Leo que Rodríguez Zapatero se propone dejar el plan Ibarretxe fuera de juego por la vía más resolutiva: derrotando al propio Ibarretxe en las próximas elecciones autonómicas.
De ser así, ¿en qué victoria estará pensando? Imagino que no en la posibilidad de que el PSE-PSOE, que en 2001 obtuvo el 17,8% de los votos, vaya a lograr ahora desbordar a la coalición PNV-EA, que logró el 42,4% y pactó acto seguido el respaldo del 5,5% de Ezker Batua.
Seguro que Zapatero es un gran optimista, pero me niego a creer que confíe en que los socialistas vascos remonten una diferencia de 30 puntos.
Dando eso por hecho, colijo que a lo que aspira Zapatero es a un auge electoral importante del PSE-PSOE, que le sitúe en posición de hacerse con el Gobierno vasco gracias al posterior apoyo del PP. Eso también les obligaría a subir bastante -más de un 7% entre ambos-, pero no tanto.
Ahora bien, ese planteamiento afronta problemas de considerable peso. Veamos.
Primer punto clave: casi todo el mundo está de acuerdo -al menos en Euskadi- en que si Patxi López y los suyos pueden recuperar posiciones electorales es gracias a que se han distanciado de la política de unidad incondicional con el PP que el PSE mantuvo en tiempos de Redondo Terreros. Si el electorado percibe que se disponen a regresar a aquella política, su augurada mejoría puede verse más que comprometida.
Segundo punto: aunque el PSE mejore resultados, si el PP los pierde, la suma de ambos seguirá siendo la misma. Lo cual encaja bien con las peculiaridades de la sociología electoral vasca, que suele registrar algunos trasvases de votos -tampoco demasiados- dentro del campo nacionalista, y otros dentro del campo estatalista, pero casi nunca de un campo a otro.
Tercer punto: habrá que ver qué hacen los votantes (entre el 10% y el 18%) que solían respaldar a HB, y que ahora se han quedado sin candidatura propia, una vez que se les ha aplicado el principio democrático según el cual, si un sector de la población vota lo que no interesa, se le prohíbe hacerlo y asunto concluido. Una parte de esos votos (amplia, imagino) irá a la abstención o al voto nulo, otra puede orientarse hacia Ezker Batua, pero otra, con toda seguridad, irá a la candidatura PNV-EA. Con que quienes tomen esa opción representen del orden de un 4%, Ibarretxe puede lograr no ya la victoria, sino la mayoría absoluta.
En fin, cuarto asunto, y probablemente el más importante: como a Zapatero se le ocurra plantear las elecciones vascas como un referéndum, y como el electorado vasco perciba que lo que se le está preguntando es quién debe gobernar, si quienes quieren que el destino de Euskadi se decida en Euskadi o si quienes afirman que eso es cosa de las Cortes de Madrid, se lo auguro desde ahora: va a vencer el día menos pensado.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (2 de enero de 2005) y El Mundo (3 de enero de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 1 de julio de 2017.
Nota del autor: Es copia del artículo publicado por El Mundo el 3 de enero de 2005. Enviado a demanda del diario y para sustituir a un columnista ausente. Cuando publica columnas fuera de la página 2, Ortiz las titula "El Horno", y no "Zoom".
El 1 de enero no se publicó el Zoom porque en Madrid no hay periódicos el día de Año Nuevo.
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