Supongo que el dicho existe en casi todos los idiomas. Lo recuerdo en francés (Pas de nouvelles, bonnes nouvelles) y en inglés (No news, good news). Se supone que si no hay noticias -de un lugar, de una gente- es que no les pasa nada malo.
Pero yo estoy experimentando otra variante de la ausencia de noticias: no las tengo porque no las oigo. Por mero afán de supervivencia, por puro y simple instinto de autoprotección, llevo un par de días que apago la radio o cambio de canal de televisión en cuanto anuncian que van a dar las noticias. Me ataca los nervios que no haya boletín informativo sin su correspondiente arenga contra el plan Ibarretxe. La sueltan sistemáticamente, aunque no tengan realmente nada nuevo que contar. (Iba a escribir: «como si estuvieran obligados a hacerlo». Qué ingenuidad. Lo correcto es: «porque sus jefes les han dado orden de hacerlo».)
No es que haya perdido interés en las noticias. Es que eso no son noticias. Son soflamas.
En mi niñez, la gente llamaba al boletín informativo de la radio «el parte». El término estaba tomado del lenguaje bélico: se refería a los partes de guerra, en los que el mando del Ejército daba cuenta a la población de las incidencias del día. Durante la guerra civil, las emisoras de radio franquistas difundían cada tantas horas los éxitos -reales o supuestos, daba lo mismo- de las tropas nacionales. Ese fue el antecedente de los diarios hablados de Radio Nacional, única emisora autorizada por entonces a elaborar programas sedicentemente informativos.
Tengo enteramente la sensación de que hemos vuelto a los tiempos de el parte. Todo lo que se dice está sometido a estricta vigilancia de la superioridad, para que sirva adecuadamente a la causa. Ojito con tener ideas propias, o con pretender que las realidades tienen dos caras, o con mostrar indulgencia hacia el enemigo.
Da lo mismo que las supuestas informaciones sean fruto de la exageración o de la libre inventiva de los agitadores a sueldo: sólo importa que valen para el fin pretendido.
He decidido prescindir del parte. Me refugio en la prensa escrita, en la que yo puedo decidir qué leo y qué no.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (30 de octubre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de octubre de 2017.
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