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2000/12/10 06:00:00 GMT+1

El sueldo de los parlamentarios

Dice Juan María Atutxa que el Parlamento Vasco va a dejar de pagar retribuciones a los electos de EH «porque no se ganan el sueldo».

Me pregunto que resultado daría la aplicación general de ese criterio. En el Parlamento Vasco, en todos los parlamentos autonómicos y, muy especialmente, en el de la Carrera de San Jerónimo. Muchos parlamentarios con destino en Madrid se fuman todas las sesiones que les viene en gana y, cuando tienen a bien asistir a alguna, se limitan a sestear. Prestan tan escasa atención a los debates que, cuando llega la hora de votar, el responsable del grupo tiene que hacerles una seña indicando qué botón deben apretar. De lo contrario, podrían apoyar cualquier cosa. Ni se enteran de lo que se está discutiendo.

Como esos catedráticos de Universidad que sus alumnos no han visto jamás, porque dejan todo el trabajo de la cátedra en manos de su ayudante y ellos no aparecen ni por asomo, hay diputados que sólo pisan las alfombras del Congreso en algunas solemnes ocasiones, la principal de las cuales es, invariablemente, la del día que acuden a retirar su acta, por el aquel de cobrar. Doy por hecho que, por ejemplo, Felipe González dedica su tiempo a intensísimas actividades propias de su rango, o de su ex rango, pero el hecho es que, en tanto que parlamentario, no da ni sello. Que le pague la manutención su partido, o que viva de la soldada que recibe del erario por el tiempo que pasó en La Moncloa, pero que no siga chupando del bote parlamentario, porque -a ver, Atutxa, díselo- «no se gana el sueldo».

A diferencia de los jetas de otros partidos, los parlamentarios de EH no se ausentan del cuadrilátero vasco por molicie, sino por voluntad política. Su ausencia es un gesto político con el que no estoy de acuerdo, pero que me parece de rigor calificar como tal. La abstención es una posibilidad legítima cuando se plantea una votación. A veces, el abstencionismo, cuando se entiende como protesta, se expresa abandonando el lugar del debate: esta misma semana lo han hecho los parlamentarios autonómicos del PSOE en Madrid, dejando a Ruiz Gallardón con la palabra en la boca, y nadie ha pensado en la posibilidad de restarles de la paga ese tiempo de ausencia.

Los electos de EH han llevado su actitud abstencionista hasta las últimas consecuencias. Tienen su acta no porque Atutxa se la haya regalado, sino porque así lo ha decidido una parte del electorado vasco. El uso que hagan -o no hagan- de ella es asunto que sólo a sus electores concierne.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (10 de diciembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 13 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/12/10 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: 2000 diario | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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