Lo de Ciscar y sus tres íes es de un ramplón pasmoso. Con este hombre no van a hacer carrera. El PSOE debería cambiar de portavoz y poner en el cargo a Rodríguez Ibarra, cuyas declaraciones resultan siempre mucho más llamativas. Su teoría sobre los deberes del dirigente socialista («Influir al máximo en el líder y después plegarse a lo que diga») pasará a los anales -dicho sea en los diversos sentidos de la palabra- del pensamiento político.
Otra teoría fascinante que ha puesto en circulación últimamente el presidente extremeño es la de los dos ases contra los tres ases. Probablemente inclinado al póker por su devoción hacia Alfonso Guerra -experto, como se sabe, en tahúres del Misisipí-, el jefe de la Junta Extremeña afirmó la semana pasada que «los dos ases» del PSOE (González y Guerra) deben unirse para derrotar al «trío de ases de la oposición», formado por Aznar, Anguita y un tercero que no me acuerdo quién es.
Aberasturi ha sido, por lo que he visto, el único comentarista que ha reparado en la curiosidad de esta alusión pokerística. Pero se le ha escapado un punto crucial: Rodríguez Ibarra no habló de ganar con dos ases a tres jotas, sino de vencer con dos ases a tres ases. Algo que no es posible ni siquiera con comodines, porque la baraja sólo cuenta con cuatro ases, y un comodín, aunque pueda hacer las veces de as, no es un as. De modo que, si su rival cuenta con tres ases, el PSOE sólo puede tener uno. ¿Ha errado Rodríguez Ibarra, tomando a un comodín por as? Enojoso asunto: como no puede negar a González el papel de as, al extremeño sólo le queda Guerra para hacer de comodín. Lo que no enaltece a su mentor, empeñado como está en ser todo lo contrario que comodín (o sea, incomodín).
Pero este razonamiento se basa, en realidad, en un puro prejuicio: damos por hecho que Rodríguez Ibarra está hablando de una partida de póker convencional. Olvidamos la alusión de su maestro Guerra a los tahúres y, más en concreto, a los tahúres del Misisipí. ¿Con qué base presuponemos que no están dispuestos a violentar un poco las reglas del juego para que haya cinco ases en vez de cuatro? Sabemos de sobra cómo entienden algunos jefes del PSOE eso de «las reglas del juego» y hasta qué punto tienen manga ancha cuando les hace falta sacar de ella los ases que no les han correspondido en buena ley.
Hay otra posibilidad más: que Rodríguez Ibarra esté pensando en aplicar a esta partida los principios de la Escuela de Chicago, rama Al Capone. Solía decir aquel otro Alfonso, inspirándose precisamente en la experiencia de los tahúres del Misisipí: «En el póker, el trío gana a la pareja. Salvo que quien tenga la pareja empuñe un revólver».
Estoy seguro de que el PSOE no va a empuñar ningún revólver. Para qué: los revólveres tiene tan sólo seis balas. Lo que harán es desenfundar de nuevo la TV -ese arma cargada de presente- para que gane su triste pareja perdedora.
Javier Ortiz. El Mundo (30 de noviembre de 1994). Subido a "Desde Jamaica" el 2 de diciembre de 2011.
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