En el acto de entrega del Cervantes a Francisco Umbral, el rey dijo una tontería: que nunca a nadie se le ha impuesto el castellano.
En principio, que el rey diga una tontería no es noticia. Las dice a puñados. Entre que sus luces no dan para mucho y que va por la vida de gracioso, reúne todas las condiciones. Además, está mal acostumbrado -ya se sabe que un principio fundamental de los medios de comunicación españoles es no criticar sus actos, haga lo que haga- lo que fomenta su imprudencia compulsiva.
Recuerdo una cosa suya, muy comentada en voz baja cuando todos los líos de los GAL. Se produjo durante un almuerzo con periodistas en Casa Lucio, en Madrid. El jefe del Estado preguntó a los reunidos con toda tranquilidad: «¿Y qué hay de eso de que Melchor Miralles está liado con Txema Montero?». Los asistentes al ágape se quedaron -resulta imaginable- entre estupefactos y consternados.
Como se quedó estupefacto Julio Anguita cuando, en el curso de una recepción, el rey le pidió que le recomendara a Garzón que se dejara de «joder la manta con lo de los GAL».
Son sólo un par de anécdotas, pero dan la talla del personaje.
De todos modos, no cabe reprochar al Borbón de turno lo que dijo en la Universidad de Alcalá. Sería tan ridículo como reprochar a Ana Blanco lo que dice en los telediarios. Él sólo es un locutor. Un mal locutor, un locutor sopas, sin duda, pero un locutor. Si le hubieran puesto en el papel que España, mañana, será republicana, él lo habría soltado y se habría quedado tan ancho. Porque él no piensa lo que dice. No considera que eso entre dentro de sus obligaciones. Todavía recuerdo la desesperación de mi padre, franquista de pro, cuando vio cómo, en el acto de inauguración de una carretera, allá por los años 60, el entonces príncipe sacó un papel del bolsillo y leyó: «Queda inaugurada esta carretera». Y se guardó el papel.
Ha sido siempre así.
Cabe reprochar al PP que le escribiera esa majadería. Cabe reprochar a los listos de la Casa Real que no señalaran a Presidencia -ese otro Fénix de los Ingenios que es Juan José Lucas- que el texto que les había preparado no parecía atenerse muy estrictamente a la realidad histórica. Ni a la de España ni a la de América Latina.
Pero al rey no cabe reprocharle nada. Ya dice muy bien la Constitución que el titular de la Monarquía es irresponsable.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (25 de abril de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 24 de abril de 2010.
Comentarios
\
Escrito por: aplastalo.2012/02/23 13:39:2.456000 GMT+1
9dbfum1k