Algunos políticos con sede en Madrid -y algunos periodistas- empiezan a sentirse preocupados.
Les dices: «¿No crees que se ha llegado a extremos de confrontación entre la mayoría política de Euskadi y la mayoría política de España que son absurdos?».
Y te responden: «Sí».
Y continúas: «¿Y no te parece que sería cosa de rebajar el tono, dejar de insultarse todos los días, a todas las horas y con cualquier motivo y ver cómo carajo se puede tirar para adelante sin necesidad de aniquilarse mutuamente?».
Y te contestan: «Sí. Pero el problema es que la crispación ha llegado a tales extremos que cualquiera que hable de diálogo corre el riesgo de que le tilden de traidor. O algo peor.»
Y sigues tú: «¿Y no crees que la opinión pública española se ha encrespado de esa manera porque vosotros mismos la habéis inducido a ello?».
Y te replican: «Sí.»
Y entonces tú concluyes: «Pues la cosa tiene mal arreglo».
Y te miran con aire entristecido y te lo confirman: «Muy malo».
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (18 de junio de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de junio de 2017.
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