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2000/12/15 06:00:00 GMT+1

El rompecabezas

Que ETA tome a un fontanero-electricista de un minimunicipio catalán por representante de la opresión nacional de Euskadi no tiene ya, para estas alturas, nada de sorprendente. Francisco Cano ejercía en horas libres de concejal del PP, y a ETA con eso le basta. Con eso y con menos. Lo que trata es de llevar a la opinión pública española al hartazgo y el desaliento, para que fuerce a los responsables del Estado a tirar la toalla y, a tales fines, nada mejor que esta constante lotería de muerte que ha puesto en marcha desde la ruptura de la tregua: hoy aquí, mañana allá; hoy un ex ministro, mañana un concejal, pasado mañana un ertzaina, al otro un periodista...

Muchos se quedan perplejos ante la selección de víctimas que hace, aparentemente fuera de toda lógica. Pero, cuando lo que se pretende es provocar la desesperación del otro, nada más adecuado que acosarlo de manera arbitraria e impredecible. En ese sentido, la falta de lógica formal es una forma de lógica. No hay nada más aterrorizante que vivir con la angustia de no saber contra quién o quiénes, cuándo y dónde llegará el golpe siguiente. Porque es imposible estar preparado para cualquier cosa. Porque no cabe defenderse de todo.

Hasta el último aspirante a estratega sabe que, para combatir eficazmente a un enemigo, lo primero que se requiere es entenderlo: saber cómo funciona.

Hay quien confunde entender con justificar y se toma cualquier intento de analizar la táctica de ETA como si fuera un amago de excusa. Grandísimo error. Por el contrario, lo que más contribuye a los fines del terrorismo son esos socorridos discursos, a los que tan aficionados son algunos políticos y comentaristas, que pretenden que ETA no es más que una banda de «gente enloquecida» compuesta de «descerebrados» que «no saben lo que quieren». Un planteamiento así tendría sentido si estuviéramos refiriéndonos a un puñado de elementos aislados, sin capacidad de reproducción orgánica. Pero sabemos que son bastantes, y que si no son más es porque no quieren, porque cuentan con varios miles de jóvenes dispuestos a ser reclutados en cualquier momento para continuar la obra de quienes vayan siendo neutralizados. En tales condiciones, las seudoexplicaciones psiquiátricas no conducen sino a multiplicar el terror y la desesperanza de la población, que es precisamente lo que más conviene a ETA.

Por poco que guste la perspectiva, hay que asumir el problema tal cual es y decirle claramente a la ciudadanía que este rompecabezas tiene muy mal apaño. Porque hay muchas piezas que sobran y otras, no menos abundantes, que faltan. Se requiere abordarlo con paciencia, serenidad, imaginación y valentía. De lo contrario -y tampoco nos engañemos en eso: lo contrario es lo más posible--, vamos a tener horror para rato.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (15 de diciembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 15 de junio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/12/15 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: 2000 diario | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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