háganos reír al menos un ratillo.
Escrito por: miren.2010/07/02 13:44:38.993000 GMT+2
Escrito por: .2010/07/02 18:17:4.551000 GMT+2